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La luz que avisaba sobre un nuevo amanecer se filtraba por las sucias persianas de la habitación, haciendo que la chica cubriera más su rostro. La noche anterior no había podido pegar un ojo.
Había dejado de abrir esa persiana desde hacía ya bastante tiempo.

Los tubos que entraban por su nariz y que la ayudaban a respirar eran el motivo del porque no quería, todas esas cosas bellas que alguna vez la vida le mostró se deterioraron en cuanto llegó la noticia.

Cáncer.
Incurable y que probablemente la mataría dentro de poco.

Se levantó con cuidado de no hacer daño a los cables, ese día tenía una quimioterapia y si no se levantaba pronto su madre vendría a hacerlo, y no quería ser una carga.

A sus 19 años de edad no salía a fiestas, no consumía alcohol o tabaco, no le abría las piernas a cualquiera tal y como lo hacían las chicas de su edad, y por una parte estaba bien.
Simplemente iba a estudiar, volvía a casa y se quedaba en su habitación, pensando en lo que la vida le había dado. Lo que le había arrebatado.
A pesar de su notable problema era de las más inteligentes en clase, incluso se le había ofrecido una beca la cual no dudo en aceptar con el fin de reducir los gastos que se hacían en casa.

El celular comenzó a vibrar, Amy.
Amy y Signe eran sus únicas amistades, Amy era homosexual y Signe tenía novio. Ellas siempre la acompañaban al hospital, la visitaban todos los días si es que debía quedarse en este. Pero se sentía sola, sentía que ellas sólo estaban a su lado por lastima.

Dudo entre contestar o no, pues debía cambiar su atuendo. Pero sabía que si no lo hacía probablemente vendría a su casa a verificar que las cosas estuvieran bien.

¡____! –gritó Signe.–

¿Cómo estas enana? –preguntó Amy mientras reía de la inmadurez de su amiga.–

Podría estar mejor

Oh, bueno –dijo Signe.– ¿pasamos por ti y tu mamá?

Como gusten.

Llegaremos pronto –respondió Amy.– sonríe, ¿si?, lograrás salir de esta.

Y colgó, ¿por qué preocuparse por ella si de igual forma el cáncer la mataría?. No era más que un gran estorbo el cual trataba de mantenerse aferrado a algo que ya no le pertenecía. A la vida.

[ . . . ]

Esperaba fuera del consultorio, su madre hablaba con el doctor que la atendía. Signe y Amy hablaban de temas triviales con el fin de evitar malas esperanzas. Mientras que ella escuchaba música.
La música había sido se escapatoria a todo ese problema, la hacía perderse entre las letras y explorar un mundo donde podía identificarse.

Now turn away
'Cause I'm awful just to see
'Cause all my hair's abandoned all my body
All my agony
Know that I will never marry
Baby, I'm just soggy from the chemo
But counting down the days to go

Su madre salió de aquella habitación secando sus lágrimas, tenía miedo de perder a su pequeña. El pequeño niño que ya hacía tomando una de las manos de la señora lloraba.
Soltó la mano de su madre y corrió a abrazar a su hermana dejando a las tres jóvenes sin saber que hacer.

¡No te vayas! –pidió con inocencia.– ¡No me dejes solo! –suplicó derramando un río de lágrimas en sus rosadas mejillas.–

A pesar de sólo tener cuatro años de edad había comprendido la situación en la que se encontraba su hermana. Era como estar en la cuerda floja y no quería verla caer.
Amy y Signe se acercaron a la señora con el fin de saber el resultado de aquella prueba.
Ella sólo lloró, lloró al saber que su niña no tenía mucho tiempo.

Continuará . . .

Believe In Me [Markiplier]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora