Habitación 316

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Corría en una carretera en la oscuridad, corría detrás de una chica de un cabello largo y pelirrojo. La chica volteaba y me veía, pero no decía nada solo corría lo más rápido que podía.

No distinguia el rostro de la chica, cuando por fin pude distinguir su rostro en la oscuridad, vi esos grandes y hermosos ojos color miel que tanto conocía, eran los de Sophie así que comence a gritarle.

-Sophie, ¿Qué pasa? -No obtenia respuesta, pero seguía corriendo detrás de ella. -Sophie, para, dejame hablar contigo.

De la nada ella se esfumaba como si fuera parte de mi alrededor, ya no tenía porque correr, me paraba en seco y me hechaba a llorar tal cual un niño pequeño, no sabía por qué, no sabía que pasaba, pero solo me hechaba a llorar esperando que Sophie volviera, pero ella no volvia y yo me quedaba en medio de la carretera llorando la ausencia de la chica.

Justo en el instante en que comenzaba a llorar, me despertaba, para aclarar que era solo un sueño, pero no se sentía así, se sentía bastante real, no pude consiliar el sueño en toda la madrugada, ese sueño seguia repitiendose y era igual, corria detrás de ella, notaba que era Sophie y cuando estaba más cerca de ella, ella solo se esfumaba y yo me quedaba llorando.

Cuando ya no pude más ya eran alrededor de las ocho de la mañana, el sol veraniego que entraba por mi ventana me lo confirmaba, me levanté y recordé que tenía que ir a visitar a Sophie, así que me metí a la ducha lo más rápido que pude y me cambié, bajé las escaleras hacia la cocina para encontrarme con una madre sorpendida.

-Buenos días, ¿Qué hace tan temprano ya cambiado? Eso no es propio de su parte. -Exclamó mi madre en tono de juego.

-Tengo que ir a visitar a Sophie. -Dije. -Pero a estas horas, la despertarás. -Ella conocía bien a Sophie, siempre se habían llevado muy bien, incluso antes de que comenzaramos a salir, ella era quien más se había emocionado por el hecho de que intentaramos salir.

-Esta en el hospital, no se sentía bien anoche, me informó la Sra. Collins ayer en la noche. -Le dije.

-¿Pero ella se encuentra bien, hijo? -Sonaba realmente preocupada, yo tanbién lo estaba. -Si, fueron unos mareos que había tenido constantemente.

-Espero que se encuentre bien, dile que espero que se mejore, ten cuidado.-Después de eso nos despedimos y seguí mi camino hacia el hospital, no había demasiado tráfico, era verano y media ciudad estaba fuera, así que llegué en poco tiempo al hospital.

Bajé del auto y me encaminé hacia la entrada del hospital para encontrarme con la recepcionista, una jóven adulta con un cabello negro y unos ojos tan verdes como las plantas que decoraban la recepción; le pregunté por la habitación de Sophie Colins, la jóven simplemente me indicó que era la habitación 316, no sin antes preguntarme quién era yo para ver si tenía autorización para pasar a verla. Agradecí y me fui buscando la habitación.

Subí hasta el segundo piso donde se encontraban las habitaciones, encontré la habitación de Sophie y me alegré al ver que la doctora iba saliendo de esa habitación.

-Buenos días doctora, ¿Me podría informar sobre el estado de Sophie? -Exclamé para sorpresa suya de mi dirección hacia ella, ella se me quedó viendo unos segundos y luego simplementr contestó.

-Buenos días, soy la Doctora Emily Robbins, Sophie es mi paciente, pero, ¿Quién es usted? -Me sorprendí de su repuesta, pero era claro que había olvidado presentarme.

-Oh, disculpe, soy Bryan... Bryan Santora, vengo a visitar a Sophie, soy su... -Ella no me dejo terminar la oración cuando habló.

-Eres su novio. -Observó mi cara de sorpresa ante su comentario y prosiguió. -Ella me hablo de ti, hace un rato, he sido su doctora de siempre, me tiene confianza, no te preocupes, Se nota  que la quieres y te preocupas por ella, disculpame si te asuste, Sophie se encuentra con varios síntomas como naúseas, mareos, temblor e incluso vértigo, ya estamos haciendo estudios para ver que es lo que tiene, por el momento tiene medicamentos que ayudan a bajar estos síntomas en lo que le realizamos algunos estudios, ella esta adentro si gustas pasar. -Ya veo porque su madre sonaba tan nerviosa, esto no era algo simple, ella tenía varios síntomas, me quede parado sin responderle a la Doctora.

-No te preocupes, yo la cuidare, tu pasa y vela un rato, más tarde yo pasaré. -Me sonrió y yo hice lo mismo, luego pase a verla.

Sophie se encontraba acostada y sonrió cuando entre.

La mañana se fue volando junto a ella, alrededor de las once su madre llego, ya que había ido a bañarse y cambiarse, su padre había tenido que ir a una junta del trabajo y ella se había quedado toda la noche a cuidarla. Pase todo el día en el hospital con Sophie, los resultados no llegaron en toda la tarde, ya que el hospital tenía demasiado trabajo, pero la Dra. Robbins aseguró que mañana estarían y así podríamos saber que tenía Sophie. Aclaró que debía ser alguna infección en su organismo, pero también dijo que ella aún no sabía y que podría ser algo extraño, pero nada que Sophie no pudiera enfrentar.

Never let me goDonde viven las historias. Descúbrelo ahora