02. Aaliyah

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Aaliyah era sin duda una de las mejores personas que he conocido, somos tan idénticas con respecto a gustos que no me molestaría salir un par de veces más con ella. Hoy nos encontrábamos en un centro comercial, comprando grandes cantidades de ropa y, además, la estaba ayudando a escoger el atuendo esencial para su cumpleaños.

—¿Qué te parece éste? —me tendió un vestido de tiros de color rosa pastel con algunos girasoles esparcidos por todo su color.

—Me encanta, es perfecto —le guiñé un ojo sonriendo —Sólo nos falta escoger los zapatos...

—¿Cuándo nos vamos? —refunfuñó Shawn sentado a un lado de nosotras mirando el techo sin saber qué hacer. Por un momento me había olvidado de que estaba aquí.

—Cuando escojamos unas zapatillas perfectas para Aaliyah, ¿podrías dejar de lloriquear? Ya iremos a pagar esto —pedí mirándole entre enternecida y suplicante. Él me miró con reproche y luego asintió rendido.

—Está bien —bufó molesto y no pude evitar sentirme mal por él, llevamos tres horas en esta tienda tratando de escoger algo ideal para el cumpleaños de su hermana y apenas logramos escogerlo. El pobre lleva sentado ahí un largo tiempo y lo peor es que no ha parado de mirar el techo.

—¿Entonces, será este no? —pregunté a Aaliyah y ella asintió convencida.

Tomé la mano de Shawn, pidiéndole que se levantase y lo hizo. Besé su mejilla y él rodó los ojos, sabía que estaba fastidiado.

Nos encaminamos a la primera caja vacía que vimos y pagué el vestido para Aaliyah, ya que yo se lo regalaría para su cumpleaños. Shawn me reprochó porque él quería pagarlo, nunca me dejaba pagar nada, y por primera vez quería pagar algo para su hermana, cosa que nunca me dejaba hacer porque, según él, era su hermana y era su deber, pero tanto Aaliyah como yo le reprochamos por no dejarme hacer nada por mi cuenta, a lo que él aceptó bufando y susurrando cosas entre dientes.

Al salir de la tienda, Shawn caminó mucho más rápido que yo y Aaliyah, quise alcanzarlo, pero ella me tomó la mano deteniéndome y rodó los ojos riendo.

—Ve con él, yo iré a alguna tienda cerca, te aviso cual sea —dijo y asentí, la vi salir disparada a victoria's secret y luego de eso comencé a buscar a Shawn con la mirada. No puedo creer que se haya molestado por eso.

Lo divisé a punto de salir del lugar y corrí rápidamente hacia él, llevándome a una gran cantidad de personas a mi paso, repartiendo un montón de disculpas, agregando de casi me caigo a causa de que mi cabello cubrió totalmente mi rostro.

Llegué a la salida y lo vi sentado en una de las bancas frente a una fuente, tecleando rápidamente algo en su móvil. Me quería meter un golpe por no estar tanto tiempo con él y distraerme tanto con Aaliyah, pero estaba cerca de su cumpleaños, debía ayudarla y él debía entender eso.

Me acerqué a él y me senté a su lado.

—Te ves lindo perdido en tú móvil —dije sin siquiera mirarlo, aunque él sí lo hizo, pero luego volvió a fijar su vista en su celular. Esta vez lo miré extrañada —¿Estás molesto conmigo?

Él rió y sus ojos se posaron sobre los míos —¿Por qué dices eso?

—Porque te vi salir muy rápido y no me dijiste nada —dije sin dejar de mirarlo, él negó con la cabeza.

—Me fui porque quería darles más privacidad, estaban muy distraídas y yo simplemente quería ir a distraerme a otro lado. Por eso vine aquí —explicó y por un momento me sentí relajada. También me extrañaba mucho que se hubiese molestado por algo tan estúpido como eso, claro, si hubiese sido así.

—Oh —me acerqué más a él, colocando mi brazo derecho al rededor de su cintura y hundiendo mi cara en su cuello, dejé un pequeño beso en él. No había tanta gente a esta hora por aquí, por lo tanto, no me importaba hacer este tipo de demostraciones.

—Estaba hablando con mi madre, me dijo que estaba muy agradecida de que le compraras algo a Aaliyah para su cumpleaños —comentó y me aparté de la zona antes ubicada sonriendo más que satisfecha.

—No hay de qué —me encogí de hombros y Shawn sonrió.

—Mi madre te adora —dijo y no pude evitar sonrojarme —Dice que eres la mejor novia que he tenido y que no haga algo lo suficientemente estúpido como para dejarte ir, ¿y sabes que le dije?

—¿Qué le dijiste?

—Que nunca te dejaría ir —contestó sin dejar de mirarme, sus mejillas estaban pintadas de un color carmesí y me sentí enternecida en el acto.

Shawn era de ese tipo de novios que estaba dispuesto a hacer lo que sea porque estuvieras feliz y a gusto con lo que sea, odiaba verme triste y cuando me veía molesta hacía cualquier tontería para que me riera con él, era como una pequeña pizca de inocencia que tanto amaba. Creo que eso aumentaba mi afecto hacia él cada día.




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Innocence »Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora