cuatro.

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n/a: no sé como putas funciona el puto año escolar en corea del sur, así que finjan conmigo que sé de estas cosas y siganle el juego a mi línea cronológica bien rara, please (?) ;_; <3

Apenas entran en el pequeño súper mercado, YoungJae sube a JinRi a su espalda, cumpliendo con lo que le había prometido a la niña desde los primeros pasos del camino de ida, mientras DaeHyun toma uno de los carritos en la entrada y repasa una vez más la lista de compras que él mismo ha hecho para organizar los víveres necesarios del mes.

YoungJae y JinRi le siguen desde cerca, mientras él busca lo necesario y en el precio más accesible, hablando con palabras simples acerca de como el año de a poco comienza a terminar y el que viene la pequeña ya tendrá que ir a al preescolar. Por suerte, JinRi parece bastante emocionada, YoungJae cree que hasta incluso más feliz que DaeHyun, aún si eso le dará tiempo al mayor para buscar otro trabajo, como le dijo que lo haría desde que los turnos dobles en el restaurante de su tío no le ayudan demasiado ya con el dinero. YoungJae tuvo que morderse los labios y finalmente desistir cuando DaeHyun tampoco quiso aceptar su ayuda en dinero, que YoungJae ya había hecho mucho por ellos, esto sería aprovecharme de ti y no quiero.

—Papi —ya están en la caja, los alimentos y otras cosas siendo registrados, cuando los ojos de JinRi reparan con interés en el pequeño congelador cerca de la entrada, ligeramente tomando el final de la camisa de DaeHyun cuando apunta con timidez un sabor de helado en particular —¿Por favor?

Aún sin soltar la mano de la niña a su lado, YoungJae observar sutilmente la expresión complicada en el rostro de DaeHyun, los dedos de su mano chocando ligeramente entre ellos para contar mejor, y es uno de esos hábitos que se han adherido a él dentro del tiempo en el que YoungJae no estuvo, es lo que cree, porque YoungJae no recuerda que él hiciera eso en clases de matemáticas. Es más, DaeHyun prácticamente ni siquiera rendía matemáticas. Era una de esas asignaturas en que YoungJae completaba dos exámenes, aunque, a decir verdad, jamás le importó porque DaeHyun solía pagarle muy bien por las respuestas correctas.

Finalmente, DaeHyun suspira pesado y carga a JinRi en brazos. Antes de que le de las malas noticias a la pequeña, YoungJae se adelanta, inclinándose torpemente sobre el cuerpo de DaeHyun para hablar.

—Por supuesto que sí, helado de camino a casa nos vendría bien a todos —él suelta una risita ligera, intentando ocultar detrás del dorso de su mano cuando ve la expresión en el rostro de DaeHyun y esa mirada brillante y emocionada que le regala JinRi.

—YoungJae, no —murmura el mayor en voz baja cuando ve a YoungJae caminar con naturaleza hasta el pequeño congelador y toma tres de los coloridos paquetes individuales.

—YoungJae, sí —JinRi ríe divertida cuando ve como YoungJae hace chocar suavemente uno de los helados en la frente de DaeHyun al ritmo del tono alegre de sus palabras, antes de colocar los tres dulces detrás del último montón de los víveres en la lista de DaeHyun que terminan por sumarse en la pantalla del cajero —. Es solamente helado, DaeHyun —dice YoungJae mientras saca su billetera, una sonrisa de pastel comenzando a burbujear entre sus labios al ver que la expresión complicada en el rostro de su amigo todavía está allí donde mismo nació —, puedo pagar por él y, además, es delicioso. Para ser una niña, Jinnie tiene un buen paladar.

Como si quisiera seguir protestando, DaeHyun vuelve a abrir su boca, pero solamente para volverla a cerrar, y dar un ligero suspiro. Le da las gracias a YoungJae cuando ambos han terminado de pagar y JinRi está saboreando el dulce frío, ambas manos sosteniendo cuidadosamente el envoltorio como se lo ha indicado su padre.

le daré color a tus labios ※ daejaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora