un año después

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Hace un año, justo el 1 de enero de 2015, estaría dando mi vida por algunas personas que entraron en ella. Fueron de esos que entran a paso fuerte y sin llamar a la puerta o quizá pedir permiso. Que mas da. Al fin y al cabo yo misma les abriría la puerta, por tonta, por dejar que mi corazón lata por otros en vez de por mi.

Un año después y algunos meses más, aquí estoy, escribiendo esto pensado en las personas que salieron tiempo atrás, pero que hoy en día no les volvería dejar entrar. He puesto la cadena, la fuerte; la que es tan fuerte que ninguna persona con algún golpe duro podría romperla.

Y es que algunas veces es mejor poner barreras o cadenas; lo que sea con tal de salvarte a ti misma.

Creo que lo peor de este mundo, es que nunca sabrás cuales son las intenciones de los demás contigo; si te quieren por interés, para pasar el rato y luego abandonarte como a un pobre perro, para contarte el último cotilleo de la puta que se está dejando penetrar por hombres sólo para salvar a su familia... Y esta bien supongo; dicen que de los errores se aprende, aunque hagas uno detrás de otro.

El tiempo pasa tan deprisa que hay veces que no puedes decir STOP y ponerte a verificar los errores de la otra persona: lo dejas pasar hasta que te sale el chichón de un error más. Son tantos que no sabes si estás siendo un balón de fútbol o una persona humana.

Pero, es tu vida, se dice que puedes hacer con ella lo que te da la gana. Pero, ¿al punto de hacer que te golpees tantas veces?

everything I didn't sayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora