-¡Que mañana más larga!- suspiré y refregué mis ojos- parece que no se va a terminar nunca- un profundo e intenso bostezo cortó lo que estaba diciendo- encima me toca entrenar y después ir al súper a comprar los premios para el bingo que hacen acá mañana a la tarde, te juro- dije mirando fijamente a la chica de pelo castaño y cara redonda que se hallaba sentada frente a mí - esta noche me acuesto a las ocho y no sé... ¡duermo hasta el lunes!
-Melisa Esther Gonzales López-"¡¿En qué pensaron mis padres cuando me llamaron así?!", hice una mueca al escuchar mi nombre completo- ¿ya te olvidaste de qué hacemos esta noche?- mi mejor amiga Marina me miró con el ceño fruncido. En el momento en que mis neuronas realizaron la sinapsis y el recuerdo llegó a mi mente fruncí los labios y reí nerviosa.
-¡Es tu cumple!- corrí a abrazarla y decidí pedirle perdón antes de tener que soportar un sermón de cuarenta minutos sobre lo olvidadiza que soy.
-¿No te acordás que me saludaste hoy cuando llegaste? ¡Me escribiste una cartita! ¡Hasta venía con un chocolate!- estallé en carcajadas por la manera en que lo dijo y ella me siguió -¿Dónde tenés la cabeza?- se mordió el labio y cambió de tema repentinamente.
-¿Ya sabés que te vas a poner?- había un destello de ansiedad en su mirada que no pude descifrar.
-No sé, lo primero que encuentre- contesté de manera automática encogiéndome de hombros, mi respuesta le disgustó- ¿qué?- alcé las cejas y ladeé un poco la cabeza como señal de confusión ante su mirada.
-Te dije que van a ir muchos chicos, mi primo y sus amigos más grandes- me sonrió insinuante- tenés que ir súper linda- me limité a poner los ojos en blanco.
-¡No me interesa conseguir ningún chico!, sólo voy porque es TU cumpleaños- resalté esto último para dejárselo bien en claro.
-Eso lo decís porque no los has visto- guiñó un ojo muy pagada de sí, sin embargo sacudí la cabeza.
-Paso- levanté una mano- a no ser de que hablemos de pizza o helado no me interesa ningún compromiso- afirmé, y en eso irrumpió Tania.
-¿De qué hablan?- fue el cordial saludo de la pelirroja.
-De cómo Meli va a terminar chapando "re intenso" esta noche- me miró desafiante mientras esperaba mi contraataque. Respiré hondo e intenté que no afectara mi humor.
-Conociéndola... ya lo creo- se unió Tani y la fulminé con la mirada.
-¡Basta!, ¡Ya cambié!, hace rato que dije basta de besar a desconocidos- "Bravo Melisa, hazte la fama y échate a dormir", en ese momento me arrepentí del que me gustaba llamar "pasado oscuro", lleno de fiestas y noches con chicos que jamás volvería a ver. Creo que lo que más me molestó fue verlas reírse a todo volumen, yo estaba hablando en serio.
-Bueno... no nos mirés así- rió Marina- la vamos a pasar bien las tres.
-La cuatro querrás decir- contesté sugerente.
-¿Cuatro?- repuso ella sin entender.
-Vos y yo, y claro que también Tania con su mejor amigo... el vasito de fernet- las risas se hicieron presentes nuevamente.
-prometo intentar controlarme esta no...- se detuvo ante nuestras miradas incrédulas- Okay, probablemente tome, pero un po...- de nuevo- sólo prometo acordarme de todo-sentenció un poco exasperada.
-Eso me parece más factible- asentí con la cabeza.
-Son un desastre ustedes dos, soy la única cuerda del grupo- se jactó Marina.
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Yo, Melisa.
Teen FictionMelisa tiene 17 años, un grupo de amigas, padres divorciados y un sueño muy particular... convertirse en boxeadora. En una sociedad machista deberá enfrentarse a diversos obstaculos, prejuicios y problemas. El mayor desafío se llama Sebatián Quiroz...