Parte 18. Despedida

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Seguimos nuestro desayuno, en silencio, un silencio no incomodo, la verdad es que no hablo mucho cuando estoy comiendo, y la otra verdad es que siempre tengo hambre, es como un don, y mi secreto, si me ofreces comida nunca diré que no, luego de terminar nuestro hermoso desayuno, con tan hermosa confesión (imaginen el sarcasmo) la lleve al apartamento, en el camino estaba que me podía llevar el demonio con todos y sus hijos, pero aparentar era lo que me tocaba, la había cagado de la manera más fenomenal del mundo, llegamos a donde estaba su apartamento, bueno de su papa, ustedes me entienden ¿no?

- Te acompaño a subir, además deje algunas cosas mías allá arriba –

Avril: Vamos está bien – Dijo apretando el numero en el ascensor, subimos y estando arriba casi abriendo su puerta volteo a mirarme con una gran duda – No dejaste nada ¿cierto?

- No, Realmente quería una despedida –

La agarre del cuello y la lleve a mí, la bese con pasión, no fue ni suave, ni dramático, fue con pasión porque así se dan los besos de verdad, opino yo, le quite la llave de su mano y sin ver abrí, solo era una llave, subió encima de mí y abrazo mi cuerpo con sus piernas , la lleve al sofa, aquel donde la esperaba cada vez que íbamos a salir y comencé besando su cuello, no con pasión, eso sería torpe, pero si con mucha dulzura y uno que otro mordisco suave, me la quería comer entera, la seguí besando, pero es tan incómodo tener sexo en un sofá que la lleve igual que como entramos a la habitación, con rudeza y quizás un poco de pasión nos quitamos nuestras prendas, todas, hasta la ropa íntima, completamente desnudas, la lance a la cama, y comenzamos a explorar nuestros cuerpos, besaba su cuello mientras sentía su respiración agitada en su oído, baje y bese sus senos y luego baje dando besitos muy cortos por su vientre, su espalda se arqueó, el placer nos estaba consumiendo y queríamos acabarlo, la seguí calentando un poco más, subí de nuevo la bese, no quería separarme de sus labios nunca, le di uno que otro besito en el hombro y la fui volteando hasta que quedo de espalda, la agarre de la cintura y le daba pequeños besitos recorriendo cada parte de su piel, luego quedamos sentadas con su espalda contra mi pecho, seguí besando sus hombros y comencé a bajar mi mano, ella me abrió paso y con delicadeza la comenzaba a tocar, sentí como a los pocos segundos comenzó a agitarse demás y fue cuando la penetre, haciendo que gimiera y se agarrara más a mí, comencé el entra y sale con mis labios pegados a los suyos y con mi otra mano tocando su abdomen y sus senos, hasta que ahogo un gemido en mis labios y su cuerpo tembló, llego a un hermoso orgasmo, nos acostamos pero sin tocarnos, cada una en su lugar, con un completo silencio que hasta pensé que se había dormido, pero no, estaba ida, pasaron muchos minutos hasta que tuve que romper el silencio

- Lo mejor será que me vaya – Dije levantándome

Recogí mi ropa y me la fui colocando, ella seguía en silencio, el cual llego a un punto de ser incómodo, me metí al baño y ahí termine de arreglarme, cuando salí del baño ella no estaba, así que salí de la habitación y la conseguí en la cocina tomando agua y mirando algo en la pared que no existía que realmente no estaba viendo, así que la deje tranquila y me dirigí a la puerta

- Bueno Avril, nos vemos, chao – Dije con la mano puesta en la manilla y viéndola a ver si giraba a mi

Avril: Esto no se repetirá nunca más – dijo sin mirarme

- Fue una despedida, tranquila – Salí

Quizás no fue lo correcto, pero tampoco me iba a poner a llorar delante de ella, pedirle perdón y dejar la poca dignidad que tenía, era la vida real, donde nos toca sufrir bastante en el amor, porque hasta las parejas más "Perfectas" sufren en algún momento, y meto entre comillas la perfección porque el que no sufre no está enamorado, así de sencillo. Conduje hasta mi casa bastante relajada, la verdad en ese momento no estaba sufriendo, pero no me juzguen, tampoco es lo correcto que se vaya a vivir con teresa, mi guerra estaba por empezar, y si la recuperaba o no lo iba a intentar, pero ¿ella creía que podía tener una amistad conmigo?, no existen las amistades con tu ex, cordialidades quizás. Dentro del carro revise mi teléfono y vi un mensaje de mi hermano Freddy saludándome y diciéndome que si quería ir a visitarlo unos días, que unas amistades querían conocerme y pues me lo pensé en ese momento y acepte, mi hermano vivía en otra ciudad a unas horas de la mía, y ¿por qué no?, me hacía falta un viaje, así que lo llame para confirmar

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