Parte sin título 6

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La verdad es que no sé adónde ir. El primer paso está claro: pedir un taxi. ¿Pero hacia dónde?

Supongo que ya se me ocurrirá sobre la marcha.

Entro en el taxi y me quedo un rato pensando en el destino. Entonces el taxista se da la vuelta para mirarme y me dice:

-¿Adónde quiere que le lleve?

-Mmm, eh… Llévame a Bétera- tenía una corazonada, aunque seguramente errónea. Pero eso ya era mejor que nada.

Se me hizo un viaje largo, en el que no mediamos ninguna palabra. El olor a ambientador de pino era asfixiante, me ahogaba y tenía que abrir la boca para respirar medianamente bien. Y como íbamos en una autopista, no podía bajar la ventanilla. Me entró la tos por el olor. ¡No podía parar de toser!

-¿Te molesta el ambientador? A todos los clientes suele molestarle, pero a mí me relaja.

No sería muy bueno que el conductor se relajara demasiado… Aún así le dije:

-No, no. Tranquilo. Es...vigorizante.-No estaba seguro del significado de esa palabra, pero me sonaba a cumplido. Y por la expresión que puso el taxista, a él también.

Entonces ocurrió lo peor que te puede ocurrir en un taxi: que el taxista se ponga a contarte su vida. Comenzó diciendo que a su mujer le encantaba ese ambientador, y acabó contándome que el otro dia le hicieron una colonoscopia. Así que estaba en un taxi cuyo conductor estaba relajado por el olor a ambientador de pino y le habían metido una cámara por la… llamémoslo ‘puerta trasera’ hace poco. Ya era bastante más de lo que cualquier persona normal querría saber. Y tampoco transmitía mucha tranquilidad.

Al fin llegamos a Bétera. Le pago al taxista y salgo rápidamente del taxi. No puedo evitar dar una gran bocanada de aire. Aire fresco. O al menos es lo que me parece, en comparación con el taxi.

De repente recuerdo que Nuria me dio un sobre con una dirección. Lo saco y veo que es justamente de Bétera. Antes de subir al taxi ni me acordaba del sobre, y la había adivinado. Aunque veo más probable que al leerla quedara en mi subconsciente, y por eso pensé en ella. Dudo bastante que sea adivino. Saco el móvil para buscar la dirección. Me doy cuenta de que aún tengo el móvil que me regaló Nuria, aún no lo había usado. Decido dejarlo guardado y usar el mío. Busco la dirección y voy hacia ahí. El pueblo está exactamente como lo recordaba. Es como si no le importara lo que me ha pasado, si he perdido la memoria o si Diana ha querido matarme. Qué insignificantes somos… Por mucho que nos pase, la vida del resto continúa, imperturbable a las desgracias del resto. Llego a la dirección que, curiosamente, está muy cerca de mi antigua casa. Llamo a la puerta, pero antes de pulsar el timbre observo que la puerta está abierta, semientornada. Decido pasar.

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⏰ Última actualización: Apr 05, 2017 ⏰

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¿Cuando Sabes Que Algo Es Real?[ TITULO NO DEFINITIVO( Seguramente Lo Cambie)]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora