Never let me go

Prólogo

El sonido de mi celular me despertó en medio de la noche, vi que era el número de Sophie, no sabía que hacía despierta en medio de la noche, aún así, un poco somnoliento, contesté.

-¿Qué se te ofrece en medio de la noche, Sophie? -Dije sin rodeos. Pero del otro lado había una respiración nerviosa que no contestaba, así que volví a hablar

-Sophie, ¿Está todo bien?

-Bryan, no soy Sophie -Dijo la voz al otro lado.-Soy Anna, su madre, es solo que Sophie no se encuentra bien, y... tuvimos que traerla al hospital, no te preocupes, una doctora la esta examinando, si quieres pasa mañana por la mañana.

-Sra. Colins, ¿Está segura que no pasa nada? -Me preocupaba su tono tan cuidadoso.

-Si, no te preocupes, solo es que estos ultimos días había tenido mareos y antes de que la trajeramos estaba vomitando, así que decidimos traerla. -Seguido de esto, la madre de Sophie se despidió y dió fin a la llamada.

Por alguna extraña razón no pude consiliar el sueño hasta por lo menos las cuatro de la mañana, me causaba ansiedad el tono de la Sra. Colins quien me decía que no me preocupara, pero en realidad parecía que se trataba de convencer ella más que a mí, me parece que unos mareos y vómito no pueden ser la razón para salir en medio de la noche a un hospital, pero yo no podía cuestionar las decisiones de los padres de Sophie, ellos habían sido muy buenos al aceptar que yo estuviera saliendo con su hija, claro que después de dejar claras algunas especie de reglas o límites que debía acatar. Los señores Colins cuidaban a su hija mucho, pero no me molestaba el hecho de que la cuidaban, sabía que era porque la querían y se preocupaban por ella, al igual que yo.

Todo aquello paso por mi mente antes de por fin consiliar el sueño y mañana pasaría a ver a Sophie a primera hora para cuidarla.