III

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Pasó un día, y después otro. Los últimos días traté de localizar a Natalie sin éxito; se la pasaba huyendo de mí. Había intentado por todos los medios hacer que regresara al hostal conmigo para hablar sobre lo sucedido pero seguía muy enfadada. Y con justa razón.

Había tenido tiempo suficiente para pensar y ahora sé que no debí tratarla así. Las últimas horas han sido un infierno para mí, me sentí más solo y afligido que nunca pero sorprendentemente no sentí ningún otro malestar relacionado con mi enfermedad. Lo cual era inusual y no sabía si sentirme aliviado o preocuparme más, tal vez era algo así como una especie de tregua antes de morir.

Todo era un caos y no solo en mi mente.Por otro lado, la nada pequeña isla pasaba por un momento sumamente crítico. La tormenta ocasionó accidentes y algunos deslaves que se agravaron por los pequeños pero constantes temblores propios del sitio, el más grave ocurrió en el cementerio.

La isla tenía un terreno irregular, pequeñas y grandes formaciones montañosas la adornaban y el cementerio del lugar se situaba en lo alto de una colina.

-Este sitio puede ser el más aburrido de todos, pero una pequeña tormenta puede poner el lugar de cabeza en un par de días- dijo Georg mientras caminamos por los alrededores viendo los estragos producidos por la constante lluvia. Era un día nublado y había decidido salir a buscar de nuevo a Natalie.

Escuchaba al castaño hablar sobre lo impactante que resultó para todos descubrir las tumbas destruidas y los muchísimos ataúdes expuestos en la intemperie debido al deslave. Y lo peor de todo era que habían encontrado los ataúdes vacíos y no había rastros de los cuerpos. Entre ellos el cuerpo de la esposa de Gustav también se encontraba desaparecido. Cada día me parece mas horrible este lugar.

Yo lo escuchaba sin entender como podría ser posible que en un lugar tan reducido, donde todo mundo se conoce, hubiera alguien lo suficientemente enfermo para ser capaz de robar cadáveres. Ahora ya tenía una razón más para largarme de aquí tan pronto encontrara a mi novia.

-Hoy has estado mas distraído de lo normal... ¿te pasa algo?- me pregunto al notar que no había dicho mas que un par de palabras desde que le pedí que me acompañara.

-No... no pasa nada, solo estoy cansado- respondí, mintiendo evidentemente. Muchas cosas pasan en mi mente.

-Sabes... hay algo que quiero decirte desde hace unos días...- tomo un largo respiro -Tom me pidió dejarte a solas con él hace dos noches.

-¿Cómo?- cuestiono entre sorprendido e incrédulo. ¿Georg sabía sobre lo que pasó entre su novio y yo?  Excelente, una preocupación mas que cargar.

-Puede ser una persona intimidante. Así que sea lo que sea que te dijo, no te sientas mal. Sé que no era tu intención vernos esa noche...- la vergüenza me invadió. Georg no sabía que casi me tiro a su novio, pero sí que los vi haciéndolo. Lo cual me hace sentir un completo pervertido.

-Y-yo siento mucho lo de esa noche...- le digo muy apenado sin míralo a la cara.

-A mí me pareció que lo disfrutaste. No tienes que disculparte por ello- su reacción me tomó desprevenido. Yo creí que por lo menos se podría furioso pero por el contrario parece no molestarle en lo absoluto -somos amigos Bill, y aunque no lo creas se porque lo hiciste... si yo estuviera en tu lugar disfrutaría cada momento al máximo y si el voyerismo es lo tuyo, no soy quien para juzgar- sonrió y tomó mi mano en un gesto inocente. Definitivamente es alguien fuera de lo común.

-Si... bueno, es decir no... Claro que no. Yo no debí espiarlos de esa manera a tu novio y a ti- le digo sin saber realmente que decir. Aunque no lo tomó a mal,  yo no debí espiarlos como un jodido pervertido. Que valla a morir no justifica mis actos... ademas... después de todo lo que hice con su novio no puedo menos que sentir culpa.

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⏰ Última actualización: Mar 24, 2017 ⏰

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