Prólogo

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— ¡Emma! Mírame, por favor. —Supliqué. Tomé su rostro entre mis manos y la obligué a mirarme— Saldremos de esta, juntos. Lo prometo bebé, pero debes creerme.

En sus ojos vi el asco, la negación y decepción, que tanto temí. Con una sola mirada logró que mi respiración se acelere y que mi corazón comience a latir en forma exagerada.

—Tu... ¡Tú lo mataste hijo de puta! —Su grito me tomó desprevenido. Apartó mis manos bruscamente.

—Bebé, sabes que no fue así, déjame explicarte. —Rogué al borde de la locura.

—No quiero que me vuelvas a tocar, nunca más en tu miserable vida. —Levantó su mirada y por primera vez, sin que yo la obligue, me miró directamente a los ojos. En su mirada había odio, odio en estado puro. —Me mataste, acabaste con mi vida, prometo acabar con la tuya ¡Ahora vete! —Se puso de pie y golpeó mi pecho, logrando así, acercarme hasta la puerta.

—Te amo Emma. —Le recordé. Tomé el picaporte de la puerta y la abrí. Pero antes de salir, ella habló por última vez.

—Solo recuerda algo, me encargaré de hacerte sufrir, te conozco lo suficiente y se tus puntos débiles, nos veremos pronto, querido Nick. —Una mueca maliciosa apareció en su rostro. Mi piel se erizó.

Esas palabras se clavaron como dagas en mi corazón. Ese día, había terminado de perder todo lo que alguna vez le dio sentido a mi vida. No sabía cuál iba a ser su venganza, algo que si tenía claro, era que no sería lo suficientemente fuerte para soportarla, pero si ella se sentía mejor haciéndome daño, la dejaría. Porque al fin y al cabo, amar era eso.

El amor no siempre te sana, muchas veces, el amor te destruye. En mi caso, amar, era destruir.

Dangerous Deception ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora