Queriendo Quererte

Capítulo 4: Un reencuentro inesperado

Después de chocar con miles de personas y disculparme otras miles de veces más, encontré mi taquilla.

Estaba al lado de la de una chica muy guapa. Parecía simpática. Era de mi altura, tenía el pelo largo y rubio y los ojos de color azul, y la verdad, su cara me resultaba conocida, pero a lo mejor eran sólo alucinaciones mías.

Abrí mi taquilla para coger el horario y poder ver qué clase tenía, a primera hora me tocaba ir a clase de biología, pero el único problema era que no tenía ni idea de hacia dónde tenía que ir.

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Me dio la impresión de ya había recorrido aquellos pasillos cientos de veces y empezaba a ponerme nerviosa, no solo porque fuera a llegar tarde, sino porque además me había perdido, a ver cómo salía yo de allí ahora.

Mientras pensar esto sólo hacía que me preocupase más, oí una voz a mi espalda y me volví viendo una cara que me resultaba familiar. Era la chica que había visto antes, mi vecina de taquilla.

X: Hola, te veo un poco perdida, ¿necesitas ayuda? - me dijo.

Yo: La verdad es que sí, me he perdido y no se cómo llegar a clase.

X: Debes de ser la chica nueva. Primero de todo, bienvenida - dijo sonriente - y ahora veamos, ¿Qué clase tienes ahora?- preguntó.

Yo: Biología.

X: ¡En serio!- contestó contenta - yo también tengo que ir, pero te aviso, la profesora Johnson en un completo horror - dijo poniendo cara de asco.

Me empecé a reír, pero paré en cuanto me di cuenta de algo.

Yo: ¿De dónde has sacado ese collar?- le pregunté sorprendida.

X: ¿P... por... por qué lo preguntas?- me dijo extrañada.

Yo: Bueno, es que... - le enseñé mi collar que era exactamente igual que el suyo, (un infinito plateado)- hace tiempo me despedí de mi mejor amiga, Madison, y... ella se quedó con un collar igual que el tuyo y yo con otro, así recordaríamos siempre que éramos amigas, y ahora al verlo creí que... bueno... da igual.

X: Es imposible... - me dijo con la voz entrecortada - ¿Brooke?

Yo: ¿¡Madi?! - pregunté gritando más de lo que quería.

Ambas asentimos y nos abrazamos. ¡Era ella! ¡Después de tantos años parecía irreal que nos hubiéramos reencontrado! ¡No podía creerlo!