Capítulo 1

1.1K 63 12
                                    

Capítulo 1; Eres mi vida.

—¿A mí?–Pregunta aún absorta en mis pensamientos.

—Sí, Amanda, te he estado esperando por siglos.–Su voz ronca y algo aguda se había apoderado de mí, había algo nuevo despertado en mí.–Ven conmigo, por favor Amanda.–Aquel hombre de tez blanca me tendió nuevamente su mano, y yo, lo miré algo asustada.–No me tengas miedo, Mandy, solo estoy aquí para cuidarte.–Sonrío, y algo me recorrió de punta a punta.

—E-Está bien.–Me aferré a mi mano, su tacto era aspero y dulce, era como tocar a los mismos ángeles.–¿Cómo sabes mi nombre?–Pregunté, aún confundida y atemorizada.

—Oh, pequeña, lo sé todo sobre tí, pronto sabrás porqué, pronto.–Besó mi frente.–Me llamo Justin, pequeña Mandy, sé que te lo preguntabas.–Ahora Justin, me miró y se colocó enfrente mía.–Mandy, ¿podrías esperar aquí unos segundos?–Asiento después de pensarlo.–Ahora vuelvo mi pequeña, aguárdame.

Justin de la nada, entró en un gran portón, dejándome sola en la nada.

Me sentí confundida, como muchas veces, no sabía si confíar en aquel hombre, pero aquella mirada azulada me hacía delirar, era extraño mirar a Justin a los ojos, te sentías en una especie de vacío sin fondo, me sentía como una niña a la que le habían quitado su piruleta, frágil.

—¿Amanda, es así no?–Me habló alguien, y me giré en dirección al sonido.

Era un chico de tez oscura, pelo moreno y amplia sonrisa.

—Sí, así es.–Respondí en un casi susurro.

—Mi nombre es Alfredo, sirvo para Justin, créeme, él te ayudará.–Sonríe calidamente y se levanta de una silla cuya existencia no había conocido antes.–Debo irme, ni siquiera debería haber hablado contigo, nos vemos en otro momento, adiós Amanda.–Alfredo se despidió, estaba nuevamente en duda, ¿servía para Justin? ¿quién era Justin para tener subditos?

—¡Espera!–Grite, pero ya era muy tarde, y Alfredo, había desaparecido, dejándome nuevamente en completa soledad.

Un estruendo me hizo girar la cabeza nuevamente, el portón se había abierto nuevamente, y Justin salía de ahí.

Suspiré aliviada, por alguna razón me volví a sentir bien.

—Mi pequeña.–Justin se acerca a mí y acaricia mi mejilla con delicadeza, yo, incoscientemente ronroneo por su cálido tacto.–Ven conmigo, mi Mandy, te enseñaré mi paraiso.–Asentí, me aferro a su mano y él me lleva hasta un gran edificio.–Este será tu hogar, mi Mandy.–Miro de arriba a abajo el gran edificio.–Vivirás conmigo, ¿te parece bien, Mandy?–Pregunta.

—Su...supongo.–Acepto y Justin sonríe.

—Eso me pone feliz.–Justin reposa su frente sobre la mía cortando mi respiración.–Estoy tan contento de que estés aquí, mi pequeña.

—¿Por qué?–Pregunté.

—Te llevo observando desde que naciste.

—¿Desde q-qué nací?–Pregunté nuevamente separandome de Justin.

—No me malinterpretes, mi Mandy, no soy ningún acosador o algo parecido, ven, tendré que explicarte.–Justin me arrastra por los pasillos del gran edificio, hasta una puerta con decoraciones en oro.

Entramos, es una habitación normal y corriente.

—Ven, Amanda, siéntate por favor.–Justin palpa el lado de su cama y me siento a su lado algo dudosa, esto no me daba buena espina.–Esto es extraño, Mandy, nadie aquí debe saber que te he dicho esto, ¿vale?–Asiento.

—¿Qué pasa, Justin?–Pregunto.

—Mi nombre suena tal y como imaginé en tus labios.–Justin me hace pasar mis piernas alrededor de su cintura, y me abraza con fuerza.–Verás...es algo complicado, ¿sabes lo qué son los ángeles?

—Sí, criaturas que El Señor creó para cuidar a los humanos.

—Digamos que...yo existo desde hace milenios, cuido a humanos, nunca ninguno me había llamado la atención, hasta que naciste tú, mi Amanda, eras hermosa y pura, la niña mas hermosa del mundo.
Me propuse cuidarte costara lo que costara.

»Te explicaré sobre mí, pequeña, Dios creó a los ángeles, y tiempo después, algunos de ellos se revelaron a la cabeza de el ahora conocido como El Demonio, mi hermano gemelo, Jason.–Explica.–Nunca debes engañarte por él, mi pequeña, él es igual que yo, pero recuerda, él tiene los ojos llenos de maldad, recuerdalo, por favor.–Asiento.–Igual que yo soy el ángel mas puro él es ángel mas oscuro, y por eso creó Dios el infierno, para desterrar a las almas impuras como la de Jason.

»Creer que hay algo más allá de la muerte es bueno, mi Amanda, pero creer que no lo hay, es malo, pues quedas en un vacio sin fondo.
Por eso estás aquí, mi Amanda, debo advertirte sobre los peligros, estuviste a punto de morir, no deberías castigarte de esa manera, mi amor.–Justin me habló con expresión preocupada.

—No debería importarte lo que haga o no, eso es entrometido.

—Pues claro que debe importarme, mi amor, eres mi vida, sin tí, no sería nada.–Agarra mis ambas manos y me mira directamente a los ojos.–El Señor canceló todas mis misiones y me dió mi última oportunidad, me dejó que mi única deboción fueras tú, mi pequeña, si tú mueres, mi alma iría al infierno, y me convertiría en un doble de mi hermano gemelo.–Veía desesperación en los ojos de Justin.–Si no te hubiera llevado aquí, hubieras muerto, mi Amanda, y eso nos hubiera llevado a los dos a la miseria.

»Amanda, mírame por favor.–Lo intenté, miré a Justin.–No mereces a nadie que te haga hacerte esos cortes, mereces a alguien que los bese.–Justin levanta mis mangas, y comienza, lenta y delicadamente, a besar todas mis cicatrices.

—Justin...–Dije, sorprendida por su toque, estaba sanando todas mis cicatrices y marcas.

Save me » j.b |short story|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora