La operación de Sophie se programó para pasado mañana, todos estabamos demasiado nerviosos como para si quiera hablar sobre eso, me encontraba sentado fuera de la habitación de Sophie cuando una chica morena de cabello negro y lacio se acercó hacia mi, posó sus curiosos ojos verdes en mi cara y de sus gruesos labios salieron algunas palabras que pude descifrar después de unos segundos.
- Hola ¿Cómo ha estado? -Era Clarice, mejor amiga de Sophie y mi amiga más cercana.
-Eh... -Tartamudeé un poco antes de poder formular mi respuesta. -Está nerviosa, todos estamos nerviosos, creo que le haría muy bien el hecho de que pases a verla, ¿Por qué no habías venido? Ella te necesita demasiado, faltan dos días para su operación y... -Las palabras brotaron de mi boca sin aviso ni cuidado, todo lo que tenía en mi mente salió atropellandose mientras Clarice me veía con esa mirada comprensiva tan particular en ella.
-Discúlpame, estaba fuera de la ciudad y vine en cuanto pude, se que debí llegar antes, pero simplemente no podía, pasaré a verla, trata de calmarte, ella nos necesita a ambos bien. -Me abrazó y fue como si me diera a entender que ella me apoyaba en esto, apoyaba a Sophie y siempre lo haría.
Seguido de esto pasó a la habitación para abrazar como nunca a aquella pelirroja que se encontraba recostada en esa blanca cama, decidí ir a casa y descansar un poco, me sentía un poco destrozado por esto que le pasaba a Sophie, en varias ocasiones pensé en que sería mejor que me pasará a mí, no quería ver sufrir a la chica por la cual daría todo.
Al llegar a casa fui directo a mi cuarto para poder dormir un poco y así lo hice, solo al recostarme me interné en un profundo sueño.
Entraba en la habitación de hospital de Sophie, pero ella no estaba ahí así que salía corriendo buscandola, no se encontraba en la cafetería ni en la sala de espera, corría a el quirófano, ahí estaba ella, recostada en el frío metal siendo intervenida por unos doctores desconocidos y justo cuando entraba, la alarma del aparato a su lado comenzaba a hacer un sonido irritante mientras las barras de este se mantenían rectas sin ningún movimiento, indicando que no había pulso, entonces los doctores se quedaban observandola, yo gritaba su nombre, me dolía el pecho, lágrimas salían a montones de mis ojos. Entonces corría a ella, la abrazaba y gritaba su nombre, aclamaba para que se recuperara y volviera en sí, pero ella se quedaba postrada en donde estaba sin ningún movimiento.
Desperté bañado en lágrimas enredado en las sábanas, me dolía la cabeza y el dolor en mi pecho que pensaba que era parte del sueño se encontraba ahí como si me faltara una parte de mi ser que antes se encontraba ahí.
Tomé un baño, me alisté, tomé un poco de ropa y salí de mi casa donde hoy más que nunca se sentía la soledad que cubría todo el ambiente.
Conducí hasta el autoservicio de hamburgesas más cerca que tenía donde compré algunas hamburgesas y malteadas para Sophie, Clarice y para mí, después pasé por un establecimiento donde compré algunos dulces y algunas películas, quería pasar una gran tarde con la chica que yo quería.
-Hola, ¿Dónde has estado?
-Exclamó una Sophie un poco melancólica, no contesté y proseguí a cerrar la puerta y las cortinas de la gran ventana que daba al pasillo.
-Hey tú -Clarice me lanzó un cojín del sillón y rió -¿Qué haces, B?
Esta vez tampoco contesté, pero simplemente mostré la bolsa de comida rápida que traía en la mochila y la película que había comprado para ver, era la favorita de Sophie, "The perks of being a wallflower", esto dibujó una gran sonrisa en su hermoso rostro, los tres nos acomodamos en la cama, en realidad no sé como y comenzamos a ver el filme en la laptop de Sophie mientras comiamos hamburguesas y dulces, quería ver contenta a Sophie antes de que se internará en aquel quirófano, quería ver su sonrisa y escuchar su risa una y otra vez.
Al terminar the perks vimos "Meet the Robinsons", otra de sus películas favoritas, me encantaba pasar todo el tiempo con ella, no quería que le fuera a pasar nada, ella era demasiado buena para quedar en coma, mis pensamientos me abrumaban mientras los dejará, pero en estos momentos no quería eso, quería disfrutar al máximo a la chica que quería y eso era lo único que tenía seguro, que quería a Sophie más de lo que había querido a cualquier chica.
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Never let me go
Teen Fiction"Por alguna extraña razón no pude consiliar el sueño hasta por lo menos las cuatro de la mañana, me causaba ansiedad el tono de la Sra. Colins quien me decía que no me preocupara, pero en realidad parecía que se trataba de convencer ella más que a m...