Capítulo 13

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Maratón:  1/4

Es verdad, para compensar mi ausencia, haré un maratón, será hasta el capítulo final!

Espero que les guste!

S&K

Maldito yōkai celoso. Lo que pasó fue, yo me sentí mareada y fuí contra el guardia, y este impidió que llegase al suelo. Él rápidamente se disculpó y yo le garantzé que la culpa era mía. Enseguida aparece Sesshomaru y lo asusta. Ahora quiere me dar algo. No lo entiendo.

Me llevó para la parte más tranquila del castillo. No nos encontramos con nadie por lo camino, lo que me estaba dejando nerviosa. Él paró frente a una enorme puerta. Lo miré curiosa.

—Kagome, detrás de esta puerta está tu sorpresa. – esclareció Sesshomaru mientras abría la puerta y me daba espacio para entrar.

Me quedé sin palabras. La habitación era enorme, pintada en tonos claros, para emanar tranquilidad. Todas las paredes estaban llenas de libros y pergaminos, excepto la pared que tenía una grande ventana con vista para el jardín, el lado opuesto de nuestra habitación. En el centro había una gran poltrona, una mesa, caderas y algunos objetos menores.

— Mandé hacer esta habitación para ti, para que tengas un espacio solo tuyo. – me explicó el yōkai —, Ningún criado o guardia puede entrar aquí sin tu autorización.

Giré mi cuerpo para me quedar frente a él. Lo abracé.

— Gracias.

— Soy yo que te tengo que agradecer, me diste la mejor noticia del mundo. Me quedé tan feliz, que tuve que te dar esto más cedo. – dice al mismo tiempo que acariciaba mi pelo —. Y quiero que tengas un lugar tranquillo por causa del embarazo.

No sé para qué me preocupé, parece que final tendré un embarazo tranquilo. Estaba un poco asustada pues leí que los Taiyokais se tornaban insoportables durante el embarazo de sus hembras. Pero Sesshomaru no será así, él controla bien sus emociones.

(...)

¡Retiro todo lo que dice en defensa de Sesshomaru! Él es insoportable, y solo pasaron dos meses, lo que significa que yo tengo cuatro meses y todavía me faltan cinco meses. ¡No voy conseguir soportar, me voy a mi época!

Por mucho que yo quisiese ir, la marca no me permitía, pues apenas salí de la puerta principal y me sentí muy mal. Conclusión, tuve que regresar.

Sesshomaru estaba me esperando en mi espacio privado, donde lo dejé. Cuando volví, él estaba sentado en una cadera con la cabeza gacha.

— ¡Espero bien que lamentes lo que hiciste! – le grité.

— ¿Ya regresaste? – inquirió con burla.

— ¡Es tu culpa! Tú hiciste esta marca, que me está dejando loca.

Caminé hasta la ventana y la abrí para ir para el jardín, donde me senté en el suelo. Sesshomaru hizo lo mismo. Miraba sus manos.

— Si querías tocar mi vientre bastaba decires. – lo miré enojada de la manera que trató Zen —. Deja tu orgullo de lado.

— Yo soy el padre, por eso debería ser el primero a sentir el cachorro.

— No lo hiciste, porque no quisiste.

— ¡Tu no me dejaste! – argumentó.

— Eso no es verdad, no fue eso que aconteció. – hablé, recordando lo que se pasó hace poco tiempo.

"Estaba en el escritorio de Sesshomaru, con Zen. Cuando sentí a él cachorro a moverse. Extrañé, pues es costumbre ser muy calmado y mal lo sentía. Sin percibirme, hablé en voz alta.

Sesskag: El Amor floreceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora