Capitulo 25

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-Ya veo porque no estabas -dijo Plano, apretando los nudillos. Parecía acabado, tenía aún mas cicatrices que la última vez que lo vi, varios moretones y un ojo hinchado. Se veía asqueroso, pero me daba lástima.
Levante el arma y lo apunté enseguida. Una gota de sudor recorrió todo mi rostro, no sabía si sería capaz de matarlo.

-Hazlo -dijo y lanzó un objeto: El termo de Grey's Anathomy de Hans- Te darás cuenta de que no ganas ni pierdes nada.

-¡Mi termo! -gritó Hans exaltado y lo amenazó con una gran espada- ¿De donde mierda lo sacaste?

-Wey... -dijo Shrek, pero no supo como acabar la frase.

-Fui a buscar a Simbad -respondió Plano, no parecía preocupado. Ni solo un poco- Pero esto era lo único que encontré en buenas condiciones.

Cerré los ojos con fuerza. Aunque lo intentara, jamás podría tolerar la idea de imaginar a Pocahontas... Muerta. No entendía lo que ocurría, me utilizó, me secuestró, y resulto que quería protegerme. Algo no cuadra ¿verdad? Era una incógnita que jamás podría resolver.

-¿Cuando estuviste ahí? Recién llegamos de ese lugar -dijo Hans, aún sosteniendo su espada junto al cuello de Plano

-Ya cálmate, príncipe -respondió Plano- O te patearé el trasero.

Hans arqueo las cejas, pero aún así bajó su espada. No sabía lo que Plano quería de nosotros, pero veía a Shrek de una manera desgarradora.

-¿Que hace Smith con vida? -dijo Plano sin quitarle la mirada de encima.

-¿Ahora ya no soy el soldado Smith? -respondí sarcásticamente, pero a Plano no le hizo ninguna gracia.

-Cambio de planes -dijo Shrek- Siempre hay un plan B, sin tener que matar a alguien.

-El plan no era matarlo, jamás lo fue, es lo que acordamos.

-Te aseguro que Simbad no sabía eso -respondió Shrek con el ceño fruncido- Ni tu.

-Vale, ¿y ahora que sigue? ¿Jugar escondidas con él? ¿Carreritas? -espetó y se cubrió el rostro con las manos... Bueno, aletas, o lo que sea que sean esas mierdas- Hablé con el profesor, su amnesia es casi incurable, no nos sirve.

-Sé donde esta la máquina -interrumpí. Todos me miraron al mismo tiempo- Sé que esa máquina es mía, yo la hice, increíblemente tengo la imagen en mi cabeza, y les aseguro que sabré como funciona cuando lleguemos a ella.

-Ah, denle un premio -dijo Plano aplaudiendo burlonamente- No permitiría que te salieras con la tuya de nuevo, no otra vez -sacó una navaja y se acerco a mi, pero lo que ocurrió enseguida me dejo helado. Shrek se puso frente a mi.

-Esto ya no es una guerra, Plano. No somos enemigos -dijo levantando su enorme y verde mano.

Plano se quedó boquiabierto, pero sabía perfectamente que jamás podría derrotar a Shrek. Dejó caer su navaja y miró con recelo a Waluigi.

-No eres mas que una sombra -le dijo- Ellos jamás van a tomarte enserio.

Waluigi nos miró a todos y agachó la mirada.

-Pero tampoco van a hacerme algún daño -respondió quitándose su gorra morada.

-Ya veo -dijo Plano- Son un equipo. Creo que el que estorba aquí soy yo.

-¿Porque no te quedas? -cuestionó Odette.

-Yo no necesito esa máquina, puedo quedarme en esta época.

-¿Que? -dijo Shrek mirándolo incrédulo- ¿Porque te quedarías aquí?

-¿Y porque no? -dijo Plano- ¿Hay alguna razón para volver?

Shrek apretó sus nudillos, parecía nervioso.

-Plano...

-Smith te esta usando -dijo y me tomó del cuello, inmediatamente quité su mano y lo apunté con la pistola, pero Shrek colocó su mano frente a ella. De algún modo, no sé porque, pero sentí algo así como celos.

-Basta -dijo Shrek- Los dos.

Miré a Hans, que veía con asco a Plano. Agaché la mirada, no sabía cuales eran los planes de... Plano. Planes de plano. Incluso suena ridículo.

-¿Quien es esa vieja? -preguntó Plano apuntando a Odette.

-Una chica a la cual ayudamos -dijo Hans- ¿No puedes hacer tus entrevistas otro día? Quizá en otra época o algo así, como gustes, pero tenemos el tiempo contado, así que si nos disculpas...

-Yo voy -interrumpió Plano.

-No era lo que intentaba decir...

-Lo sé, pero quiero asegurarme de que no mueras -dijo mirando a Shrek.

-No voy a hacerle nada -dije al fin- Estamos ayudándonos mutuamente, ambos queremos algo.

-No estaba hablándote a ti.

Todos comenzaron a mirarse mutuamente, intentando llegar a un acuerdo. Si Plano nos acompañaba no habrían buenas noticias. Decidimos empezar a avanzar, hasta que algo chocó contra el suelo y lo hizo retumbar tan fuerte que todos caímos.  Cuando me incorporé, logre levantar la mirada, pero lo que vi me hizo caer nuevamente.

Amar es un sacrificioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora