Capitulo 29

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No miré a nadie, pero estaba seguro de que todos tuvimos la misma expresión en ese momento: asombro.

-Recuérdenme nunca hacer enojar a éste cabron -dijo Hans viendo como Waluigi iba recuperando su forma original.

-Finalmente acabó -dijo Shrek resoplando- Fue pesado.

-Miren el cielo -dijo Odette- Busquemos refugio, esa cueva en la que está Raquel puede resguardarnos una noche con facilidad, es bastante amplia.

-¿Qué? ¿Ya quieres descansar? -dijo Hans con arrogancia, pero posó sus manos sobre sus rodillas y empezó a recuperar el aliento.

-No arriesgaré mi vida y mucho menos la de mi hija. Está anocheciendo bastante rápido, si ustedes quieren seguir es aceptable, ya les seguiré el paso en la mañana.

-No -dijo Shrek- Estoy de acuerdo. Estamos en una zona bastante segura, no habrá mejor oportunidad para descansar que en éste lugar.

-¿Ah, sí? -espetó Hans- ¿Seguro? ¡Por favor! Casi morimos por que aparecieron esas mamadas gigantescas.

-Déjense de chingaderas -dije tocando mi frente- Realmente me siento débil, extraño, no lo sé. Por favor descansemos, si quieren hago la primera guardia.

-Yo la haré -dijo Plano, mirándome con cierta admiración- ¿Qué dices amigo? -ésta vez se giró hacia Waluigi.

Éste lo miró con algo de desconfianza y decepción.

-Escucha... Lo siento, desconocía las intenciones de cada uno -dijo Plano.

Waluigi sonrió y asintió con la cabeza.

-Yo puedo hacer la segunda guardia -dijo Pocahontas. Todos volteamos a verla.

-No permitiría jamás que entraras a esa cueva -dije reposando el arma en mi hombro.

-Bien, me quedaré aquí, pero no pienso alejarme -replicó.

-Entonces todos entren al refugio- dijo Shrek y posó sus ojos sobre mi- ¿Me ayudas a formar la fogata?

Amar es un sacrificioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora