Manual para olvidar.

7

Me quedan dos días acampando y creo que a Coral uno, la he pasado de lolo, ya poco me importa la existencia de estos dos que vinieron conmigo, se la pasan juntos y bueno... yo trato de sociabilizar con Coral y parte de sus amigos, aunque tampoco me quejo, estoy cerca de Coral y todo pasando, ya saben.

Coral se va mañana en la tarde y no sé si la veré nuevamente, espero que sí, me costó mucho encontrarla de nuevo, aunque fue de pura cuea'.

Tenía hambre y fui por unas galletas, jugo y cigarros. Cuando salí de la carpa estaba Coral buscándome.

-Joaquin, tengo que decirte algo.

Con un poco de nervios le conteste – ¿Dime?

Me miro y me dijo – ¿Perdámonos?

Yo agache la cabeza por vergüenza y solo la seguí.

Caminamos por toda la playa y llegamos a un cerro donde se veía toda la playa y un poco más, Coral llevaba una frazada y yo otra, en una mochila lleve un poco de comida y muchos cigarros.

Estábamos escuchando música y me di cuenta que teníamos gustos muy parecidos porque en una sale la canción de "Dulce y agraz" que me gusta mucho se llama Admirable desde lejos y la empezamos a cantar, ella decía una parte y yo seguía con la otra, estuvimos así como en cinco canciones, realmente ese momento fue extremadamente la raja.

Se estaba haciendo de noche y a Coral le estaba dando frío, ¡esta era mi oportunidad conchetumare!

-¿Te abrazo? -le dije-

-No te preocupes, traje una manta.

-Ah... bueno.

-Pero si lo haces no me enojo.

-Lo tendré en cuenta.