Una cerveza en medio del verano

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La puerta de la biblioteca se abrió de par en par dejando ver ese imponente porte que sólo Erik tenía. Sin distraer a su mejor amigo quien armaba un rompecabezas.

- Si, sigo haciendo estás tonterías a pesar de no estar más en el kínder- le replico al otro que apenas le iba a dar una palabra

- Odio que leas la mente... arruinas todo- dijo mientras se sentaba en la orilla del escritorio y tomaba una de las pequeñas piezas, por el rabillo vio la caja que decía "5000" piezas- qué flojera me das Charles – le comentó dejando la pieza sobre otra y ver que justo ahí tenía unas 10 piezas que embonaban perfectamente- y sin tantos poderes, pude armar una parte de tu hermoso castillo Europeo- le dejo la pieza armada frente al rubio quien se limito a levantarla sin decir nada

- Gracias- le dijo mientras seguía buscando mas piezas

- Vine a pasar un buen rato con mi amigo y soy ignorado y reemplazado por 5000 piezas- el castaño se ataco de risa

- Tranquilo, solo quería terminar esto- le enseño una de las puertas del castillo del cual se trataba el rompecabezas- dime ¿qué pasa?- el otro indignado se cruzo de brazos y camino hasta la ventana viendo como los chicos convivían

- Los chicos quieren nuestro permiso para la próxima semana salir todos y convivir, antes de que algo malo pase- el profesor ladeo la cabeza y metió sus manos al bolsillo

- Deberíamos ir con ellos ¿no?- esa respuesta saco de pensamiento al otro haciéndolo girar sobre su eje y verlo detenidamente

- ¿estás de acuerdo? Vaya- vio a un Erik feliz y eso le sorprendió

- ¿por qué tan feliz? Siempre lo has sido pero hoy, luces jodidamente bien , cuenta- el castaño sonrió

- Una chica...verás...hace tiempo la conocí en una cafetería cerca de aquí y acepto salir conmigo, así que...he ahí mi felicidad- el otro se alegro de escuchar eso ya que era necesario que su buen amigo tuviera felicidad, mínima pero la tuviera.

- Excelente, a ver si la puedes presentar o a su amiga- el castaño rió de oreja a oreja casi arrojándole la caja en la cara sin hacerlo, solo una finta de sus juegos

Ambos salieron de la biblioteca para ir a reunirse con los demás miembros del grupo, más bien a observarlos como convivían en la casa que Charles tenía de campo, antes de iniciar una gran revolución en el mundo de los mutantes. Qué bien eran discriminados por sus dones.

- Nada mal un respiro antes de la guerra ¿no crees?- esas palabras causaban un poco de revoltijo en el estomago del judío

- Si, paz, algo que el mundo nunca tendrá pero aprovechemos más bien de el poder respirar tranquilos...- dijo con un tono seco; el rubio no recordaba por el momento que la palabra "guerra" era un tanto incomoda

- Lo siento, deja de pensar cosas del pasado Erik, disfruta ¿quieres una cerveza? – su mueca de odio se transformo en alegría

- Claro- ambos se dirigieron a la cocina pero la mirada de Raven los seguía. Abrió la puerta de la hielera y saco un par de cervezas entregándole una a su amigo

- Toma- el castaño con una sonrisa agradeció por ella

- Nada más refrescante que una cerveza en medio del verano- dijo dándole otro sorbo

- ¿sabes? Es raro que me dejes leer tu mente casi siempre cuando antes tenía que pedirte permiso para hacerlo- desvió su mirando un tanto incomodo viendo hacía lo que fuera menos con esos ojos verdes tan dominantes

- Xavier, eres mi amigo, te has ganado mi confianza, pudiste quitar una barrera de mi mente que nadie había podido, gracias a ti pude mover cosas que nunca imagine que podría hacer- se tenso más el ambiente pero unas cuantas aclaraciones de garganta hizo que se rompiera: era Raven con su hermoso cabello rubio y mejillas rojizas

- ¿los interrumpo? – se acerco a ellos hasta quedar en la barra y acomodarse de espaldas contra ella viéndolos directamente

- No, solo tomábamos una cerveza para sofocar el calor- le dijo el ojiverde alzando su bebida en forma de "salud"

- ¿me...?- extendió su mano para tomar la de Erik pero el ojiazul intervino dándole una soda de lata

- No, no, no, la de naranja sabe mejor- la rubia rolo los ojos y apretó la lata hasta reventarla

- ¡Raven!- grito el ojiazul mientras la otra salía molesta, casi corriendo, de la cocina

- Ya no es una niña chiquita Charles, debes dejarla conocer el mundo real, nadie mejor que tú que le quite la inocencia y rompas esa burbuja que has formado por años- el profesor movió los ojos muy rápido buscando una respuesta pero nada salió de su boca

- Gracias por la cerveza, Erik- le dio un largo trago y dejo la lata sobre la barra

- ¡no! ¡vamos , no te enojes, solo fue la verdad!- grito ladeando la cabeza y luego hacer un berrinche con su boca

Solo había dicho una gran verdad que había incomodado al otro, pero no podía tener a la chica protegida de la maldad de mundo, mas cuando ellos eran mutantes, el mundo no era un lugar de color de rosa. La demás convivencia se llevo normal como si nada hubiera pasado. Varios recogieron los estragos de ella para que otros fueran a dormir.

La lámpara del escritorio dejaba ver que la puerta estaba abierta hasta la mitad, se recargo en el umbral donde admiro su piel blanca y su largo cabello, llevaba puesta una bata de color celeste, se ponía una crema en las manos.

- ¡hey! Veo que sigues despierta- la pobre pego un brinco haciendo que girara a ver hacia la puerta con tono de alerta. Se alivio al ver que era Erik

- Si, aunque ya me iba a ir a dormir- le sonrió forzadamente , agacho la mirada

- Siento que te pelearas con Charles no era mi intención, lo siento en verdad. Pero no es más que la verdad, ya no eres una niña, necesitas conocer el mundo pero no te deja, pronto lo hará, lo verás- eso hizo sonreír a la rubia, siempre había querido que alguien la apoyara en ese tema y al fin llegaba. Comenzó una revolución en su corazón y en su mente. Necesitaba apoyo y lo tenía departe de Erik Lensherr ¿qué más?

- Gracias, no es la primera vez que discutimos por eso, no entiende, ahora si me lo permites tengo que dormir- el ojiverde le sonrió amablemente

- Buenas noches- desde lejos vio como el castaño se retiraba a su cuarto dejando una Raven con el corazón acelerado. La rubia se puso de pie y al cerrar la puerta pudo ver como su "hermano" la miraba con un tono de interrogación y desapruebo. Cerró la puerta sin pensarlo de un golpe.

- Maldición- e hizo lo mismo

Sabía que se levantarían un poco tarde pero su hermana Raven tenía su reloj biológico programado para las nueve de la mañana obligándolo a ponerse de pie desde temprano para interceptarla antes de bajar las escaleras

- ¡hey! Buenos días Raven – la chica no dudo en ningún momento y siguió bajando las escaleras siendo seguida por el insistente de su hermano – lo siento, siento si te enojaste, pero no era para que reaccionaras de esa manera tan infantil ¿qué te dijo Erik anoche?

- No todo evoluciona Charles, y por lo visto tu ideología tampoco lo ha hecho, pareces un hombre de las cavernas. Lo que me haya dicho o no , no es de tu incumbencia- lo dejo perplejo y la rubia siguió caminando

- ¿a-a dónde vas? ¡claro que lo es! Eres mi hermana y sé que te metió ideas equivocadas y contra la moral- pregunto desde el descanso de la bajada

- Eres un....¡lejos de aquí!- le grito mientras azotaba la puerta detrás de ella

- ¡Aghhh! MUJERES- grito por toda la casa-


Lee mi mente por favorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora