IV

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     La madera podrída parecía mantener siempre la misma temperatura, fría, pero no tanto como esperaba, por alguna razón el suelo de ese lugar me daba la impresión de estar congelándose, tal vez esto solo sucedía dentro de mi cabeza sin embargo, me imaginé una historia alocada en la cual ese asqueroso piso sentía piedad por mi, y se mantenía en esa temperatura para no incomodarme...aunque era realmente estúpido, la idea de que alguien sientiese empatia por mi, me motivaba absurda mente a seguír. Me dije a mi mismo que al igual que una persona normal, me mentiría a mi mismo solo por sobrevivir, y de momento funcionó, aunque seguía tumbado en el suelo, llorando como un niño abandonado.

    En solo minutos tendría que salir, en solo minutos mi vida terminaría. Era eso lo que me había dicho el presentador, "hoy se acabará tu dolor", no podía significar otra cosa, me asesinaría, sería la mejor función, lo peor de esto es que no podía estar con Gheorghe, para despedirme o para mentirle sobre como su vida mejomael ba después mi muerte. En ese momento simplemente no podía considerar haber estado mentalmente estable, segundos antes de eso había convertido al suelo en un dios protector, fue así como empecé a charlar con mi pequeño Gheorghe, sin importar que tan doloroso resultaba emitir sonidos por mi garganta maltratada.

—No sabes cuanto te amo... Como me duele que estemos pasando por esto. Estaríamos bien si yo fuese más fuerte, si aquel día nos hubiese defendido, pero no fue posible, simplemente no lo fue —paré, porque era difícil llorar y hablar a la vez, limpié mi cara con la única parte de mi mano que no lucía mugrienta—, lo siento mucho...

***

Mientras el presentador decía su parlamento predeterminado, mis cadenas se hacían mas largas, así me permitía caminar un poco más, aunque no me levanté del suelo, tal vez por que no tenía sentido hacerlo, o porque no podía aguantar mi propio peso, me dolía hasta respirar.

—levantate Henry, sonriele al publico —El presentador me miraba desde su plataforma flotante, su siniestra sonrisa me advirtió que si no sonreía su látigo se encargaría de marcar una sangrienta mueca, entonces levanté ligeramente las comisuras de mi boca me puse de pie—. Ahora, ¿que tal si le dedicas una sonrisa a la persona que mas amas en el mundo?

Mi corazón se agitaba dolorosamente dentro mi pecho. Una plataforma flotante aterrizaba frente a nosotros, y ahí una masa sangrienta intententaba moverse, aunque apenas podía mover un brazo, y con este se empezó a arrastrar hacia mi. Se acerco a mis pies después de unos minutos, y aunque cada parte de su cuerpo estaba roja y deforme, sus ojos me ayudaron a reconocerlo, fue entonces cuando mi piel se erizó por completo, y mi alma se destruyó. Me tiré en el suelo, estampé mis labios en los de Gheorghe, llenándome sangre con el leve contacto. El grito del público le dio paso a la siguiente parte del discurso del presentador, que apenas podía escuchar gracias a la ira que se acumulaba en mi interior.

—¡Estos pecadores necesitan ser castigados! —Anunció la voz rasposa.

La punta de el látigo apenas rozó mi rodilla, y dejó un rastro rojo que causó menos dolor de lo que había pensado que causaría. Me levanté, ahora más enojado que nunca, mi corazón latía desesperadamente. Influenciado por la ira, me desplacé rápidamente sin sentír dolor alguno.

—Eres una sabandija asquerosa —Escupió el presentador, levantando el látigo de nuevo... Lo esquivé al instante, seguidamente me abalancé contra él, derribándolo de la plataforma flotante. Él giró por el mugriento piso del poliedro, ensuciando su perfecto y costoso trage. El público gritaba por el terror, habían niños gritando "encierren a la bestia", las mujeres cubrian sus rostros con sus sofistcados faldones.

—¡Maldita rata del demonio! —Gritó aquel hombre, que ahora corría en mi dirección, me levanté del suelo y esquivé el latigazo justo a tiempo.

El presentador cambió su gesto de frustración rápidamente, de la forma en que haría alguien al que se le acaba de ocurrir una fantástica idea, y supe rápidamente lo que había pensado, ya que segundos después, él corrió hacia donde se encontraba Gheorghe. Con la asquerosa mano que le quedaba libre, el presentador tiró del cabello de Gheorghe, y de nuevo el público parecía feliz.

—¡Matalo! —gritó una mujer del publico, y seguido de eso se escucharon más y más personas aprobando la idea.

Un latigazo tras otro, mi corazón se desvanecía, la voz de Gheorghe sonaba ronca... Apenas audible.

—¡Sueltalo ya! —grité entre sollozos.

En ese momento sentí las cadenas tirando de mi cuerpo, alejándome de la escena, mi barbilla exploró la tierra de forma dolorosa. No grité de dolor, grité por la ira, la impotencia, la tristeza, por todo lo que pudiese sentir en ese momento, pero no fue un grito de dolor. Las lágrimas se deslizaban calientes por mi rostro mugriento, mezclándose con la sangre, con la tierra... ¿con mi alma?

—El público a hablado —dijo el presentador. Su sonrisa solo incrementaba mis náuseas. Buscó dentro de uno de los bolsillos un objeto que, a simple vista, no pude reconocer— ¡Bestia asquerosa!

Una daga. Eso era lo que relucía en sus manos cuando me arrebató lo más preciado que tuve. Y en ese momento, cuando me revolcaba en el suelo por el dolor, cuando trataba de estampar el nombre de Gheorghe en el aire... Cuando las diminutas gotas de esperanza que aun me quedaban huían de mi, noté que el sentido de mi existencia había desaparecido, que mis días habían terminado, porque aunque mi corazón siguiese latiendo, mi alma se había marchado, acompañando a la única persona que me había pertenecido, a la única a la que me permití permanecer.

—¿Qué pasa? —su rasposa voz jamas había resonado tan fuerte en mi oído. No hubo dolor, ni ira, en ese momento yo también había muerto— ¿no le vas a sonreír al público?

N/A

¡Volví!

(Si, calma, no aplaudan tanto, ¡ya que me sonrojo!)

Damas, caballeros, niños y niñas(no, ustedes no deberían leer esto, es muy explícito), perros, gatos, cardashians (ja-ja! robaron a kim por puta)...

¡Necesito así con toda mi alma que me digan que opinan de lo que leen!

¿Creen que es justo ver que diez personas leyeron y no saber si le gusto a al menos una? No, no señores fantasmas, no se vale, así no son las cosas ...

Me siguen en insta? →@juan_15rincon ←(farandy *cof cof*)

La la la la la, mis notas son mas largas que mis capítulos :'v, yo quiero ser chevere y profesional pero esa verga no se puede *se va a chillar*


 

Cadenas y grilletes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora