Anécdota 1

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Contada por Theresa Jackson, fundadora y codirectora del PDMH. 


"Hace un poco más de un año, una Ravenclaw (la cual mantendré en anonimato), después de varias quejas de Hufflepuffs enfadados dijo claramente en el Gran Comedor, que nada de lo que dijéramos le haría cambiar de opinión, que Hufflepuff no le gustaba, pero siempre se metía con ella de forma cariñosa. Que aquellas burlas eran humor y que lo hace con cariño. Por supuesto, acompañado de varios tacos. 

Y luego están los que respondieron que hay que tomarse las burlas con gracia, y algunos Hufflepuffs dijeron que quien se enfadará por aquellas bromas tontas es que no era un verdadero Hufflepuff. Y también estaba el grupito que dice que tenemos que ser pacientes. 

Pues bien, me queje y cité las tres cualidades básicas de mi casa.  Y ahí estuvo mi fallo. Dije que yo me quejaba para defender a los míos, que a mi no me importaba (he recibido durante dos años acoso en colegios muggles antes de los once) La estudiante en cuestión me dijo que sino me importaba no debía quejarme. 

Me quejo y revindico mis derechos por los míos, por eso creé la campaña, porque Hufflepuff no es la casa de las sobras. Porque los tejones defendemos con uñas y dientes lo nuestro. 

Que seamos Hufflepuffs no significa que no tengamos derecho a quejarnos y a protestar contra este prejuicio infundado. Somos la casa de los LEALES, HONESTOS, TRABAJADORES y JUSTOS"

Plataforma de Defensa de Miembros de HufflepuffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora