"Buscando el encaje mal encontrado."

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-Eh...
-¿Qué quieres?...
- Contálo otra vez...
-¿No te has cansado de escucharlo?, te lo he contado durante 7 años y siempre a estas horas de la noche me pides que te lo cuente de nuevo.
-Pasa que esta celda es oscura... y la luz de la luna entrando por esa ventana enrejada, me ayuda a imaginar mejor...
-¿Y qué sentido tiene si te vas a quedar dormido en cualquier momento?
-Por favor... solo una vez más...
-Está bien...

Comenzó cuando tenía 13 años, yo era un chico meramente feliz, con la alegría de cualquier otro chico normal. Tenía varios dotes, la música y el arte eran dos en los cuales más me destacaba.
Vivía bien, no podía quejarme de nada, no tenía realmente nada de que quejarme. Era proveniente de una familia trabajadora, de solidos valores inculcados en la crianza; de un hogar humilde, pero lo suficientemente basto para satisfacer nuestras necesidades básicas y darnos unos que otros gustos.

Ya tenía 13 y la primaria había quedado atrás.
Era un reciente egresado de primaria, un producto fresco salido de la fábrica escolar.
Ya habían pasado las vacaciones y sabía que ese año ingresaba a la secundaria, otra vez a curtirme de nuevo durante 5 años para ser esta vez un producto social más, el cual le sea útil a la sociedad y contribuya a su "Desarrollo y crecimiento"... o eso creía yo.

Ese año no tomé de la mano a Papá, creía que sería una acción infantil y ya no era propio de un preadolescente en esa etapa.
Pasé toda la ceremonia de ingreso parado cual cabeza más en el montón de "soldaditos visionarios y defensores de la Patria".
Todo se veía agradable, al terminar el acto de bienvenida salimos todos afuera. Yo ya había cruzado palabras con algunos chicos, pues sentía como una obligación tener que socializar e incluirme en ciertos grupos para no quedarme afuera. Parecía que le había caído bien a varios, concordaba en varios puntos, gustos y detalles; ya estábamos estableciendo relaciones de amistad...
Al pasar el tiempo todo iba bien, todo era normal, era uno de los más queridos en el salón, pero parecía que eso no le agradaba a un grupito en especial.

Pasó el primer año de secundaria y estaba listo para el segundo. Estaba entusiasmado de volver a encontrarme con mis amigos del año anterior, de ver quienes iban a cursar este año con nosotros y qué nos aguardaba ese año.
Yo era el mismo de siempre, el chico tranquilo, el que siempre tenía una sonrisa, el que era aplicado en los estudios y todo le iba bien gracias a su determinación y buena fe.
Al cabo de finales de mitad de año, toda esa buena onda, imagen amigable y mi forma de ser, atrajeron a una compañera.
Era una del grupo del salón a las cuales las llamábamos "Las Divinas" solo por molestarlas. Esta niña se llamaba Julieta, era realmente hermosa, era un pequeño anhelo que cualquier chico del salón podría desear.
De cabello lacio oscuro, test blanca y ojos oscuros, tan profundos como para cautivar al mirar...
En una hora libre de materias, en el cual se estremecía el grupo de "Las Divinas",
era sentir como sus voces exaltadas por la verdad de esa chica, alborotaran a los varones del salón, creando una controversia que al mirarnos entre los muchachos, ya sabíamos que pregunta nos pasaba por la cabeza... "¿Quién será el afortunado?".
A minutos de presenciar los codazos, risas y empujones del grupito este, soltaron a Julieta, como entregándola a la boca del lobo.
Caminó unos pasos por el patio, re direccionando su sentido hacia donde estaba con mi grupo común de amigos, llegando así a pararse frente de mí.
Con la voz temblorosa y sin poder mirarme a la cara, podía entender que estaba nerviosa, pero ansiosa de resultar su objetivo. Yo por otra parte, también me sentía nervioso ante esa primera situación, pero debía de mantenerme firme, pues ya un muchacho como yo que ya había fijado una reputación ante los demás, no podía de alguna manera cambiar mi habitual posición ante los demás de mi grupo.
No creo poder olvidar esa vez, ella solo me dijo lo que sentía, éramos tan inocentes en aquel entonces...
Entonces me miró tomando valor y me pidió un beso. Rígido y aun tratando de mantenerme en el papel de egocéntrico y soberbio al mejor estilo de un galán sin trayectoria, no lo dudé ni un segundo y accedí a ella.

Como era tradición de alguna forma en la secundaria, buscamos un lugar apartado y poco deambulado. ¿Qué mejor que un baño clausurado para debutar en mi primer chape?, ¿Qué mejor que un baño al otro lado del colegio, en el cual ningún profesor circulaba?
El lugar estaba bien, creía en ese entonces, y comenzamos a experimentar, los piquitos eran abundantes hasta tomar el valor y la excitación tal para usar los labios... Era tan suave, tan delicada, no me lo negué... su trasero también estaba en forma.

A la media hora de ponernos al corriente en esa práctica con labios, sentimos pasos y gritos acercándose a nuestro escondite.
Abrieron la puerta de un golpe y parándose en el marco de la puerta, uno de mis compañeros me encaró el fruncido seño de rabia hacia mí. Yo no sabía que le sucedía al tan rabiado y molesto. No tuve tiempo de preguntar que le sucedía, cuando de sus ojos irritados y llorosos me grito: "-¡No sabes en que infierno te has metido!", y corriendo enfurecido se fue del baño.
Yo me había asustado, pero no tanto como Juli se había sorprendido y asustado también.

Loconocía muy poco... en el tiempo en el colegio, no habíamos cruzado palabras másallá de miradas sobrantes por su parte hacia mí.
Agradecí a Juli por lo sucedido entreella y yo, y me fui a mi grupo a preguntar qué sucedió.

Se llamaba Enzo, según por lo que mecontaban mis amigos, y estaba enamorado de Juli pero no se lo podía decir...
 




~~~ Capítulo I ~~~

~Agustin A. Gomez Garnica [Zenn]. 

¿Cuantas veces lo he de contar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora