13

1.2K 50 13
                                    

Camine a paso lento hasta su escritorio y me senté en la silla que se encontraba allí.

- Vale, necesito pedirte un favor, lo sé es muy raro de mi. - Se lo notaba más que nervioso.

-Dime. - Tenía muchas ansias por saber que era.

- No es fácil de explicar... a lo que me refiero es que... - Parecía como si tuviera nervios y miedo de decirme que ocurría. - No sé cómo decirlo. - Su vista se posó en una pared. - Vale, necesito que te hagas pasar por mi novia. - Sus ojos se encontraron con los míos, me quedé totalmente sorprendida por lo que acababa de salir de su boca.

- ¿Ser... ser tu novia? - Mi voz sonaba quebrada y no sabía porque, los nervios tal vez.

- Le he dicho a mangel que eras mi novia, si, gran error. - Me miraba con ojos de súplica.

- Vale.

Estaba por decir algo más pero rápidamente sujetó mi mano y se dirigió hasta su auto.

- ¿A dónde vamos? - Pregunté con el ceño fruncido.

- Hacia un restaurante nuevo.

El viaje duró más o menos media hora, lo raro es que esta vez no había cubierto mis ojos, llegamos al tan esperado restaurante y bajamos del coche. Caminamos hasta la recepción de esta y nos atendió una chica rubia más teñida que mis tetas, ojos verdes que estaba más que claro que eran lentes de contacto y además de todo eso estaba intentando coquetear con Rubén.

- Su mesa se está preparando, guapo. - Listo, no aguanto más.

- Mi amor falta mucho. - Vi como la cara de la rubia se iba deformando lentamente, gracias a dios Rubén siguió mi juego.

- No mi vida, ya casi está lista. - Para luego tomarme de la cintura y acercar su boca hacia mi oído. - Si que eres una celosa.

- Se supone que somos novios ¿No? - Necesitaba una excusa, era obvio que aquí no necesitábamos fingir.

(...)

Ya habíamos terminado, estuvimos hablando durante toda la cena, no es el típico secuestrador, es decir, es muy amistoso.
Estaba nerviosa desde hace un rato, un camarero no dejaba de mirarme, pero no en forma indebida sino como si me reconociera. Si una chica estaría en mi lugar estoy segura que estaría haciendo señales para que la ayuden... pero yo no, es decir, no quiero irme. Lo se, muy extraño, pero creo que estoy empezando a sentir algo por Rubén, un grave error.

- Rubén, se que sonara muy raro, pero creo que un camarero se ha dado cuenta quien soy. - Hablo mientras miro de reojo al camarero que sin dejar de atender a las personas sigue mirándome.

- Dime que es una broma. - Dijo mientras se ponía más serio de lo común.

- Me gustaría que lo sea, ahora da media vuelta por favor disimuladamente y fijate en el. - Esto es más que raro pero tenía un presentimiento bueno, eso todavia era mas que raro, es decir, estamos en una situación mala y yo tenia un presentimiento bueno.

Ruben disimuladamente da media vuelta, como si estuviera buscando algo, en cuanto vio al camarero, giró rápidamente hacia mi.

- Vale, pediré la cuenta y nos iremos rápidamente, ¿Okey? - Parecía más que nervioso. - No puedo perderte ahora... no puedo. - Esas palabras las dijo en un susurro, sin que se de cuenta tomó su mano.

- No vas a perderme, ¿Si? Tranquilo. - Le doy una media sonrisa para que se tranquilizara.

(...)

Ya nos encontramos en el auto, luego de que nos trajeran la cuenta, nos largamos rapidamente de alli. Ahora mismo el conducia hacia un lugar, por lo menos yo no sabía a dónde íbamos, porque no estábamos yendo por donde vinimos. El de vez en cuando me miraba de reojo, lo cual me ponía muy nerviosa, poco a poco fue acercando su mano hasta la mía, para tomarla y entrelazar nuestros dedos y como no, no puedo evitar sonreír por ello.

- Rubén, ¿A dónde nos dirigimos? - Pregunto mientras lo miro fijamente.

El sin contestarme estaciona el auto hacia un costado del camino, en medio de un bosque, esto si daba miedo, lentamente se acerca a mi rostro, para acariciarlo y luego acercarse a mi oído.

- Sorpresa. - Su susurro hace que me estremezca por completo. Sus labios se acercan a los míos, a tal punto de estar rozando.... de nuevo. Sus labios chocan con los míos de forma desesperada, era un beso salvaje pero también transmite sentimientos. Ambos nos separamos, él rápidamente vuelve a manejar con una sonrisa y también entrelaza nuestra manos... creo que será una noche MUY larga.

Secuestrada | Rubius y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora