Mi abuela comienza a contarnos la historia de cuando ella y mi abuelo se conocieron; fue una tarde de otoño, al salir de la escuela ella debía ir a su trabajo de medio tiempo en la tienda de música. Ya estando ahí, un chico alto de tez blanca, ojos verdes y cabello castaño; entró a la tienda. Pasó rato recorriendo el lugar, mirando cada instrumento, cada álbum de acetato y cada pieza.
-Leonora, ese chico no te quita los ojos de encima- dijo su compañera Alondra. Mi abuela se giró a mirarlo y efectivamente eso hacía aquel chico. Inmediatamente él aparto la mirada.
Cuando se acercó a pagar unas cuerdas para violín, ambos se miraron fijamente y sonrieron. Mi abuela sintió que su corazón se agitaba.
Al finalizar su turno, mi abuela caminaba de vuelta a casa; sintió que alguien la seguía. Un par de hombres sospechosos caminaban rápido. -¡Ve por el bolso!-uno de ellos gritó. De repente sintió que no tenía más opción que correr. Mi abuela comenzó a sollozar por el pánico. Al doblar en la siguiente calle, se topó con aquel chico de la tienda.-¡Ayúdeme!- dijo desesperada.
-¿Está usted bien?- Preguntó preocupado.
-No, no lo estoy- Ella se veía muy alterada. -Me persiguen dos hombres... ¡Por favor Ayúdeme!
-Señorita perdone mi atrevimiento pero es necesario que lo haga para que se calme- aquél joven envolvió en un abrazo.
Mi abuela dijo que nunca se había sentido protegida por nadie. Ni siquiera por su padre.Este chico era un completo extraño y aun así confió en él.
Días después, el chico volvió a la tienda y la invitó a beber un café. Ella aceptó. Ya despues de esto comenzaron a salir formalmente y dos años después se cazaron. Nueve meses más tarde nació mi tía Elvira.
Mi abuelo provenía de una familia muy influyente y rica, mi abuelo temía contarle a ella por temor a que ella se fijara por interez y no por quien era.
Mi abuela y él eran muy felices, hasta que mi abuelo enfermó de cáncer. Ella siempre estuvo para él; así como él lo estuvo siempre... Mi abuelo murio al año de enterarse de esa horrible enfermedad. Mi abuela sufrió mucho su perdida, su único consuelo somos nosotros, su familia.Es por eso que de ves en cuando nos reunimos todos.-¡Wow! ¡Es un gran historia de amor!- comenta Sean.
-Si que lo es- digo mientras pongo mi sombrero blanco en la mesa de mi derecha.
-Quiero que sepan que me siento muy contenta con ustedes juntos-
Sean y yo nos miramos -No... no estamos..-Intervengo.
-Cariño podrás engañar a quien quiera pero yo veo en sus ojos que ambos se quieren- Se queda pensando por un rato.
-Abu, queremos llevar las cosas poco a poco. Y por ahora solo salimos ¿Verdad?- Miro a Sean.
-Sólo salimos- comenta Sean.
-Traten de disfrutar el día, cualquier cosa que necesiten aquí estaré- Se levanta y toma su vaso de limonada, va hacia la cocina.
Mis primas; Kenia una chica rubia regordeta, Paulette quien tiene cabello negro, ya traen puesto su traje de baño... yo aun visto este caluroso vestido. Ahora vienen hacia acá y se han parado de espalda a la piscina.
-¡Hola Jess!- Saluda Kenia amablemente
-¿Quién es este chico tan guapo?- Pregunta Paulette.
-Él es ...
-Soy Sean-me interrumpe y se para del camastro, ahora me levanto para ponerme a su derecha.
-Ella es mi prima Kenia- Señalo a la rubia.
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La verdad está en amar.
RomanceJessie está en la universidad; la etapa más importante de su vida. Llego la hora de tomar sus propias decisiones y ser más responsable. Por otro lado le preocupa que el chico ideal para ella nunca llegue. Y aun sufre por la ruptura de su primer amor...