Introducción.

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Decidí largarme de esa maldita celebración, no quería casarme con la bailarina con complejo de diva. No obstante, este no fue el motivo. Opté por escaparme de la fiesta que se estaba llevando a cabo en la granja que estaba a un lado del bosque montañoso, al norte del lago de los enanos rebeldes, porque ese pandita con un bollo de color rosa en su manita, parecía estar intentando llamar mi atención de manera insistente. Ya que cada vez que giraba la cabeza en alguna dirección aleatoria, él estaba ahí, haciendo grullas o patadas voladoras.
Desde el principio me pareció curioso, y no pasaron más de diez minutos que opté por acercarme. Sin embargo, el animalito se alejaba cada vez más en dirección al bosque con enormes árboles.

—Esper-bdwah—Había empezado a correr al panda con intención de alcanzarlo, pero ese maldito tronco hizo que me estampe la cara en un charco de lodo. Ví al pequeño animal a unos pasos de mí y, de un salto, lo encerré en mis brazos.
—¡Nop-nopi flying, flying up!—Dijo con una voz grave, claramente falsa.
—¿Por qué corres?
—Yo no estoy corriendo. ¿Por qué me persigues?—Dijo revelando su verdadera-fina y tierna- voz.
—Yo no te estoy persiguiendo, tú estás corriendo. ¿Por qué?—Interrogué.
—Ya, haz el favor de soltarme y así poder llegar a tiempo—Dijo soltándose de mi agarre y poniéndose de pie frente a mi. Tomó mi dedo índice — Skidush.—dijo con tono heróico.
—¿Se supone que debería pasar algo?—Pregunté, arqueando una ceja.
—Generalmente pasa en mi dimensión.
—Espera, ¿dimensión?¿A dónde tienes que llegar a tiempo?
—¡A la hora del refresco, claro está! — y dicho eso, empezó a correr nuevamente.

Perdí de vista al pandita en unos segundos y, sin pensarlo dos veces, retome mi carrera, siguiendo pequeñas huellas en el húmedo suelo del bosque montañoso.
Fue preocupante ver que el camino de huellas terminaba al frente de un gran pozo oscuro, ¿y si el panda cayó dentro?
Rodeé el gran hueco, dándole la espalda a uno de los árboles y observando el interminable agujero.
Escuché una risita que provenía del árbol ubicado a mis espaldas. Giré sobre mi eje, elevando la mirada hacia las ramas, encontrando a un adolescente de pelo naranja, el cual se teñía de rojo de a poco. El, ahora pelirojo, saltó quedando frente a mi. Me miró inclinando la cabeza, para poder mirarme a los ojos. Pude observar su aspecto con más detalle: Pálido, alto, llevaba puesto un suéter color verde esmeralda con logos negros y un pantalón jean rasgado en ambas rodillas, estaba descalzo.
—¿No tienes frío?—pregunté curiosa. Sonrío.

—No.—Ensanchó su sonrisa.— ¡I'm a good boy! —Canto, al mismo tiempo que tomaba por los hombros y me empujaba para atrás.

Inevitablemente caí en el pozo viendo como el pelirrojo movía su mano de un lado a otro.
—¡Hasta pronto!

«¿Qué está pasando?» pensé. Escuché una melodía y seguidamente unas voces masculinas.
«Geu soneul naemireojwo save me, save me / I need your love before I fall, fall»

Fue lo último que vi y escuché antes de desmayarme. 

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