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Al día siguiente me levanté muy temprano para arreglarme, quería ir presentable a la casa de Mark. Caminé hacia su casa, caía bastante lejos de la mía, pero ese día me apetecía ir caminando.

Al llegar estaba sudando, era algo asqueroso tener el cuello lleno de sudor, por lo que saqué la colonia de mi bolso y me rocíe el cuerpo, era mejor no oler mal.

En ese momento el ascensor se abrió y antes de que pudiera cerrarse un hombre entró detrás de mi. Este iba vestido con un traje y llevaba una mochila colgando de su hombro.

- Puedes apretar el botón del piso 20? –dijo el hombre después de ver que no le daba a ningún botón. 

- Sí –dije como idiota.

Hubo un pequeño silencio y la bonita voz de aquel hombre hizo eco en todo el ascensor.

- ¿También vas al 20? –dijo el hombre.

- Sí.

- Ah... -nos volvimos a quedar en silencio por unos segundos- ¿a qué departamento?

- 20-2 - dije insegura

- ¿Por qué? –preguntó con mucha curiosidad.

- Voy a visitar a un amigo.

- ¿Amigo?

- ¿Qué amigo?

- Uno – dije ahora de forma fría, ese hombre preguntaba demasiado.

- ¡Vamos! ¡dime! Conozco a los chicos de ese departamento.

-  Oh... que bien! - dije con fingida ironía 

Me giré y esperé unos segundos más hasta que el elevador se abrió en el piso 20. Caminé hacia el departamento 20-2, ese  hombre iba detrás de mí. La verdad es que me dio un poco de miedo pero intenté sentirme segura ya que la puerta de Mark no estaba lejos.

 Al llegar a la puerta toqué fuertemente, Mark abrió rápidamente y después me miró con una enorme sonrisa.

- Ese hombre me persigue –le dije en la oreja

Mark miró sobre mi hombro y sonrío al ver a la persona que se encontraba detrás de mí. 

- No te preocupes Lyn, este hombre no te esta persiguiendo, el es un amigo de toda la vida. Se llama Alan. 

Dios mío, tierra tragame...la vergüenza que sentía en esos momentos no se podía comparar a ninguna. 

- Lo siento –dije a Alan- es que en estos tiempos no se sabe. - dije intentando juzgarme

- Cierto, menos con chicas tan guapas como tú –dijo guiñándome un ojo

Jason se asomó por la puerta y me dedicó con una de sus mejores sonrisas y seguidamente me hizo pasar. Mark solamente se limitó a entrar sin avisar a nadie. En el momento en que yo me senté, Mark salió con su chaqueta en la mano.

- Vamos a comprar –me dijo.

- Sí –me levanté del sofá y le seguí apresuradamente.

Sentía que Mark estaba raro, a pesar de que cuando me vio me dedico una sonrisa que hizo que mi pequeño corazón se volviera gelatina. 

- ¿No te es incómodo? –preguntó Mark.

- ¿Qué me puede ser incómodo? –dije sin saber.

- Mis amigos.

- ¡Ah! No, no me es incómodo, en realidad son muy graciosos.

- La verdad a mí me incómoda que sean así, por lo regular suelen ignorar a las mujeres, pero contigo parecen ser demasiado...

- No debes sentirte incómodo, creo que es porque siempre le caigo mejor a los hombres que a las mujeres, por lo general no tengo amigas.

- ¿Por qué?

- Porque siempre me traicionan. - dije intentando sonreír

Mark y yo caminamos al supermercado, compramos algunas cosas para hacer la comida. Después hicimos unas cuentas preguntas a las cajeras sobre si tenían sueño y si los habían cumplido y nos fuimos. 

- Verás que mi comida es más deliciosa que la que hace Jason - dijo seguro de si mismo  

- Espero que sea verdad, me traje la camiseta más ancha que pude, para poder comer sin preocuparme - dije riendo 

Al llegar a la casa me encontré con los chicos sentados en fila jugando. Cuando se dieron cuenta de que habíamos llegado, dejaron sus mandos y miraron hacia una puerta, la cual después de pocos segundos apareció Jason vestido de mujer. 

- ¿Qué estás haciendo? –preguntó  Mark.  Yo solamente reía.

- Voy a cantar y bailar para nuestra hermosa invitada –respondió él.

No pude evitar reírme mientras Jason cantaba y bailaba, eso no era normal. Mark parecía enfadado y cuando me gire hacia su dirección él estaba camino hacia la cocina. Jason, Alan y su amigo el cual se llama Sam no me dejaron seguir a Mark, me hicieron sentarme  en el sofá con ellos.

- Esos imbéciles qué se creen al estar haciendoesas estupideces por ella –dijo Mark mientras cocinaba- ni que fuera tanespecial para hacer el ridículo frente a ella.

- ¡Mark ! –dijo Sam entrando a la cocina.

- Dime –se giró Mark a mirarle.

- ¿Tu amiga tiene novio? - pregunto apoyandose en la encimera

- No sé, creo que no. - dijo intentando no sonar herido 

- ¿Crees que acepte salir a una cita conmigo? - pregunto Sam cada vez mas contento

Mark intentó sonreír, pero no pudo, no sabia porque de golpe todos sus amigos se sentían atraído por la chica constelaciones. Era él el primer en fijarse en ella. El primero enamorarse de ella, el que vio aquella espalda y cuello lleno de lunares. Cuando vio todos aquellos puntos tuvo que hacer un gran esfuerzo para no tocar su delicada piel.

Con el tiempo se sentía cada vez mas enamorado, pero el hecho de no poder hablar con ella le frustraba muchísimo. No entendía como toda la clase le hablará y ella le ignorará como si no existiera. Pero sus actos, pequeñas palabras y aquellas miradas que le lanzaba hacían que su piel se pudiera de gallina. Esa chica le tenía totalmente en la clase palma de su mano y ella no lo sabia.

Mark estaba cansado, harto de todo lo que estaba pasando. El karma le estaba jugando una mala pasada. Y no iba a quedarse sentado sin hacer nada, quería evitar  a toda costa que alguno de sus amigos acabara con su chica.

Constelaciones .Donde viven las historias. Descúbrelo ahora