•Fight for this love ~part one•

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°•Hace unos años•°
-¿Qué hago?¿Qué hago?... está sangrando mucho-esas eran las palabras que pronunciabas con dificultad, a punto de quebrarte, decidiste levantar el cuerpo con todas tus fuerzas.
-...- no había respuesta por parte del país inconciente, el kimono que llebabas estaba con la sangre del país asiático. Ese día Japón se había independizado a un costo muy alto... bueno, no se llamaría independencia pues él siempre fue libre, pero China siempre lo consideró como su pequeño orgullo, pero a costo de ese afecto todo el hecho estuvo demostrado con la cicatriz en su espalda.
-China... por favor despierta...-le dijiste al muchacho de cabellos marrones.
-(t/n)-sama, debemos irnos, el joven Japón necesita de su presencia ahora...-te dijo uno de los soldados mientras miraba con cierto desprecio a China.
-No... puedes decirle que no me espere... debo cuidar de China...-junto con unos soldados, llevaron al país a su casa.
-¡Tokio-sama!-literalmente gritó tu nombre de capital, pero ignoraste por completo ese detalle, ya que querías curar al pelicastaño. Tal vez recibir algunas críticas por parte del ejército chino fue algo duro, pero eso era lo de menos... al ver su rostro lleno de raspones y un hilo de sangre que corría por su cabeza, decidiste limpiar y desinfectar cada herida. Las hierbas medicinales que sacaste de tu bolsa de tela fueron lo necesario para vendar esas marcas que habían en su cuerpo.
Las horas pasaron y lograste desinfecctar la herida de su espalda.
-Japón-san...-ver la herida te hacía recuerdo el momento exacto cuando la representación del país del sol naciente usó esa katana para lastimar a China...
-hmp...-el pelicastaño comenzó a moverse un poco, aunque esos momentos de paz terminaron al ver que de los ojos marrones del chino, unas lágrimas rozaban su piel de porcelana.
-Descuida... no debes hacer muchos esfuerzos...-le dijiste con una voz reconfortante para que el muchacho mantenga la calma, pero sólo se quedó en silencio para dejar que las lágrimas corran por su cara.
-(t/n)... ¿qué hice mal~aru?-te preguntó con dificultad.
-No digas eso, será mejor que descanses ,China-le dijiste con ternura para luego besar su frente. No podías reprimír esos sentimientos, desde que conociste por primera vez al país asiático, tu corazón indicaba que éra él, cada pequeño y gran recuerdo pasaba por tu mente. Las salidas por las aldeas, las conversaciones, los regalos, los enojos y las riñas... uno a uno pasaban esos recuerdos en los cuales a lado de Japón, sonreían entre sí.
-Señorita (t/n)... será mejor que se vaya, ya causó muchos problemas por ahora-una de las muchachas de la casa te miraba con desprecio al saber que China estaba más a tu lado.
-Yo decidiré cuando irme...-le dijiste sin ver a la mujer de cabellos castaños obscuros que maldecía entre dientes.
-Será mejor que te vayas por donde viniste, Japón solo causó problemas y tú también los traerás si te quedas a lado del señor China-dijo esas palabras como si escupiera veneno, los celos de la mujer eran increíbles.
-Lo diré por última vez, yo me iré cuando yo quiera...- con un tono firme, trataste de colocar un trapo mojado en la frente de China, pero la mujer te lo arrebató de inmediato.
-¡¿Quién te crees para hablarme así?!-
-H-Hui Ying... basta aru~-le dijo el pelicastaño con el ceño ligeramente fruncido, varios insultos en su idioma natal salieron de la boca de la chica mientras salía de la habitación.
-Perdona por eso, es que...-
-Descuida (t/n), conozco muy bien cuando ambas pelean...ahora lo que quiero saber es... ¿qué haces aquí?-sus ojos marrones se encontraron con los tuyo color (c/o) y tus mejillas se tiñeron de un lindo color rosa suave.
-No podía dejarte en esas condiciones, me preocupé mucho por ti... -para evitar darle explicaciones tomaste el trapo y saliste para cambiar el agua. Confesar esos sentimientos que guardaste en tu corazón no sería lo más conveniente por la situación actual, primero China debía curar sus heridas y también esa herida que tendrá en un lugar que tal vez no cicatrice rápido.
-Veo que te diviertes...-la voz irritable de la mujer se hizo presente mientras llebabas el jarrón de agua.-Crees que el señor China se fijará en tí?... no me hagas reír, tú eres la capital de ese muchacho que lastimó a Yao, es obvio que él te odia...-
-Hui Ying, di lo que quieras, pues no me interesa... tengo cosas mejores que hacer...-comentaste ignorando las palabras llenas de odio que salieron de la muchacha. Al entrar a la habitación, notaste que algunos superiores del país, estaban a su alrededor con miradas serias en sus rostros, no podías evitar sentir algo de miedo al saber su reacción.
-Esto es inconcebible... el país no puede estar tan vulnerable...-
-(t/n)... será mejor que te vayas, y no me refiero de la habitación... en estos momentos China debe mejorar, lo lamento-dijo uno de esos hombres sin la necesidad de verte, pasaste saliva nerviosa ante tales palabras.
-Pero no puedo...-
-Guardias...-algunos solados se pusieron detante de los superiores para dejar en claro sus intenciones. No querías dejarlo sólo, luchar ahora no era una opción, así que los guardias te escoltaron hasta la salida dejando en claro que vuelvas a lado de Japón.
-Viste niña... tú ya no era bienvenida aquí, dile adiós a tu querido Yao~-canturreo la joven con una sonrisa-Nunca podrás ganarme, la diferencia entre tú y yo es grande...-esa fue la frase que te sacó de tus casillas.
-Si, la diferencia en increíble, yo soy una capital que tiene más posibilidades de luchar por su amor y no quiero decir lo que eres tú...-
.........................
Después de un largo viaje, las puertas de tu casa se abrieron dejando ver al joven de cabellos negros azabaches con una expresión molesta.
-¿Se puede saber dónde estabas?-te preguntó Japón.
-Pues... yo...-cuando el ojimarron se molestaba ,era muy intimidante, esos ojos recorrieron todo tu ser antes de contestar.
-Ve a darte un baño, (t/n)-chan... mañana hablaremos de este tema-dijo mientras con su mano que tenía unas vendas comenzó a acariciar tu cabeza.
-Esta bien...-
-Ah... y por último (t/n)-chan... olvídate de China-san por ahora, por favor-sentenció antes de marcharse de la habitación. Esas palabras fueron directas y la lágrimas se hicieron visibles en cuestión de segundos.
-(t/n)-sama...-una muchacha de cabellos negros se acercó a ti, pero ese dolor se hacía cada vez más intenso.
-Japón-san quiere que me olvidé de China...-
-(t/n)-sama, se lo que siente por China-san, en estos momentos Japón-sama está molesto, pero debe comprender la situación, ambos acaban de salir de una batalla, es natural que ambos estén así... aunque no lo demuestre, a Japón-san también le duele esta situación...-comentó la muchacha con kimono con flores de sakura.
-Lo se, pero...-
-(t/n)-sama, todo a su tiempo, si quiere luchar por el amor de China-san,lo puede hacer, pero debe esperar un poco más, estoy segura que él corresponderá sus sentimientos-la sonrisa de la pelinegra te hizo calmar un poco, ella siempre te apoyo con ese amor que tenías por el país de cabello largo, cada palabra de aliento te motivaba a continuar la batalla, ahora solo quedaba esperar un poco más.
-Gracias Saya-chan...-le dijiste antes de ponerte de pie.
-No se preocupe... sabe que siempre contará conmigo, pero nunca se olvide... luche por su amor, no tenga miedo y dé todo de si misma, se que usted puede, (t/n)-sama...-
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Lucha De Amor(China×Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora