nueve

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No te hice caso realmente(? pero gracias por tu ayuda, Syu❤

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Min "Mala Suerte" Yoongi seguía enfermo después de tres días. Tres malditos días habían pasado desde esa noche de pesadilla en la casa de sus padres, ya era martes y seguía sintiéndose fatal. La tos no lo había abandonado, la garganta aún le ardía, no había podido darle un descanso a su nariz todavía y por eso esta se encontraba roja y le dolía, y la voz generalmente grave estaba más ronca de lo usual y si hablaba sonaba como un psicópata. Al menos ya no seguía teniendo temperatura y el cuerpo ya no le dolía como si le hubieran dado una paliza como hasta la noche anterior, aunque sí le dolía un poco todavía. Simbólicamente sentía que esa cena había sido lo mismo que un montón de golpes de los que se estaba recuperando poco a poco, la diferencia era que no le habían pegado en la espalda o en las piernas, sino que en el orgullo y en su lado más sensible, ese que lo volvía el mismo niño débil y llorón que fue a los 18 años. 

El domingo no se movió de la cama salvo para ir al baño y eso se notaba a simple vista, el colchón estaba rodeado de papeles y vasos vacíos. Su teléfono se había apagado pero estaba decidido a desaparecer del mundo hasta que fuese lunes, de modo que no se molestó en ponerlo a cargar hasta la medianoche, una mala decisión porque apenas lo encendió le llegaron unos veinte mensajes de Byulyi y unos quince de Seokjin preguntándole si estaba vivo y si iba a contarles de una vez qué había pasado la noche anterior, y se sorprendió de que no hubieran llegado a visitarlo de sorpresa ante su silencio. Por supuesto les respondió que estaba bien pero que no pensaba salir de la casa porque se sentía enfermo y le costó bastante convencerlos de que no fueran a verlo el día siguiente. Y el lunes lo pasó casi igual que el domingo a excepción del rato que dedicó a terminar al fin el trabajo para entregarlo el martes, agregando todo lo que faltaba y corrigiendo cualquier posible error. Y hablando con Byulyi, porque la chica lo llamó al menos unas diez veces para asegurarse de que seguía vivo y de que recordaba que al día siguiente era su cumpleaños.  

Y ya era martes, ya era el tercer día, había pasado más de 48 horas encerrado y cubierto de frazadas pensando que se sentiría mejor para entonces, pero seguía enfermo. Aún así no tuvo más remedio que levantarse, ducharse y vestirse para salir porque tenía que entregar el trabajo, tenía que devolver los libros a la biblioteca y lo más importante de todo: era el cumpleaños de Byul, tenía que comprarle un regalo e ir a verla. Así que eso hizo, se abrigó todo lo que no se había abrigado la noche del sábado y salió directo a la parada de autobús que lo llevaría al primer destino, la universidad, pareciendo un maldito oso de tanto abrigo que traía encima. Llegó para cuando terminaba la clase de tres horas de Lingüística con la idea de interceptar al profesor antes de que se fuera del edificio, y así lo hizo. Esperó pacientemente en el pasillo junto a la puerta y cuando el hombre salió le entregó la carpeta y aceptó gustoso la paga luego de que el mayor hojeara el trabajo con un asentimiento de aprobación.

-Se lució, Min -dijo el hombre con una sonrisa-. Tiene muy buena pinta.

-Gracias, profesor. 

-Me sorprendió no verlo en el aula -prosiguió el mayor, palmeando el hombro de Yoongi-, pero sabía que podía contar con usted. Tal vez podamos hablar de algo a tiempo completo luego de las fiestas, ¿eh? 

-Por supuesto -aceptó Yoongi, sonriendo con cordialidad (porque sabía que le convenía ser muy amistoso en ese momento)-. Se lo agradecería mucho, profesor. 

-Buen trabajo -apremió el profesor, palmeando una última vez antes de soltarle el hombro para despedirse con una inclinación de cabeza-. Feliz Navidad, Yoongi.

-Feliz Navidad, profesor -contestó él, haciendo una reverencia respetuosa mientras el docente se iba. 

-Si no supiera sobre tu trabajo -pronunció una voz a su espalda-, te acusaría de mascota del profesor. 

편지 (YoonSeok)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora