Escucho la puerta cerrarse y levantó un poco la sábana para ver quien es, veo los zapatos de Ana y salgo rápidamente de debajo de la cama. Esta de pie buscando algo en el armario, me acercó a ella y le tapo la boca.
-Tranquila soy yo -me aparta la mano y me mira con asco-
-No me toques impresentable -se aleja-
-Ana tienes que escucharme
-No, que hacias aqui -me quedó callado- Responde, que hacias en la habitación de Julia
-Y tu?
-Venia a por un jersei. Tanto te importa? -niego- Entonces que hacías aqui
-Venia a buscar algo
-Pues te vas a ir sin ello. Vete de mi casa
-Escúchame,un minuto
-Tengo prisa Jesús -va hacia la puerta y la abre-
-Ana un momento -le grito y cierro la puerta de un portazo- Perdón no queria gritarte -me tocó el pelo y me mira con miedo-
-No te conozco Oviedo. Apartate de mi vista
-Yo no me he liado con nadie en estos dos años. Ni siquiera he salido de fiesta con amigos. He estado en casa llorando como un imbécil, rezando para que estuvieras bien que no te hubiera pasado nada. Me pasaba el dia de casa a comisaría y de comisaría a casa, a la que tenian una simple pista fuera la hora que fuera iba, sin saber que pasaría. He llegado a estar tres dias sin comer y dormir fuera de casa, he caido en depresión. Pero no importa, porque ya estas aqui, conmigo, y no me arrepiento de nada, de absolutamente nada, porque ya estas aqui. -me mira con los ojos llorosos y me da un fuerte abrazó- Te quiero Ana y siempre te querré -susurró en su oído-
-Quiero que me cuentes toda la verdad.
-Ya te lo he contado -se separa-
-No, lo que me contaste en casa, pero no te crei, quiero que me lo vuelvas a explicar...