El día en que la conocí.

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Y cuando a punto de lanzarme al precipicio de la soledad estaba, cuando a cupido había hecho mi enemigo, cuando en caja fuerte había guardado eso tan extraño que llaman amor, cuando a aquella chica tristeza estaba por entregarme; apareció ella, tan hermosa, tan bella, tan única, tan diferente, era como una rosa blanca en un rosal rojo, y eso me gustaba... tomó mi mano, pasó sus dedos por entre mi pelo y luego me besó, abrazó mi escuálido cuerpo y me contó sobre ella, termino susurrándome su nombre.

supe en ese momento que ella era para mí y yo ya era de ella.

Microrelatos del amor, la vida y demàs enigmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora