Tres personas en una

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Minato observó con odio al castaño tras oir eso y sin decir nada salió de la habitación, aún estaba algo mareado a causa de la fiebre pero él no quería quedarse en esa casa.

H:-¡¡Minato-san!!-

Escuchó la voz de Hanako pero él la ignoró saliendo de la casa en la compañía de Shiro

H:-por favor, Minato, tu fiebre aún no baja. Quédate por favor!-

Decía mientras se aferraba a su brazo.

M:-no tienes idea de quienes son ellos Hana... ¡Ya suéltame!-

Quería llegar a su casa lo antes posible, o por lo menos lo que él llamaba casa; un orfanato abandonado.

Pasaron por diferentes lugar hasta llegar hasta su habitación, de una pequeña caja de madera sacó una vieja foto, en ella se veía aquel hombre que estaba con la mujer, solo que en esta una mujer de cabello rosa, piel pálida y ojos rojos.

-no lo entiendo papá.-

Dijo en voz alta sin darse cuenta.

-¿Qué pasa Minato....? ¿Aún estás triste por lo de tu papá?-

Frente a él veía a un niño de su misma altura, no podía ver su rostro puesto que vendajes lo cubrían.

-no me sorprende en lo más mínimo... Era bastante obvio que esto pasaría... No nos quiere, nunca nos quiso, solo somos unos monstruos para él... No te quiso desde el momento que te vió esos cuernos... Por eso se fué con otra...-

-¡Cállate!-

Gritó, pero ese grito fue al viento puesto que no había nadie además de él en la habitación.

Se recostó en la cama mirando el techo:

-estoy seguro que no fué así Lumic.-

-¿Por qué piensas eso Minato-kun?-

Sentado en sus piernas estaba otro niño con el rostro cubierto.

-No moleste Nyo.-

-¡Nyo no molesta!-

Este cierra los ojos y al abrirlos el niño desaparece. Poco después se queda dormido por la fiebre.

Narra Hanako:

¡NO!

Siento la presencia de otro diclonius viniendo aquí, es como yo... Pe-pero tiene una gran maldad...

Narradora:

En un avión militar se transportaba una diclonius de cabello corto desarreglado, vestida un short de mezclilla por arriba de la rodilla, camiseta negra, una camisa arremangada y unas zapatillas comunes.

K:- en pocas palabras tengo que encontrar a esa chica, entretenerla un rato ¿Y ya?-

R:-sí.-

K:-¿Y qué me impide largarme ahora?-

R: -sabía que ibas a preguntar algo así Kaoru.-

Acto seguido la castaña clavó una jeringa en el cuello de la menor e inyectó el contenido, a lo cual Kaoru gritó de dolor.

R:-te he implantado un chip de rastreo... Sabremos donde estas en todo momento... Además... Si te portas mal, esto te dará un fuerte descarga electrica.-

K:-No pierdes el tiempo anciana...-

Decía mientras de sobaba el cuello.

Continuará...

Elfen Lied.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora