Capítulo 6

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Amelia entró en la casa apresuradamente, topándose con su hermana menor en el camino.

—Amelia, tengo que contart...—comenzó a decir la niña, pero fue interrumpida por su hermana mayor.

—Ahora no, Annie, por favor, más tarde— le pidió Amelia sin detenerse y subiendo rapidamente las escaleras hasta su habitación.

Anne se quedó preocupada, hacía apenas unas horas que su hermana había salido de casa entusiasmada ante la perspectiva de asistir de nuevo a una fiesta, aunque también le había confiado que se sentía un tanto asustada, ¿le habrían hecho un comentario hiriente?

La niña, aunque solo de apariencia, ya que las experiencias vividas recientemente habían hecho que madurara prematuramente, abrió la puerta principal y se encontró al duque de Pendleton frente a la casa.

Entonces comprendió quien habría importunado a su hermana, ese hombre tenía la habilidad de hacer sentir mal a Amelia, no merecía que ella le amara como lo hacía, no era digno de ella.

Nunca había cruzado una palabra con ese hombre, ella era demasiado pequeña para que le prestara atención, la única vez que lo vio fue en la boda de Sophia y ella... estaba con otros asuntos aquel día.

Él la vio mirarle y comenzó a acercarse, no lo quería cerca de Melly, siempre que lo veía o pensaba en él, ella se entristecía.

A William no le gustaban los niños, pero en ese momento era su única oportunidad para conseguir que lady Amelia le perdonara, quería explicarse mejor, no sabía porque, pero había algo dentro de él que no quería que ella creyera aquello que le había dicho. Él jamás había tenido roce alguno con aquella niña, pero pensaba que no sería complicado convencerla.

—Buenas tardes, usted debe ser lady Anne, mi nombre es...— dijo el duque presentándose.

—William Ramsey, duque de Pendleton— musitó Anne, dejando al duque mudo durante segundos— Sé quién es usted, excelencia.

—Me gustaría hablar con su hermana, ¿podría avisarle?— pidió pensando que aquella niña era demasiado impertinente.

—Mi hermana se encuentra indispuesta— se excusó Anne comenzando a cerrar la puerta.

—Debo hablar con ella, es importante— dijo William colocando el pie entre la puerta y el marco para evitar que ella cerrara.

—Si fuera importante hubiera venido antes, ahora es demasiado tarde— sentenció la niña, y ambos sabían el significado que escondía aquella frase.

Anne terminó de cerrar asintiendo para sí misma, él podría haberlas ayudado, si de verdad le hubiera importado Amelia hubiera hecho algo, cualquier cosa y sin embargo...

Su hermana había esperado que él llamara a la puerta y nunca lo había hecho, había llegado meses tarde.

***

Nada más sentir la piel áspera de la mejilla de Peter contra su palma, Katherine se apartó como si le quemara, ella no era una persona violenta, pero ese hombre sacaba lo peor de sí misma.

—Hubiera preferido otro tipo de saludo, pero supongo que debo conformarme con este por ahora— dijo Peter Dorsey, en un fingido tono triste.

—Es lo mínimo que merece una rata como tú— dijo Katherine intentando calmarse, ya que las ganas de borrarle aquella sonrisa la estaban matando.

—Ese calificativo lo merece más tu marido, no yo— gruñó Peter comenzando a enfadarse.

—¿Acaso no sois iguales? ¿Has olvidado lo que me hiciste? ¡Qué amnesia más oportuna!— Katherine se arrepintió de decir aquello, ya que no quería que pensara que ella seguía suspirando por él.

—No, no lo he olvidado, Katherine— suspiró el marqués pasándose la mano por el pelo en señal de frustración.

—Y entonces ¿porque tienes el descaro de erigirte mi salvador cuando todo lo que me ocurre es culpa tuya? —le reprochó Katherine alegrándose de que al menos él ya no mantuviera la compostura.

—Se equivoca, lady Mawsdley, yo no te obligué a casarte con ese canalla— dijo él molesto ante la actitud de la mujer.

—Indirectamente lo hiciste, Peter.

—Y por eso lo estoy intentado arreglar.

—No necesito que arregles nada, solo que desaparezcas de mi vida, además eso no te será difícil, ya lo hiciste una vez— sentencia la chica, caminando hacia su casa, sintiendo como el corazón le latía frenéticamente como si hubiera corrido una gran distancia.

***

Amelia se había quitado el elegante vestido de Pamela y estaba sobre una silla preparado para devolvérselo a su dueña cuando fuera a visitarla, se encontraba sentada ante el tocador, mirando su reflejo en el espejo.

Deseaba no haber asistido nunca a esa fiesta y no ver a William, le dolían aquellas palabras, pero lo que más le afectaba era que tenía razón, si hubiera tenido alguna ilusión de que William se diera cuenta de que ella era el amor de su vida, aquella frase habría acabado con sus esperanzas.

Iban a pudrirse entre aquellas paredes, si ese castigo cayera sobre ella únicamente lo aceptaría, pero no era así... Annie estaba allí también.

Se dio cuenta de que había comenzado a llorar.

Escuchó unos golpes en la puerta y dio a su hermana permiso para entrar.

—¿Te encuentras bien, Amelia?— preguntó la niña sentándose en la cama, conectando su mirada con la de su hermana a través del espejo, obviando las lágrimas de su hermana mayor.

—Lo estaré en unos minutos, cielo, ¿qué querías contarme?— preguntó Amelia retirando las lágrimas de sus ojos y girándose para mirar a Anne.

—Es madre, Melly, creo que la bebida le está haciendo mal— susurró la niña, recordando los miedos que tenía y que quería compartir con ella cuando llegó de la fiesta.

—Pero de eso hace tiempo, Annie.

—Hace un rato ha empezado a gritar que había una mujer en su habitación, decía que cosas como que había una mujer en su habitación con ella y dijo su nombre...

—¿Y era cierto? ¿Ha entrado alguien en la casa?— preguntó Amelia, que cada vez se convencía más de que tenían que salir de allí.

—No, estaba sola, , Bertha ha intentado calmarla, ella le decía que era imposible que estaba muerta... Pero madre insistía en que la había visto, que estaba allí... Estoy asustada, Melly, no quiero vivir aquí más.

—Tranquila, yo te sacaré de aquí, nos vamos a marchar pronto— le prometió Amelia a su hermana, abrazándola, estaba decidido.

No saldrían casadas porque era imposible... Huirían de casa, al fin y al cabo un escándalo más en la familia no importaba y ellas estarían lo suficientemente lejos de allí como para no verlo.

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Siento haberme retrasado tanto, pero estoy teniendo ahora los examenes de B1 de francés y he estado un poco liada, espero que os guste el capítulo, nos vemos en el próximo, no olviden comentar y votar ^^

Lady Amelia © #2 DISPONIBLE EN AMAZON DESDE EL 22/07/2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora