3. El orígen de Alrreddy

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(( He aquí la tercera parte :3 y espero les guste mucho más n.n por cierto, algo que olvidé decir en la anterior parte, disculpen por tardar tanto en escribir la segunda parte... heh... es una larga historia... sin más preámbulos, disfruten :3))

Era época de invierno, faltaba poco para que sea mediodía y el sol alcance su punto máximo, pero debido a las nubes que se encontraban esparcidas por todo el cielo, éste estaba totalmente oscuro, dando un toque nocturno a la ciudad, cosa que era común en esa época, tenía aspecto de que una tormenta podría ocurrir en cualquier momento.
Me encontraba distraído observando a través de la ventana tal paisaje, junto al patio de mi colegio que se encontraba vacío porque todos estábamos en clases, sin prestarle mucha atención al profesor. Luego de un buen rato, llegó finalmente la hora de salida y el profesor nos dejó una tarea para el día siguiente, tras anotarla, guardé todas mis cosas en mi mochila y sin hablarle a nadie salí del salón, entonces mi amigo Alejandro se acercó corriendo hacia mí y al llegar puso su mano izquierda en mi hombro derecho.

▪ ¡E-eh! ¿A dónde vas? ¿Qué pasó? No tiendes a irte sin primero despedirte de todos... últimamente te estás comportando de forma... extraña... – Me dijo con un tono que expresaba preocupación.
~ Lo siento – Dije sonriendo –  Verás, estos días siento... algo perturbador, como si algo o alguien me estuviera vigilando todo el tiempo

Escuchamos un ruido como si fueran pequeños pasos apresurados y volteamos a ver.

~ Bueno... es por eso que intento moverme rápido por las calles – Agregué.
▪ Debes tranquilizarte, de seguro son animalitos callejeros que por coincidencia hacen ruido cuando pasas por ciertas zonas... de seguro el colegio te está estresando, eres muy dedicado a él... deberías descansar un poco
~ Pues son muy extrañas coincidencias aunque... quizás tengas razón…

Tras un suspiro que reflejaba cansancio nos despedimos y marchamos cada uno a su correspondiente hogar. Mientras caminaba a casa, me puse a pensar que podría tener razón, que el colegio quizás me estaba estresando bastante, recuerdo incluso que en muchas ocasiones me desvelaba haciendo las tareas para que me salieran impecables.

~ Mejor descansaré un poco...

Me dije a mí mismo al momento de llegar a casa, agarré mi llave, la introduje en la cerradura de la puerta para destrabarla y luego abrirla, entré y la cerré de la misma forma, trabándola, solamente que dejé la llave puesta. Mis padres no se encontraban en casa, pues habían ido a una fiesta de despedida de solteros para luego ir a una boda, lo cual era un poco extraño que sea el mismo día... por consiguiente estas fiestas durarían desde las 12:00 p.m. hasta las 12:00 a.m. y, obviamente, luego irían a casa de los recién casados a seguir festejando... en mi opinión, esa pareja y sus amigos eran un poco raros... Más se dedicaban a festejar todo el tiempo... Me dijeron que si quería podría ir luego de clases, pero les dije que no lo haría... No me gustaban mucho esas cosas, prefería quedarme en casa a hacer otras actividades. Fui a la cocina para buscar algún comestible que puera calentar pa alimentarme. Encontré un poco de espagueti que había sobrado del día anterior, me serví un poco en un plato y lo metí al microondas, programando que se calentara por dos minutos, ya que se suponía era tiempo suficiente para que esté a una buena temperatura. Después de hacerlo escuché un ruido similar al de un jarrón que acababa de romperse por alguna clase de caída. Fui al lugar proveniente del ruido y vi a Alex, un gato que recogí de la calle hace días; su piel era celeste y su pelaje azul, supuse que era así porque quizás se había caído o le habían tirado alguna clase de pintura permanente del color de su pelaje, aunque éste no era duro, como cuando la pintura está seca en alguna clase de pelo, tampoco mostraba rasgos de que ésta estuviera fresca o seca... sino todo lo contrario, era muy suave... sus ojos eran diferentes, mientras que el derecho era amarillo, el izquierdo era verde, esa era la razón principal por la que decidí llevármelo, era diferente a los demás y cualquiera lo hubiera despreciado. Vi que Alex estaba a lado del jarrón celeste con flores blancas de mi madre, el cual era el único de la casa, quedé extrañado ya que estaba completamente seguro de haberlo escuchado romperse. No le di mucha importancia porque había recordado lo que mi amigo me había dicho, entonces agarré a Alex para volver a la cocina, pero mientras volteaba, noté que la llave no estaba en el cerrojo de la puerta principal, me sobé los ojos, creía que había visto mal porque estaba seguro de que había dejado la llave allí. Sin más, ésta no estaba... había quedado atrapado en casa, sólo me quedaba esperar a que mis padres lleguen al día siguiente, pero no podía dejar así el tema, obviamente, si perdía la llave mis padres me regañarían, aunque no había mucho problema, ya que se suponía que ésta seguía en casa; dejé a Alex en el suelo y éste subió las gradas para fue a mi habitación, parecía una persona, incluso sabía qué debía hacer cuando se le pedía algo. Yo me quedé donde estaba por un rato para buscar la llave. Quizás tardé 8 minutos buscando, pero no encontré nada. De repente, Alex bajó las gradas con la llave en su boca, como si supiera que la estaba buscando. Sonreí al verlo y le pedí la llave, pero éste se la metió completamente en su boca, tragándosela por completo, quedé muy sorprendido y un poco asustado, pues era físicamente imposible que un gato se trague una llave así sin quedar atragantado ahogándose con la misma. Se sentó frente mío, mirándome fijamente a los ojos mientras movía su cola de un lado a otro lentamente. Me puse a pensar sobre lo sucedido un poco molesto y lo que más me intrigaba era el cómo había sido posible que el gato haya sacado la llave, porque ésta estaba a cierta altura y en tal posición que era imposible de quitarla de cualquier forma a no ser que se la agarre y saque apropiadamente girándola, cosa imposible para un animal pequeño como él. Aún confundido fui a la cocina para comer el almuerzo que estaba preparando, el cual ya estaba listo desde hace un buen rato y mientras comía pensaba en cómo explicarles a mis padres sobre lo sucedido. Terminé de comer, lavé los trastes y luego subí a mi habitación directo a recostarme para descansar, siendo Alex acomodándose encima mío lo último que vi antes de quedar dormido. Pasadas unas horas, desperté en un lugar extraño... Todo era blanco; paredes, techo, suelo, incluso la iluminación. Asustado intenté levantarme, pero no pude... Me di cuenta de que estaba atado a alguna especie de camilla y a pesar de lo que haga no podía liberarme. Muy nervioso miré a mi alrededor... no había absolutamente nadie cerca de mí... grité para ver si así llamaba la atención de alguien, pero no hubo respuesta... luego de unos segundos comencé a pensar en cómo había llegado allí, porque, que yo recuerde, era imposible entrar a mi casa... agitado volví a mirar a todo mi alrededor, viendo en ese momento a Alex acercándose a mí. Muy extrañado y a la vez feliz, lo primero que se me vino a mi mente fue que mordiera por lo menos una de las cuerdas que sostenía mis manos para intentar liberarme, obviamente, no lo hizo... no se siquiera cómo pude pensar que lo haría... ni que fuera un roedor. Saltó hacia una mesa metálica que estaba al lado mío y allí fue cuando pude observar que tenía los ojos llorosos,  en ese instante dejé de pensar en cómo escapar o en dónde me encontraba. De repente, un grupo de 5 personas se acercaron a mí, lo cual me atemorizó porque no había escuchado sus pasos. Todos llevaban puestos unos trajes como los que se utiliza cuando se va a manejar desechos tóxicos, solamente que en vez de amarillos, completamente blancos a excepción de la máscara, la cual era lo único negro.

Creepypasta: Mi nombre... es AlrreddyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora