1° parte: Diario de una princesa enamorada. Cap:1

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Diario
¡Desgracia! ¡Vergüenza! ¡Deshonra! ¡Ruina! no existen palabras para describir lo que ese extranjero, ese, ese, hombre le ha hecho a... a, mi, mi pequeña hermanita. Estoy escribiendo en nuestro cuarto, mamá está llorando mientras a caricia el cabello de mi hermana menor, o lo que queda de su cabello. Mi pobre hermanita está tan mal que no se mueve, ni llora, ni nada, como si fuera una estatua, me preocupa. Esta mañana salimos a comprar los víveres del mes, Mamá no nos quería dejar ir solas, ahora con lo que paso ya no va a querer dejarnos otra vez, pero ella no está en condiciones de hacer esos encargos. Si no fuera por esa cosa metálica que intentó comerse a mi hermana, la cosa metálica del extranjero intentó comerse el pelo de mi hermana y por poco se la come a ella. Puede que el extranjero le salvara la vida al cortarle su cabello, pero al hacerlo humilló en público a la pequeña Ying y ahora no podrá salir al pueblo en mucho tiempo sin ser humillada por su cabello que le quedó como si fuera un hombre, es horrible, nunca la dejarán olvidarlo.

No pude seguir en la casa. Mamá no dejaba de llorar muy fuerte, es molesto; no podía pensar, menos escribir. "El cabello de la pequeña Ying" "El largo y hermoso cabello de la pequeña Ying" "El largo y hermoso cabello de la perfecta pequeña Ying" ¡Aaaarg! No la soporto, siempre es obediente, callada, educada, refinada reservada, centrada, delicada, equilibrada y puntual. ¿Soy mala persona por sentirme bien de que mi hermana sufra? Cuando vi a las chicas del pueblo burlándose de lo que le había pasado a mi hermana, no pude contenerme; me enoje, le dije al extranjero miles de cosas que no me atrevería a nombrar frente a mamá, pero una parte de quería reírse junto a las envidiosas del pueblo. Siempre están alagándola, recordándome todo lo maravillosa que es y cómo yo no lo soy. No puedo evitar sentirme mal por sentirme bien, pero siempre que hago algo me comparan con ella, a mí y a cualquier otra chica del pueblo. ¿Soy mala persona por sentirme bien porque mi hermana ya no es tan perfecta? En momentos como estos quisiera que ella no hubiera nacido.

No sé como lo hace. Hëi mäo/Gato negro apareció atrás de mí sin hacer ningún ruido, sin decir nada se sentó a mi lado todo el tiempo que me sentía mal. Nunca habla, a veces es incomodo o hasta aterrador; pero en ese momento fue algo que me hizo sentir mejor, ¡Como odio que me pregunten qué me pasa! A hora que lo pienso, creo que se veía algo diferente, aunque no sabría que era ya que su máscara cubre todo su rostro, es algo aterrador, nunca sé si está, triste o con hambre, es casi cómo tener a un árbol o a un gato muy serio; creo que por eso es Hëi mäo y no alguien más. No dijimos nada en un largo rato, hasta que se paró y me hizo señas para que lo siguiera. No tenía ganas de regresar a casa con mi mamá llorando y el pelo de la pequeña Ying recordándome lo mala persona que soy, por lo que lo seguí. Me dirigió hacia el palacio del señor que vive cerca del pueblo, se detuvo a fuera del palacio y me miró -¿Vas a entrar?- Sin decir ninguna palabra giró su cabeza hacia mí y asintió -¿Qué vas a hacer?- No me respondió de ninguna forma, en estos momentos es realmente molesto. Hëi me señalo el suelo con su mano -¿Quieres que me quede aquí?- asintió en silencio y me señaló el alrededor del lugar -¿Quieres que le dé la vuelta?- Sin responderme entró al palacio.

Caminé por lo que parecieron ser horas, ¿Por qué Hëi mäo había aparecido junto a mí? Yo sé que Hëi hace misiones sin mí, sólo aparecería si lo hubiera planeado; ahora que lo pienso, eso significa que ella estaba pasando ahí por mí. Ah, sí; mientras caminaba tratando de tranquilizarme por lo que ocurría en mi casa, cuando un ruido se escuchó por el bosque. -¿Hay alguien ahí?- Fue lo que dije en ese momento, ahora que lo pienso, esa no fue buena idea. En ese momento, unos hombres fuertes salieron del bosque y empezaron a atacarme. Trate de reaccionar lo más rápido que pude, cuando tome mi arma se me resbaló de las manos. Me lancé al suelo intentando tomar recoger mi arma. Los hombres no dudaron en lanzarse sobre mí para evitar que lograra recuperarla, pesaban demasiado. Mientras intentaba estirar mi mano para tomar mi arma, una mujer demasiado bonita salió del fondo del bosque y la tomó. Aaarg, ¡Que coraje! ¡Sobre todo cuando me miró con una sonrisa de victoria! Antes de decir -¿Esta es la poderosa Hóngsè gongzhu/ Princesa roja? Esperaba más de una mítica leyenda. Si esta es Hóngsè gongzhu, Hëi mäo no será ningún problema-

Uno de los hombres ayudó a la mujer a entrar al palacio, mientras otro me sostenía muy fuerte, casi sentía que me faltaba el aire. ¿En serio planeaban mandar a esa mujer para enfrentar a Hëi mäo? No quería quedarme con la duda, así que les pregunte -¿Qué tan fuerte es esa mujer? Espero que más que ustedes dos, porque no creo le gane a Hëi mäo- Los hombres me miraron enojados -No estás en posición de hablar Hóngsè gongzhu/Princesa roja, no importa que tan fuerte sea Hëi mäo/Gato negro, ningún hombre puede escapar de la belleza de una mujer como ella- Al principio no lo entendí, pero en cuanto entendí lo que quisieron decir empecé a reírme sin control. No vi sus caras, pero estoy segura que mi reacción debió confundirlos, porque el hombre me es estaba deteniendo me soltó de golpe -¡Ja, ja, ja, ja, ja! ¡Ustedes sí que son torpes!- Intente lo más que pude para mirarlo sería al hablar -Mi, ja, ja, mi, ja, mi gato, ja, ja, mi gato, ja, ja, mi gato no, ja, ja, mi gato no es macho- Antes que los hombres me dijeran algo, un grito se escuchó. Los hombres me ignoraron al mirar asustados al interior del palacio mientras yo trataba de buscar mi arma.

Antes que yo encontrara mi yoyo, digo, arma, la mujer que entró, salió volando desde adentro del palacio y se atoró entre las ramas de los árboles. Los hombres asustados intentaron buscar a Hëi mäo entre la noche. Buscar a un gato negro de noche, ¡Negro, de noche! ¿Es en serio? No estaba prestando atención cuando ocurrió todo, yo seguía concentrada en buscar mi arma cuando los hombres empezaron a gritar como si fueran torturados por algo horrible; una parte de mí quería voltear a ver, otra parte me decía que no quería saber lo que estaba pasando. Seguía dudando si debía voltear, cuando una mano se extendió hacia mí extendiéndome mi arma, era Hëi mäo -¿Dónde estaba?- Hëi mäo señaló a la mujer que estaba colgando el los árboles, después vi a los hombres tirados en la tierra sin moverse -¿Los mataste?- Hëi mäo negó para después irse a amararlos a todos junto a un árbol y escribir una nota que decía "Ladrones" -Pudiste resolver esto sin mí, ¿Para qué me trajiste?- Sin decir nada, Hëi mäo volteó su cabeza hacia mí y se fue. A veces es molesto que no hable.

Cuando llegué a casa, la pequeña Ying estaba mirando el cielo. Creo que no se dio cuenta que me había ido, y si se dio cuenta, no dijo nada. Se veía rara con el cabello corto. Me senté a su lado sin decir nada, seguía sin mirarme -¿Cómo te sientes?- -No lo sé ¿Cómo debería sentirme?- Me dijo, sin dejar de ver el cielo, con su voz bajita -Mal, tu cabello era muy bonito- -No sé si me siento mal- -Bien ¿Y qué es lo que sientes?- -No lo sé, ¿frío?- -¿Frío?- -En mi cuello- Ambas no reímos -Vamos a dormir, si no podrías arruinar tu perfecta carita- -Sí- -¿Y Mamá?- -Después de un rato se quedó dormida-

Observaciones
Aun no completo una semana en este olvidado pueblo chino y creo que he causado la desgracia de una niña a la que su cabello se le atoró en una polea y tuve que cortarlo. Al parecer el cabello es importante para los habitantes de esta región.

Un extra en esta exótica tierra, mi sueño era interrumpido por el disonante maullido de los gatos. Guiado por la frustración que me dominaba en ese momento, salí por la ventana y lance mi calzado a los felinos sin revisar al cual lo había alcanzado. Antes de cerrar mi ventana, una mujer vestida de negro apareció para devolverme con rudeza mi prenda arrojada para dejarme en el suelo sin conciencia por varias horas. No entiendo el comportamiento de las personas de esta región.

Atte: Felix A.

Confesiones
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La "Princesa Roja" y "el" Gato NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora