Prologo

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20 años crionizada. Esperando la medicina absoluta para una enfermedad terminante: la tristeza, depresión o nostalgia.

Se suponía que un ser querido me traicionaría. Un ser querido, no el.

En mi mundo no se en quien confiar, a quien amar, a quien odiar: todos resultan ser una farsa, todos sin excepción alguna.  

No debería culpar a nadie por no advertirme sobre el peligro de los sentimientos con una mentira de por medio. Sabia que me ocultaba algo, pero mas fuerte eran mis ganas de sentirme especial para alguien, de ser querida; mas fuerte era su influencia sobre mi, mas fuerte era el.

Y lo peor...

Es que nunca existió. Nada era real, ni siquiera yo...


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