Capítulo 2: Jane

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09:30 am

— Vamos Charlie levanta. — dijo Amanda tratando de despertar a su hijo cuidadosamente.

— ¿Qué hora es? — preguntó su hijo.

— Las nueve y media, venga, tenemos que ir al pueblo. — respondió Amanda saliendo de la habitación.

Charlie salió de la cama y lo primero que hizo fue mirar al armario. Esta vez la puerta estaba cerrada, no obstante, se acercó a abrirla. Después de hacerlo, empezó a apartar los abrigos que había dentro, pero no encontró nada, salvo una hoja de papel. Charlie, nervioso, la cogió y al darle la vuelta, no podía creer lo que estaba viendo. Era el dibujo que había hecho anoche.

— Mamá, tengo hambre.— protestó Alan quien estaba sentado en la mesa de la cocina.

— Paciencia, el desayuno está preparado — respondió su madre cogiendo una bandeja llena de comida.

Había algunos vasos de zumo, bollos, magdalenas y varias galletas al lado de una taza de chocolate.

— Deja algo a tu hermano, ahora vuelvo. — informó Amanda mientras salía de la casa.

Alan se encontraba solo en la cocina y de tanto comer, acabó hartándose, así que se levantó de la silla de madera, salió de la cocina, y seguidamente se dirigió al salón. Observó como su hermano mayor bajaba las escaleras mientras se ponía una camisa azul de cuadros.

— Tienes el desayuno en la cocina Charlie.

— Gracias Alan...— respondió adormilado.

— ¿A la noche te has levantado verdad?

Charlie no se acordaba nada de anoche, solo lo del armario, y ya está, no recordaba de que se hubiera levantado ni nada de eso.

— ¿Me escuchas? — preguntó Alan creyendo que no lo oía desde la cocina.

— No lo sé Alan, tendría ganas de mear, supongo. — respondió sin darle mucha importancia.

Jeremy entró por la puerta principal junto a su esposa y reunió a la familia en el salón. Comentó que hoy iban a ir a conocer el pueblo y a hacer la compra de casa. Los cuatro entraron en la furgoneta y unos minutos después, Charlie vio como se alejaba de su nueva casa tras la ventanilla del coche.

El viaje duró poco más de diez minutos. Al entrar a Plymouth, Charlie y su familia contemplaron las viejas casas de los pescadores y de los botes de pescar que flotaban en el mar.

— Mirad que lugar tan bonito. — dijo Jeremy.

— Por lo menos hay algo de cobertura...-le respondió Charlie mirando su móvil.

— Primero vamos a buscar alguna  tienda donde comprar algo de comer. — comentó Amanda sacando aupas a Alan del coche.

Llevaban pocos minutos andando, y por la cara de Charlie se sabia que estaba cansado y bastante aburrido.

— ¡Mamá! ¿Podemos comprar helados? Por favor...- suplicó Alan a su madre.

— Todavía es pronto Alan, luego volvemos si quieres. — contestó cogiendolo de su pequeña mano.

— Mirad, ahí hay una tienda — señaló Jeremy — Charlie, quédate con tu hermano por aquí mientras tu madre y yo hacemos las compras. — ordenó.

Charlie se sentó en el primer banco que vio y dejó a Alan jugando con las gaviotas que se acercaban, en cambio, él, metió la mano en el bolsillo del pantalón, y sacó el móvil. Tenía algunas rayas de cobertura, así que empezó a hablar con un amigo por el chat de la red social Facebook. Se contaron de todo, Charlie le comentó que echaba de menos su antigua casa, sus amigos, es decir, su antigua vida y también que su vida en Plymouth era muy aburrida.

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