Recuerdos

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Como le prometí a ese niño, iré a verlo para hablar un rato con él.

Ya estaba en la playa, mirando el océano con una expreción tranquila en sus roguizos ojos.

H:-hola, así que... Por lo que veo, te gusta la playa.-

-si... A Shisuo le gusta.-

H:-así que así se llama tu amigo.-

Asiente*

H:-¿Y tu cómo te llamas?-

-Minato.-

H:-mucho gusto Minato-san.-

Se escuchó un rojudo... Era del estómago de Minato.

H:-¿Tienes hambre?-

*asiente.*

H:-tal vez en la playa encontramos algun puesto ambulante o algo.-

En efecto, por suerte tenía algo de dinero para comprar unos panqueques muy ricos, el mío tenía chocolates y el de Minato cerezas enlatadas.

Pero... Volvió a pasar... Cómo ayer... Fui una idiora al pensar que no regresaría.

Mientras jugábamos en la playa, Shisuo empezó a ladrar, volté...

Esos malditos, esaban allí.

Yo me había quedado sola, porque Minato había ido a tirar las cervilletas.

Saqué los vectores, pero sin que yo me moviera la cabeza de uno de los soldados explotó manchando de sangre mi vestido rojo, y la cabeza del otro se partió como una sandía en dos.

Miré destras de ellos... Estaba Minato...

Sus ojos brillaban en un intenso tono carmín, pero un hilo de sangre calló por su nariz.

H:-¡¡Minato!!-

Se había desvanecido, tenía algo de fiebre.

No se me ocurrió mejor idea que llevarlo a la casa.

Narra Minato:

Vi como unos hombres se habían acercando a Haru, no tenía otra opción... Voy a usar mis vectores, tengo ocho en total cuatro miden tres metros y medio, dos miden cinco y los último dos seis y medio.

Cuando me deshice de esos sujetos, una vos sonó en mi cabeza:

-eso es... Mata, debes hacer de este mundo un mundo solo para ti.-

Mi cabeza duele mucho y sangre sale de mi nariz.

Creo que me desmaye...

Recuperé la conciencia unos segundos, pude ver a Haru... Me estaba poniendo paños húmedos en la frente.

-¿Ya le bajó la fiebre?-

Preguntaba una vos desconocida.

H:-aún no...-

Flash back*

-otra vez tiene fiebre, hay ya estoy harta de cuidar de ese niño, hoy tenía planes.-

Una enfermera, me había vuelto a desmayar en el salón de clases. Por alguna razón últimamente me dan mareos y fiebres más seguido que antes.

Una vez que esas mujeres se fueran del cuarto me levanté, seguía siendo de día. Me cambie el pijama de dormir por mi ropa usual, camisa de botones blanca, short marrón y zapatos escolares negros.

Apoyado con la pared empecé a caminar, no quería estar aquí.

-¡¡oye cuernos!!-

Esa vos... La reconocería en cualquier lado... Son esos malditos niños, Chisto y su grupo.

Otro de esos niños me golpeó por la espalda, caí al suelo, entre los tres empezaron a golpearme.

-¡¡Oigan!! ¡¡Basta!!-

La vos de otro niño se escucho.

Me ayudó a pararme, es un niño, al igual que yo de diez años, cabello castaño claro y ojos miel, vestía un pantalón, camisa celeste y zapatos escolares.

-¿Te encuentras bien? Soy Yamato ¿Tu te llamas Minato verdad?-

Asentí.

M:-tengo habre, me desmayé a la hora del almuerzo y no tomé mi racion.-

Y:-sabes, yo aún no me como el mío, si quires te doy la mitad.-

M:-¿Pero tu no comes?-

Y:-tranquilo, de todas formas nunca me lo acabo.-

Le sonreí.

Fuimos afuera a comer el almuerzo...

Y:-sabes... Te ves muy solitario, si necesitas un amigo aquí me tienes.-

M:-gracias.-

Es sol de ls tarde casi ya no estaba, aprobeché este momento a solas para escuchar la caja musical... Esta caja es lo único que me queda de mis padres...

Continuará...

Elfen Lied.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora