4. Flotando Sobre Loscos

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Pedro estaba asombrado. No se lo podía creer, todo lo que estaba ocurriendo sin que él interviniera. Alba decidió que lo primero sería ir a perfeccionar su técnica de vuelo, ya que apenas se sostenía sobre la escoba.

Tras una larga búsqueda, encontraron Loscos, una pequeña aldea de Teruel que contaba con menos de 200 habitantes. Supusieron que ahí nadie podría verlos ni, mucho menos, descubrirles.

Se pusieron de camino. Pedro prefirió ir en coche, pues hacer tantas horas de viaje en escoba tendría que ser algo bastante incómodo.

Una vez allí, Pedro conenzó a intentar volar él solo, pero solo consiguió caerse una y otra vez. Alba lo ayudó, lo que le permitió empezar a mejorar sus habilidades aéreas.

Mientras Alba volaba y Pedro intentaba sostenerse, comenzaron a hablar sobre lo ocurrido. Alba admitió que era la primera vez que se encontraba a un mago, tras unos cuantos candidatos que habían pasado por el casting.

- No puedo aguantar más aquí -dijo Pedro, mientras bajaba al suelo-. Espera unos minutos, que voy a descansar

Y se fue a descansar. Pero, cuando volvió, no consiguió ver a la persona que había logrado cambiar radicalmente toda la vida que había llevado hasta aquel momento.

Historias de un fabricante de escobasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora