0. PREFACIO

229 19 6
                                    

Oscuro

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Oscuro. Era la palabra que describía mejor el lugar, pues era lo único que se apreciaba. Oscuridad. No había colores, solo una escala de grises desde el cielo pintando las nubes de gris y descendiendo hasta llegar al suelo inundado de negro. No había vegetación, más bien era un mundo desértico, tan solo huesos y cráneos se apreciaban alrededor. Así era el mundo de los shinigamis. Los shinigamis son los dioses de la muerte, quienes son capaces de cambiar el destino de los humanos a su antojo.

Sin embargo, estas criaturas se hallaban sumamente aburridas. Algunos trataban de matar el aburrimiento observando hacia el mundo humano en busca de un humano a quien matar e incluso observar que les sucedía a los otros humanos a su alrededor, aquello a lo que nombran como "perder un ser querido". Otros por su parte se la pasaban apostando los años de vida que tenían en juegos de azar. Algo bastante normal.

—Golau —entre el grupo de shinigamis que se encontraban disfrutando de un interesante juego se levantó uno de apariencia monstruosa, sus ojos no eran visibles a la vista debido a un artefacto metálico, sin embargo, eso se compensaba con su boca que era más grande de lo normal. Con voz grave llamó al que caminaba junto del grupo—. ¿No quieres jugar? Al parecer Sidoh está a punto de perder.

—Ahora no Deridovely, necesito hacer algunas cosas —contestó, era completamente diferente a Deridovely, pues poseía un cráneo alargado como cabeza, vestía con ropas parecidas al de los humanos y su andar no era tan veloz como los demás. Su nombre era Golau.

—¿Hacer algo? Suena interesante, ¿Qué tienes planeado Golau? —saltó otro shinigami, llamado Sidoh; por la mala cara que Golau le dio supo que Sidoh no quería perder años de vida y por ello se interesaba en sus asuntos privados.

—Nada que les incumba, sigan con su juego, tengo que ir a verlo —Deridovely hizo una mueca al igual que Sidoh y algunos de los shinigamis presentes que alcanzaron a escuchar parte de la conversación.

—No es nada personal Golau, pero si vas a verlo a él será mejor que lleves algo que le quite el aburrimiento o te echará de su cueva en cuanto pises su territorio; igual que las veces anteriores —Golau ignoró el comentario de Deridovely, al igual que las suplicas de Sidoh por dejarlo acompañarlo a verlo a él.

Sin más se dispuso a seguir su camino y al llegar entró esperando encontrarse al shinigami que tanto ansiaba ver, por supuesto no lo hallo deduciendo que estaba en la parte alta de la cueva. Las escaleras tétricas y sombrías se habían convertido en parte de su recorrido y al vislumbrar una pálida y escasa luz supo que estaba en el lugar indicado.

Ambos cruzaron miradas y sucedió como Golau había predicho, el shinigami le pidió que se largara inmediatamente. Por supuesto Golau llevaba consigo aquello que ese shinigami tanto anhelaba desde hace algún tiempo.

—Te he dicho que te vayas, si no traes nada bueno entonces no me sirve de nada —volvió a advertirle con una mueca sumamente aburrida.

—Sí, tienes razón; había venido porque traigo la clave para tu aburrimiento, pero está bien, me divertiré solo —sin esperar más se dio la vuelta, pero enseguida fue detenido por las palabras del shinigami diciendo su nombre—. Sabía que estarías interesado... Ryuk.

—Siempre estoy interesado cuando se trata de divertirse un poco, estar en este mundo podrido es aburrido; pero dime Golau, ¿Qué es lo que tienes para mí? —de su cintura Golau señaló la Death Note que tenía a su posesión, Ryuk le devolvió un gesto confuso al no entender. De inmediato de sus ropas sacó otra Death Note completamente diferente a la suya. El shinigami abrió los ojos asombrado—. ¿De dónde la sacaste? —Golau sonrió.

—Hice jugar al Rey Shinigami y perdió esta Death Note —explicó metiéndola de nueva cuenta—. Por si te preguntas, sí, me llevó algo de tiempo —Ryuk sonrió estaba sumamente interesado en lo que Golau tenía que decirle, tanto que se había puesto de pie—. Verás, necesito de tu ayuda para llevar a cabo algo que he estado planeando hace algunos años. Por supuesto tendrás como paga diversión e incluso muchas de estas—. Sin que Ryuk lo percibiera antes Golau le aventó algo que atrapó al aire, resultó ser una manzana seca y negra. En pocas palabras, podrida—. Obviamente serán jugosas y deliciosas, como tanto te gustan.

—Quieres decir que planeas dejar caer esa Death Note en el mundo humano ¿cierto? —dijo Ryuk dándole una mordida a la podrida manzana.

—Más o menos —contestó Golau encogiéndose de hombros—. ¿Entonces qué dices Ryuk? ¿me ayudarás? —el shinigami Ryuk no lo pensó dos veces cuando le dio una sonrisa llena de curiosidad por lo que su compañero planeaba hacer.

Así fue como Golau consiguió la ayuda que necesitaba y también la diversión que tanto quería disfrutar; aquella que había planeado desde hace unos años atrás y que gracias a Ryuk se llevaría a cabo, solo debía ponerlo en marcha.

Golau después de explicarle parte de su plan a Ryuk se dirigió al portal que llevaba a los shinigamis al mundo de los humanos; había ignorado las preguntas curiosas de los shinigamis con quienes se topaba porque estaba demasiado concentrado en lo que debía hacer. En lo que tenía que hacer. Estando allí extendió sus alas, las cuales salieron de su espalda sorpresivamente y sin más se adentró en el portal para llegar al mundo de los humanos.

—Sin duda alguna disfrutaré de un gran espectáculo gracias a Golau... —mencionó Ryuk observando desde aquella cueva como el shinigami se iba—. Sé que no me defraudarás, y me entregarás la llave que quita el aburrimiento. Aunque las cosas para ti resulten mal —sin poder evitarlo Ryuk sonrió pensando en todo lo que Golau le había dicho, lo encontraba sumamente divertido—. No me lo perdería por nada del mundo.

Death Note: Mortal TrapDonde viven las historias. Descúbrelo ahora