Cada día estoy peor. Ningún medico es capaz de mentir para darme un poco de esperanza. Todos dicen lo mismo; mi expectativa de vida es corta, todo mi sistema comenzará a fallar, el sangrado se intensificará, los ataques epilépticos serán mas frecuentes, cada día mi deterioro será mas notable hasta que mi cuerpo no lo soporte y finalmente... muera.
Lo único que me mantiene intentando vivir es ella; la persona que cuida de mí, mi amiga, mi prometida... la única capaz de acompañarme a este recóndito lugar en busca de respuestas, y según ella, una posible "cura" para mi condición.
-Estamos por llegar- anuncia el capitán de la pequeña embarcación que nos llevará a esa isla. Natalie me ayuda a levantarme del asiento para juntos ver a lo lejos el vasto pedazo de tierra en medio de la nada a donde nos dirigimos. Con cuidado y dedicación cuida que los rayos del sol no toquen mi piel. Estoy tan mal, que no puedo nisiquiera exponerme un poco a la luz solar sin dañarme.
Minutos mas tarde hemos llegado y comenzamos a bajar el poco equipaje que traemos. Imagino que el lugar no debe tener muchos visitantes puesto que no es para nada un destino turístico.
Mientras caminamos rumbo al pequeño hostal donde nos hospedaremos, las miradas curiosas están sobre nosotros, nadie nos conoce y este parece el tipo de lugar donde todos saben la vida de todos. Además, mi aspecto no pasa desapercibido en ningún lugar. Siempre llevo la mayoría del cuerpo cubierto para protegerme de los rayos del sol junto con unos enormes lentes negros que protegen mis ojos. Estoy acostumbrado a ser observado pero toda esta situación me causa una enorme ansiedad. Tal vez fue un error venir aquí.
-Bienvenidos al hostal Listing- un hombre joven nos atiende en cuanto llegamos a la recepción.
-Gracias, tenemos reservada una habitación- habla Natalie.
-Sí, lo se. Son nuestros únicos huéspedes por lo que no tendrán que compartir habitación- el chico de largo cabello castaño nos brinda una sonrisa de portada de revista y nos atiende con amabilidad -por cierto mi nombre es Georg y estaré al pendiente de lo que necesiten en su estancia aquí. Ahora, siganme por favor-.
Cordialmente se ofrece a ayudarnos con las maletas. Mientras caminamos hacia nuestra habitación nos presentamos y Nat aprovecha para hablarle un poco de mi condición, como estaremos un tiempo indefinido aquí, es importante adaptar un poco el entorno para mi comodidad. Es decir, cerrar todas las cortinas para no estar expuesto a los rayos del sol. Él castaño se muestra comprensivo y accede a sus peticiones.
Justo antes de subir al segundo piso un aroma invade mis sentidos, es un olor fuerte y penetrante pero de alguna forma atrayente. Siguiendo la fuente del aroma, mis ojos viajan a una puerta al final del pasillo que parece conectar a un lugar distinto al hostal.
-¿Que es ese olor?- pregunto mientras sigo viendo en la misma dirección.
-Oh lo siento mucho, olvide cerrar la puerta- Georg se apresura a cerrar la puerta mientras se disculpa por el "mal olor" -últimamente la economía no ha estado bien y mi padre no pudo pagar la hipoteca sobre el mortuorio, por lo que tuvimos que dividir el hostal para mantener ambos negocios y... bueno ahora mismo estamos preparando el cuerpo de la señora Schafer. El olor es por el formaldehido que usamos para preparar los cuerpos. Pero no se preocupen, prometo no olvidar cerrar la puerta otra vez-.
La cara de Natalie se contrae en un gesto de repulsión. No está comoda con lo que nos acaban de decir pero esté es el único hostal en la isla. Se que en lo que menos quiere pensar es en la muerte y el hecho de tener un mortuorio a lado la ha hecho darse cuenta de que talvez en unos días sea mi cuerpo el que estén preparando del otro lado de la puerta.
Francamente la he complacido en venir porque sé que será lo ultimo que haga por ella. Si mi fiel compañera es feliz pasando nuestros últimos momentos juntos tratando de encontrar una milagrosa cura inexistente para mi padecimiento, entonces eso es lo que haremos. Aunque yo tenía otros planes para pasar mis últimos días.
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Mala Sangre
RandomBill padece de una rara condición médica. Su enfermedad congénita degenerativa no tiene precedentes por lo que su expectativa de vida es baja. La ultima esperanza de combatir el mal que le aqueja es visitar su lugar de nacimiento con la finalidad de...