La cosecha

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Abrí los ojos y lo único que pude ver fue la luz segadora del sol que llegaba a través de las ventanas cristalinas de mi habitación. Se podia oír la energía de las plantas eléctricas al otro lado del distrito me levanté de la cama y camine hasta la ventana, asome la cabeza y vi a toda la gente que pasaba de un lado a otro con sus mejores trajes, todos con sus mejores trajes ¿Por qué? Todos los que pasaban tan acomodados, perfumados y muy bien peinados. Es usual que todos se arreglen para salir pero había que admitir que todos estaban demasiado arreglados.. ¿Me pregunto por qué están todos tan arreglados? Dije en mi mente. Me quedé en mi habitación viendo a la gente pasando cuando de pronto.

--Bryan levantate es hora de comer y a prepararse-- La voz de Yoverlit Rico mi Madre inundó la habitación
--Ya voy-- Contesté con calma y restregandome los ojos con las manos

Me puse unos shorts azules y una playera color negro y unos zapatos. De todos modos, Solo iba a estar en casa.

Salí de mi habitación y bajando las escaleras frente a ella, me dirigí hasta el comedor donde me esperaba un buen plato de panqueques con miel y una mirada jugadora de mi madre y mi hermano, al verlos fruncieron el seño, me senté y comencé a comer mis panqueques.

--¿Usarás eso? -- Pregunto mi Madre frunciendo el seño
-- Si ¿por qué? -- Dije confundido
--Deberías cambiarte si nuestro Padre te ve con eso se molestará-- Contestó mi pequeño hermano. Con tan sólo 10 Años de edad Isaac, era demasiado maduro para lo pequeño que era.
--Hablando de Papá ¿donde esta?--Pregunté
--Hace unos arreglos en la planta de energía-- Contestó mi Madre

Mi Papá era un hombre muy trabajador, era Vicepresidente de la planta de energía. Recuerdo una vez que fui a su trabajo y me quedé en su oficina era gigantesca, Habían libros en cada estantería de la habitación y un baño para el solo. Tenía una lámpara en cada esquina y en el medio un gran estante de trabajo con el nombre grabado "Omar Mavarez Vicepresidente "  No debo presumir pero de verdad era fascinante.

--Ah ¿si?-- Contesté muy pensativo
--Si, después de todo, el día de la cosecha todo tiene que estar bien preparado...-- Dijo mi Madre con tono sarcástico--¿No lo crees Hijo?--Aguarden dijo...¿¡Cosecha!?
--¿Hoy es la cosecha? Lo había olvidado por completo...-- Le dije a mi Madre
--Pues mejor date un baño y Vístete rápido-- Dijo mi hermano--Te esperaremos en la plaza-- Continuo
--Bien--me levante y deje mi plato a medio comer
Entre a mi habitación y comenzaron a venir preguntadas a mi cabeza... Hoy es la cosecha. Pensé. Todas las taselas que he pedido, continuaron los pensamientos. Es imposible que no me elijan a mi... Eso seria un milagro, Mis pensamientos pararon al darme cuenta de que... yo no era el único que pedía taselas, había mucha gente formada para pedirlas contínuamente... Gente de mi edad. 14 Años. Eso es. Yo no soy el único...

Camine hasta el armario, abrí las puertas y tome mi toalla, me quite toda la ropa en la cama y luego me puse mis sandalias negras. Enrolla mi toalla por la cintura y camine hasta el baño, pasando por arriba de las escaleras y derecho por el cuarto de mi Madre y mi Padre y abriendo la puerta del cuarto de baño, entré y me encerré.

Camine hasta la ducha y giré la manilla para que cayera el agua. Me metí a la ducha y empezó a mojarme el cabello. Agarre un jabón de baño y empecé a lavarme todo el cuerpo. Mientras caía el agua pensé; ¿Si soy elegido? ¿Que pasaría si dijeran mi nombre leyendo ese papel? Tengo mis conclusiones ya listas. Se lo que pasaría, Lucharía por el honor de mi distrito hasta caer en batalla... Igual aquí ya hay muchos ganadores, Están cada uno en la "Aldea de los vencedores" ya sanos y salvos en sus casas.

Salí de la ducha, me sequé, me puse mis sandalias y me enrolle la toalla en la cintura para ir a ponerme la ropa. Salí del baño y camine hasta mi habitación a vestirme otra vez pase por arriba de las escaleras. Mi hermano y mi Madre ya se habían ido a esperar que comenzara la ceremonia de cosecha. Así que me apresuré a Vestirme. Entre a mi habitación y abrí el armario en donde mi Madre me había dejado unos Jeans, un suéter color blanco y una camisa negra. Me vestí con la ropa que me habían dejado y me puse perfume. Fuí a cepillarme los dientes y peinar mi cabello que se había mojado.

Felices Juegos del HambreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora