Lee mi mente por favor

No puedo leer su mente

Veía por la ventana de la biblioteca donde leía sus últimos libros "Candidatos a la muerte" de y " " de . No podía concentrase. Se quito los lentes y de un golpe cerro el libro.

- Maldición- mustió entre dientes, seguía enojado, llevaba días sin hablar con su amigo y no lo haría en buen tiempo, se sentía traicionado, pero la pregunta en el aire y sin responder: "¿por qué?".

Escucho un ruido muy fuerte, era Erik aplastando carros a la diestra y siniestra, pedazos de metal grandes, se le notaba furioso.

- Si sigue así se lastimara por el esfuerzo- tenía que saber que le molestaba así que se metió sin permiso a leer la mente del otro: era blanco -¿qué? – el otro dio pasos temblorosos hacía atrás, cubrió su boca para no gritar, sus ojos se llenaron de lagrimas – no puede ser, no....no es cierto, Eirk...- la mente del otro estaba en blanco. Sentía como el pecho le estrujaba, sentía un hueco al inicio del estomago, quería vomitar. Sus lagrimas rodaban por toda su blanca cara. Se sujeto con fuerza el pecho - ¿por qué?

- ¡hey! Tranquilo Erik, si te sobre esfuerzas te lastimaras – pero el ojiverde no oía a nadie, quien podría era calmarlo era Xavier. Todos se habían dado cuenta de que estaban peleados. Al estar juntos no se dirigían la palabra, evitaban cualquier contacto visual o saber algo uno del otro y eso le fascinaba a Raven, fuera lo que fuera la amistad de esos dos se derrumbaba con el paso de los días

- Déjalo, Alex, el sabe lo que hace- se dio la media vuelta y se fue, detrás de ella Erik hizo levitar un carro y lo arrojo contra un árbol

- ¡ERIK!- grito Angel asustada por el coraje que se demostraba en su cara

- Tranquilos, estoy bien, solo me fije un objetivo más pesado, terminen la última práctica y vayan a comer- los murmuros comenzaron cuando el castaño se alejo lo suficiente

- ¿qué les sucede? – pregunto McCoy

- ¿no será por la pelea que tuvo con Xavier? Si han visto como no se toleran el uno y el otro ¿verdad? – dijo Angel- según me entere que fue porque se pelearon la noche que fueron a cenar al bar, según lo que Lensherr le conto a Luna hace unos días

- Eso fue hace como una semana, va en serio- dijo entre risas nerviosas Sean- ¿la operación está en riesgo?

- No seas idiota claro que no – le replico Alex

- Claro que no, solo que se han dado cuenta que son como el agua y aceite, terminemos con esto para ir a comer- comenzó la rutina que había dejado de pesas, todos se miraron entre si y se dispusieron a terminar.

Luna toco desesperada al cuarto de Lensherr quien estaba recostado en su cama viendo hacía el techo. Tocaba muy fuerte y seguido

- ¡Erik! ¡Erik! Abre por el amor de Dios- decía entre llanto y desesperación

- Voy...¿qué sucede?- abrió la puerta y vio a la sirvienta, que era más bien la nana de Charles

- Mi niño, Charles no abre la puerta de su cuarto, lleva unas horas encerrado, la tiene bajo llave y el tiene la llave maestra- la tomo de los brazos y la sacudió

- ¿ no tienes una copia?- la pobre anciana se quejo

- Lo siento...idiota- la soltó y corrió hasta el cuarto de su amigo, al llegar toco desesperado y sin parar- ¡CHARLES! ABRE SOY YO....ERIK- adentro el ojiazul estaba sentado en la silla viendo hacia al jardín, llorando en silencio, sus mejillas estaban rojas. Cuando escucho decir su nombre se contrajo haciendo que temblara- abre ¿estás bien? Charles....no quiero hacerlo a la fuerza....bien- retrocedió al no escuchar respuesta, Luna rezaba en voz baja para que su niño estuviera bien y no hubiera hecho alguna estupidez, aún sabiendo que era un graduado de Oxford y de Harvard, no le quitaba lo humano. Erik se concentro y logro abrir la cerradura, haciendo que se escuchara un leve clic como si hubiera abierto con llave, al ver el halo de luz se introdujo al cuarto y vio a un Charles lleno de lagrimas y asustado- ¿qué sucede? ¿estás bien? Charles- lo tomo de la cara y lo sacudió pero el ojiazul lo miraba atónito. Los zafiros se cerraron y se concentro