Capitulo 2:

195 6 16
                                    

Nota Principal:   Bueno, la cosa es que en esta parte he puesto una parte de mi vida... Y el que me diga cual es, Le dedico el próximo capitulo :D.

Por el momento se lo dedico a un amigo que me ha ayudado en la corrección de esta historia, También le dedico las canciones que hay en esta parte. 

PD: Si ustedes no entienden una palabra puesta aquí, por favor me avisan. Yo intento, INTENTO poner un vocabulario simple para que todos disfrutemos de esta historia sin necesidad de estar pegado a un diccionario o a la wikipedia. Hehe ¡Disfruten!

•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

Capítulo 2: "Día Normal."
•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•

Paseaba por la plaza central donde mucha gente llegaba a hacer sus artesanías sin restricción ni miradas de odio hacia ellos, muchos haciendo arte manual, como la pintura o la costura; Otros hacían música y melodías en las calles.

Pues eso fue lo que encontré... Cuatro personas. Un violín, un Tambor, una Flauta y una Pandereta. Tan sencillo como hacer eso y ya tienen tal belleza de canción melodiosa que hacía que el ambiente tenso de la ciudad se tornara más calmado y de estilo campestre.

(¡Pasense por su canal! Se llama Taryn Harbridge)

Un chico con un flequillo bastante largo que apenas me dejaba verle los ojos, pasaba por ahí pidiendo la cooperación, con un bello gorrito estilo griego. Al pasar frente a mi le sonreí cariñosa, haciendo que él se pusiera tenso.

— Ten —dije amable, mientras en el sombrero dejaba cerca de 5.000 pesos. Este al verlos se emocionó tanto que sonrió.

De repente aplausos comenzaron a sonar y el chico con la sonrisa de oreja a oreja comenzó a bailar, para luego tomar otro violín y tocar un dueto junto al otro violinista. Reí a tal escena donde se suponía que él era por apariencia el más cerrado del grupo, aunque resulto ser el más risueño y alegre.

Seguí caminando por las calles, hasta que encontré a un grupo de personas junto a unas partituras algo malgastadas. Acercándome me asome por el hombre de un chico de cabello blanquecino, este al verme soltó un pequeño ¨Wowie~¨.

— ¿Necesitan ayuda chicos? —pude notar a un cinco Esqueletos/chicos.

Uno de ellos era el más bajito —al parecer— de estatura que llevaba una extraña armadura, que de por si lo hacía ver muy tierno. Otro era un poco más alto que el otro y traía un Vettel rojo, uno de sus dientes era dorado y no tenía buena cara. Uno que al parecer era robusto, traía una polera que decía ¨Bad to the Bone¨ y en su ojo izquierdo tenía una gran cicatriz. Y el último fue mi anterior cliente en la cafetería, el que gozaba de que —totalmente normal para mí— supiera todo ese tipo de miel.

— Yo~ —dijo el de la anaranjada sudadera, quien tenía un potecillo con miel.

— ¡Claro que no necesitamos ayuda! ¡¡El gran Sans hará esto sin ayuda de NADIE!! —grito con un tierno azul en sus mejillas, mientras que sus ojos eran unas hermosas estrellas.

— Idiota, no sabes leer partituras —anuncio el de las cicatrices, haciendo que el más pequeño se pusiera azul de la vergüenza. El del colmillo se había dormido junto a él, haciendo que este notoriamente se molestase.

— ¡Tú tampoco Edge! —reí ante esta pequeña disputa entre ambos.

De mi mochila saque un cuaderno y un lápiz, decidida tome la partitura y copie cada nota. Para luego un poco más abajo escribir el significado y su función de forma breve y legible.

La Cafetería.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora