Recordé la vez que Carlos insultó a Yun y sin pensarlo le empujé dándole contra todos los bancos y mesas de la clase. Me vino a la mente su expresión en aquel momento y para mis adentros reí. Esto me alivió, ya no estaba tan tensa.
Busqué los ingredientes que mamá me pidió y me dirige a pagar.
Sentí que la puerta corrediza del local se abría y por el rabillo del ojo vi entrar a alguien encapuchado. Esto me alertó y me apresuré a pagar. Como siempre ando de mala suerte, la persona que se encontraba delante de mi no encontraba su billetera y eso me comenzó a desesperar.
No podía creer que a Carlos le diera la cara como para entrar al local para molestarme, pero parecía que sí. Sentí que se colocó en la fila, detrás de mi y en ese momento -al fin- la anciana que se encontraba delante estaba terminando de pagar. Cuando tocó mi turno, pagué rápidamente y salí de allí . Casi enseguida de mi salida escuché la puerta deslizarse y como había comenzado a llover, también sentí, acto seguido, sus pisadas chapotear en el agua, las pisadas que me seguían.
Que idiota que soy, no tengo que mostrar miedo, porque es como una ventaja para ellos. Lo huelen como los perros. El miedo, el miedo es uno de los mayores delatores, el miedo es traicionero...
Sentí una mano en mi hombro e instintivamente me giré, apartándola de mi y casi enseguida empujándolo. Vi un paraguas salir volando, pero no podía asimilar nada. Mi respiración se había vuelto agitada y por un momento la vista se me nubló. Estaba asustada, sí, y tenía miedo.
-No sabía que tenías esa fuerza. -oí esa frase, el tono de voz... demoré en darme cuenta, pero lo logré.
-¿Henry? -pregunté acercándome a él, con precaución.
-Él mismo en persona. -sonrió desde el suelo.
Retrocedí medio paso del asombro, creo, y luego fui hacia él.
-Perdón, creí que eras... -me corté a mi misma y le extendí la mano.
-No te preocupes, debí nombrarte antes para que no te asustaras.-dijo él, mientras se incorporaba. Yo no le respondí, seguía sin entender de dónde había salido Henry y que hacía por allí, bueno, al igual que Acosta.
-No te preocupes, ya no te sigue.-dijo él levantando el paraguas.
-¿Quién, Carlos?
-No sé, quien fuera.
Maldije para mis adentros, había delatado el nombre, cosa que no me gustaba comentar.
Henry se acercó a mi con el paraguas.
-No creo que sirva de mucho, ya estoy hecha agua...
-Bueno, pero así no te seguís mojando.
-Como quieras.- dije resignada.
-¿Así que Carlos, eh? ¿ Acosador personal, fan obsesionado? -rió Henry.
-Quién sabe, persona odiosa que gusta de molestar a los demás. Creo que lo denominaría así.- comenté yo asintiendo hacia mi propia idea.
-Ahora entiendo porqué Yun andaba preocupado...
-¿Yun, preocupado?-reí. -él ni se estresa, no le da miedo. Se cruza con Carlos y si le dice algo responde sin pensarlo.
-Lo sé, preocupado por ti estaba.
Yo no dije nada, podía ser, pero él siempre era despreocupado, a parte, ¿qué podía saber Henry de él? Hacía como si lo conociese de toda la vida y no sabía que Yun y yo eramos amigos desde los cuatro años.
-¿Tengo algún parecido a ese tal Carlos?-preguntó repentinamente Henry.
-¿Eh? ¿por qué preguntas eso?
-No sé, dime tu, ¿por qué me empujaste entonces?
-Creí que eras él, solo porque sentía que alguien me seguía y como el antes de entrar al supermercado me había hablado, sabía que me seguía.
-Pero al entrar al local, se quedó esperando afuera.
-Lo sé y luego entró.
-No, no entró.
-Si, yo lo vi.
-¿Lo viste de frente?
-No, pero sé que era él... porque estaba encapuchado y minutos antes lo había visto recostado en el vitral del supermercado.
-Sí, pero el encapuchado que entró fui yo, él quedó esperando afuera y cuando saliste comenzó a seguirte. Como me di cuenta, hice lo mismo que él, pero al verme desvió sus pasos hacia la calle de la derecha, creo que arruiné sus planes.
-Y yo creyendo que era Carlos.- exhalé de alivio.
-Me debes una.
Yo reí.
-No te vengas a hacer el super héroe.
-No lo digo por eso, sino porque me empujaste y me ensucié todo.
-Nadie te mandó seguirme, fue tú culpa por andar encapuchado.
-Y a ti nadie te mando volver sola, pudiste aceptar nuestra compañía.-me recriminó
-¿Y qué? Sí, lo sé, no acepté su compañía, no quería que me acompañaran. ¿Por qué habría de hacerlo si ni siquiera te conozco?
-Ah, así que era eso.- cuando dijo eso me di cuenta de lo que yo había dicho y me arrepentí. Se lo había dicho demasiado en el rostro.Yo, sutil, como siempre.
Ironizaron mis pensamientos.
-Bueno, yo...- intenté arreglar la situación.
-Como sea, era lo que pensabas, así que está bien.
Bufé para mis adentros. Henry, como Yun, es de esas personas que aunque las palabras le duelan o hagan enojar pretenden que no pasa nada, que todo está bien y sonríen al mundo como los seres mas felices del universo.
En mi caso, me dicen algo y me meto en una cueva a llorar, a rogar por mi vida o algo así, y no salgo nunca más. Ok, no, he exagerado, pero de seguro no soy como estos chicos.
Aunque en el caso de Yun , muestra su tristeza cuando está muy en confianza y algo lo abruma de verdad. Es difícil que me lo muestre porque por lo general dice que no quiere molestarme ni preocuparme. Igualmente esto no quita que me dé cuenta cuando hay algo que lo hace estar distante e intranquilo.
En momentos así, toca su guitarra electroacústica y se sume en sus notas, con mirada perdida y cara deprimida. Parece que solo la guitarra lo puede entender, o escuchar, o ayudar o sentir, sin palabras, con notas. Aveces me da tristeza, porque siento que él necesita ayuda, pero es imposible proporcionársela, ya que el no quiere.
Él es lo mas parecido a su madre, a un recuerdo, a alguien que ya no está, o si está, pero no en este plano. Una mujer dulce, hermosa, siempre atenta con los demas, siempre alegre...como Yun.
Y ahora lo único que le queda es el padre y una prima que viene a quedarse en su casa para poder estudiar en la ciudad.Un padre que no sabe comprender a adolescentes con esa forma de ser, un padre con forma de ver antigua, un padre ausente para un hijo que necesita un gran apoyo moral. No digo que sea mala persona, no, solo que desde que Elisa, la madre de mi amigo, falleció, no ha sabido como afrontar la vida y lamentablemente, como Rodrigo -padre de Yun y viudo desde hace cinco años- me había dicho: << No existen escuelas para un padre con hijos y sin esposa.>> Yo sabía que él se preocupaba por su hijo, pero no sabía como hacer que su vínculo se fortaleciera y creciera la confianza.
Caminamos, cada uno en silencio. Se escuchaban las gotas de la lluvia caer en el paraguas.
Cuando ya había pasado un rato divisé mi casa. Me dí cuenta de que ni siquiera había mencionado dónde vivía, pero Henry había llevado al mando esta peculiar caminata nocturna y ahora nos encontrábamos en mi calle.
-¿Cómo sabes que yo vivo por acá?
-No lo sé, solo que Yun me comentó que vives cerca de su casa y como yo me mudé al lado de la suya supongo que vives por ésta calle. Aunque no se en que casa. -comentó despreocupado.
Por momentos odiaba a Yun y su bocaza, no entendía porqué tenía que hablarle a Henry de dónde vivía yo.
-Bueno, puedo seguir sola , así que gracias.
-Bueno, nos vemos.-me dedicó una sonrisa y yo me aparté con pasos apresurados y hasta que no entré a casa no dejé de sentir su mirada posada en mi espalda.Mierda, ahora sabe dónde vivo.
Le entregué a mamá las cosas que me había enviado a comprar y luego fui a mi habitación. Me senté al escritorio que alguna vez había sabido pertenecer a mi abuela y ojee nuevamente el resumen de biología para la prueba de mañana.
Me estaba quedando dormida y los parpados comenzaban a traicionarme, entonces escuché un maullido. Me incorporé sobresaltada y me asomé a la ventana. El viento había comenzado a levantarse y las copas de los árboles luchaban por no doblarse demasiado.
Justo cuando iba a creer que había sido producto de mi imaginación entre la realidad y el sueño, lo escuché nuevamente, escuché el maullido, pero no vi al gato.
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Aquí el segundo capitulo!! Quizá les parezca medio aburrido, digamos que no tiene mucha action, pero prometo que vendrán capítulos más prometedores. Y disculpen la demora, pero no tengo internet en casa y se me complica para subir :(
Saludos lectores, nos leeremos! Au revoir!
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Opuestos e iguales [pausada temporalmente]
Ficção Adolescente-Nuestra amistad jamás existió. -habló desde la escalera mientras que el otro idiota le apuntaba con un arma. -Mentí. Mentí en cuanto a todo. Lo que soy, quién soy, lo que somos...nada es real, nunca lo fue. No respondí, no encontraba las palabras...