Pasaron los días y no veía a Nuria. También es verdad que apenas salía de mi habitación, ya que no había mucho que ver fuera.
Pero un día vino ella, y parecía muy contenta.
-Ya hemos terminado con el antídoto. He estado tres días sin salir del laboratorio. Ni yo ni el resto de los científicos.
Alcé una ceja, extrañado.
-¿Eres científica?
-No, pero los científicos me dicen lo que tengo que buscar o hacer, y lo hago. No es tan difícil.
-Bueno, pues vamos a ver si recuerdo algo, ¿eh?
Me llevó a una sala con una camilla y una cristalera, tipo la de las salas de interrogatorios de las pelis.
Me tumbé y busqué con la mirada a Nuria, un poco asustado. Ella me cogió de la mano y me dijo:
-Tranquilo, dentro de nada ya lo recordarás todo.
Me tranquilicé un poco, pero no conseguía hacerlo del todo. Supuse que sería que siempre he tenido miedo a los médicos. O eso recordaba. Porque no sé si mis recuerdos son ciertos o no, al menos los de mi infancia. Decidí que me arriesgaría, que no quería pasar el resto de mi vida con esta duda. Apreté la mano de Nuria y le dije:
-Estoy listo.
Entonces ella se fue y se acercó un médico con una aguja.
-Esto es para dormirte, porque si lo recuerdas todo de golpe estando despierto no sé qué podría ocurrir, pero estoy seguro de que nada bueno. Relájate.
Entonces me di cuenta de que estaba agarrando la sábana con tanta fuerza que me hacía daño en la mano. Cerré los ojos, respiré fuertemente concentrándome en mi respiración(es lo que hago para conseguir domir cuando me cuesta) y me relajé. A los pocos segundos de que me pincharan ya estaba durmiendo.
Estaba hablando en un despacho, con Diana. Le enseñó unos papeles, los cuales leyó detenidamente. Ella sonreía maliciosamente. Después de haberlo leído todo, él se levantó. Estaba temblando. De rabia, de ira, de impotencia.
Estaba en un colegio con muchos árboles, bastante grande. Pasaba al lado de un chico que pegaba a otro. Él se metía para protegerlo.
Una enfermera en un hospital le vendaba la cabeza. Tenía una brecha enorme. Él estaba llorando.
Estaba en un restaurante comiendo con Nuria. Ella pedía una ensalada, él un costillar.
Desperté en una habitación, tumbado en una cama. Tenía un gotero en el brazo. Nuria estaba dormida en una silla. Había aparecido en un sueño mío. ¿O no era un sueño? ¿Y si era un recuerdo? Luego hablaría con ella. Mientras tanto, decidí dormir. Pero justo cuando estaba cerrando los ojos, ella se despertó. Estuve tentado de hacerme el dormido, y así poder dormir más. Pero opté por hablarle:
-¿Cuánto llevas aquí?
-El mismo que tú-respondió ella. No tenía pinta de haber dormido mucho. Ni muy bien. Sus ojeras eran una buena muestra de ello.
-He tenido sueños extraños. Puede que sean recuerdos, no lo sé-le dije a Nuria. Ella se levantó y se acercó a mi cama, con cara de estar feliz.
-¡Eso es genial!Cuéntame qué has visto.
- El primero no sé qué significa. ¿Quién es Diana?
El semblante de Nuria se endureció.
-¿Qué has soñado sobre Diana?
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¿Cuando Sabes Que Algo Es Real?[ TITULO NO DEFINITIVO( Seguramente Lo Cambie)]
RandomEsta es una historia que llevo escribiendo durante más de dos años y que espero que guste. Aún no está acabada. La continuación ya está escrita, si gusta la subiré más adelante. Iván es un chico que, tras varias circunstancias, se ve envuelto en un...