Después de haber estado en el metro molestando a los demás pasajeros con su escoba, tropezarse en la carretera y casi saborear el asfalto, Pedro volvió a su casa.
Estaba muy nervioso, por lo que decidió empezar a ensayar para el anuncio. Se puso de pie delante del espejo, colocó la escoba entre sus piernas, dobló las rodillas y dio un salto.
Lo que Pedro no se esperaba es que en ese momento comenzó a ganar altura mientras luchaba por mantenerse estable.
El dinero que le iban a pagar por el anuncio iba a ser el segundo premio, algo que no le importaba demasiado. No sabía si contar sus experiencias, pero justo entonces comenzó a cantar una canción:
- Alguien te vio salir volando en una escoba, no había necesidad ninguna de mentir
Eso decía una canción llamada No Ardieras, de su grupo favorito (Los Planetas). Por un momento, se planteó admitirlo, pero pensó que mejor que no, ya que esa canción es la que menos le gusta de ese disco. No quería meterse en líos: no sabía cómo había ocurrido todo eso.Al día siguiente volvió al estudio de grabación.
- ¿Conseguiste volar con esa escoba? -le preguntó la Señora DomínguezEl miedo invadió la mente de Pedro. Una gota de sudor frío comenzó a descender lentamente desde su cuero cabelludo, pero se detuvo en su arrugada frente que expresaba la sorpresa que sentía.
-Tranquilo, que ahora mismo te explico todo -dijo Alba Domínguez -. Yo soy una bruja que trabaja en la agencia como tapadera. Yo me encargo de hacer que la gente pruebe la escoba para intentar volar y les digo a los fabricantes si esa persona es maga o una persona común y corriente. La escoba voladora no existe. Tranquilo, no le voy a decir a nadie que eres un mago.
-Ehhhm... ¡Vale, Señora Domínguez! -respondió Pedro, confuso.
-¿Señora Domínguez? Guardo tu secreto más oculto, puedes tutearme
ESTÁS LEYENDO
Historias de un fabricante de escobas
FantasyPedro Azabache es un trabajador de Escobas Barralisa, cansado de su trabajo, hasta que un trabajador de I+D saca un nuevo modelo que cambia su vida para siempre