Todo estará bien

37 1 0
                                    

Después de la noticia no supe que hacer, preferí irme de aquel pequeño cuarto, no podía quedarme viendo a Anna llorando desconsoladamente, pensé en irme del hospital pero, tampoco podía irme sin poder ver a Sophie, la tenía que acompañar al oír la noticia.

Al final decidí irme a la cafetería del hospital a tomarme un café para poder despertarme, todo lo que pasaba lo veía como expectador, observaba las manecillas del reloj moverse con su singular ritmo, los sonidos los escuchaba a lo lejos.

Me encontraba sentado en una mesa sin nadie más, a lo lejos,  observaba un grupo mixto de doctores, todos comían, platicaban y se reían.

En otra mesa se encontraba un paciente con los que parecían sus amigos, platicaban tan alegremente como los doctores; Al otro lado de la sala se encontraba una chica leyendo un libro, no tenía compañia, pero se encontraba realmente sumida en su lectura, me quede observandola, cada movimiento que hacía, como movía sus ojos por las líneas del libro, cambiaba de página con sumo cuidado, lucía unas gruesas gafas que hacían que sus ojos profundos parecieran más grandes, me quede observandola un tiempo más hasta que me dí cuenta que esa chica que se encontraba sentada leyendo un libro, esa chica de gruesas gafas era Sophie.

Preferí actuar normalmente y fui hacia su mesa.

-Buenos días señorita, ¿Cómo se encuentra? -Exclamé en tono de burla.

-Buenos días, no he tenido jaquecas y preferí venirme a leer aquí, ¿Por qué no fuiste a visitarme?

-Claro que fui a visitarte, pero estabas profundamente dormida, como siempre. -Me contestaba sin quitar la vista de su libro.

-Oh, por favor, que exagerado eres, hoy estás muy grosero. -Me reí de su tono y ella se unió a mi risa.

-¿Quiéres desayunar algo?

-Si, por favor, ¿Desayunarás conmigo?

-En realidad no tengo hambre, pero si comeré un poco. -Necesitaba fuerzas para cuando ella oyera la noticia.

Tomamos nuestra comida y desayunamos juntos, sabía que después esto tendría que decirle que tenía un tumor cerebral, pero sabía que tenía que disfrutar esto, su risa, su voz, sus ojos risueños, y sobre todas las cosas tenía que disfrutarla a ella.

Regresamos a su habitación, donde su madre, ya más tranquila, se encontraba buscando las palabras junto con Emily para decirle a Sophie lo que padecía.

Sophie se sentó en el sillón, yo simplemente me senté a su lado esperando a que Anna y Emily comenzaran a hablar.

-Díganlo de una vez, me siento bien y quiero saberlo, no me voy a deprimir, soy fuerte y lucharé contra esto. -Sophie siempre fue intuitiba, ella sabía cuando pasaba algo, yo sabía que se encontraba nerviosa, me tomó la mano y acomodó su cabeza en mi hombro, luego simplemente la abracé y nos preparamos para escuchar lo que yo ya sabía.

Emily explicó todo con mucho cuidado, le dijo que todo estaría bien, que lo más rápido era operarla y extraer el tumor. Explicó que había ciertos riesgos, podía perder su memoria, podía perder el habla e incluso quedar en coma, pero esto solo pasaría si surgía una complicación, pero Emily estaría asistida por otro neurocirujano, ya que ella lo era también, aseguró que sería lo más cuidadosa posible en la operación y extraería aquel tumor.

Una lágrima se escapó de el ojo de Sophie y se quedó paralizada, la tomé en mis brazos y la mantuve ahí tratando de calmarla, besé su cabello.

-Todo estará bien, corazón, no hay nada de que preocuparse. -O eso creía yo.

Never let me goDonde viven las historias. Descúbrelo ahora