El Colapso Inminente

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Un fuerte estruendo a lo lejos me despierta de golpe. Inmediatamente me doy cuenta que no fui el único que lo escuchó, pues noto que todos callaron de repente, incluso el profesor. Por la ventana del salón, pude observar en la distancia un espeso y denso humo negro elevandose a las alturas. Me preocupé, y decidí romper el silencio. -Profesor Conor, ¿qué fue eso?- Dije evidentemente inquietado por la repentina explosión.

-No te preocupes, Luke, ni tampoco el resto del salón. Seguramente fue un cable de electricidad que hizo corto circuito, o incluso un simulacro militar, nada de que preocuparse.- Dijo muy tranquilamente.-Prosigamos. Alguien me pue-

El profesor es inmediatamente interrumpido por otro estallido, esta vez más ruidoso y más cercano, pero por alguna razón, aún nadie podía observar el humo emanando de la explosión más reciente. Jay se me acerca con una mirada petrificada, parecida a la que todos teníamos en ese momento. -Luke,- me dijo angustiado-¿tienes alguna idea de lo que pueda estar pasando?

-No, lo lamento pero estoy tan confundido como tú.- Le respondí. Me acerqué para preguntarle algo de nuevo al profesor, pero una explosión cerca de la escuela me detuvo. Inmediatamente luego de la explosión, alcancé a escuchar helicopteros sobrevolando las instalaciones del colegio. En ese momento, cundió el pánico. Gente gritando, furiosa, desesperada e incluso triste infestó nuestro salón, incluso Jay parecía inquietado por esto.

Las explosiones aumentaban mientras el cáos se apoderó de la clase. El Profesor salió huyendo del salón y otro par de estudiantes fueron con él.
-No...¡No! Por favor, ¡no quiero morir!- gritó una chica a mi lado.
-¡Maldita sea todos callense! gritó el capitán del equipo de futbol.

El ruido de los motores se hacía cada vez más fuerte, hasta que algo nos dejó perplejos. Las explosiones habían cesado, y con ellas, un helicoptero comenzaba a descender rapidamente cubierto en humo negro. El hellicoptero en llamas pasó frente a la ventana del aula, dejando atrás una estela de humo denso y negro. Desde ese momento, supe lo que pasaría. Pensamientos inhundaban mi cabeza por unas pocas milésimas de segundo, y luego...nada

Un estruendo se escucha, junto con el horrible sonido de ladrillos y paredes cayendo. Las mesas de la cafetería siendo arrastradas de un lado de la habitación al otro. El helicoptero se había estrellado dentro de la escuela.

El suelo se sacudió, lanzando fuertemente al piso a muchos de los estudiantes e incluso cortando la electricidad para la escuela. Por un segundo, casilleros cayeron violentamente al suelo, retumbando con un sonido metálico...
Pierdo el balance ante la comoción y caigo al suelo, golpeandome la cabeza...todo se me pone...en blanco.

-¡Luke! ¡Rápido, déjame levantarte!- escucho la voz de Jay a distancia. -Tenemos que salir de aquí ahora. Te llevaré...-todo en mi cabeza y en mi mirada da vueltas. Jay me carga por el colegio y me lleva a la salida. En el camino, alcanzo a ver los daños. Casilleros estaban volcados en el suelo, la gente corría de lado a lado. Gente llacía inconciente en el suelo, varios alumnos tenían heridas menores. ¿Cómo paso...?
Todo comienza a nublarse de nuevo mientras Jay corre conmigo en su espalda. Estamos llegando a la puerta principal...y no alcanzo a ver...nada...

-¡Cuidado con el...!- Me despierto en mi cama de un salto. Siento un gran dolor en mi cabeza y por instinto coloco mi mano sobre ella intentando aliviar el dolor. Noto que tengo una benda con una mancha de sangre en ella amarrada a mi frente. Me levanto de mi cama, pero fallo al mantener mi balance y caigo al suelo. Escucho alguien subiendo las escaleras rápidamente hacia mi habitación. La puerta se abre con fuerza.
-¡Luke!- mi madre grita y me abraza. -Pensé que tenías algo grave.- me dice mientras me sostiene firmemente contra su pecho. Dejo un suspiro salir.
-No te preocupes mamá, estoy bien.- Digo despegandome de ella.

Siento como el dolor se intensifica por un momento. Cierro mis ojos con fuerza ante el dolor. Regreso de nuevo al colegio, reviviendo lo que paso. Los gritos de todos, el gran impacto que nos hizo a todos caer.

Un gran dolor en mi cabeza me hace caer.
-Luke!-me grita Jay mientras me atrapa y me levanta de nuevo.
-Estoy...bien...- le digo con cansancio.

El sonido de un avión volando a alta velocidad sobre la casa atrae mi atención. Levanto mi mirada y me acerco a mi ventana, mientras Jay me sigue y mi madre sale de mi habitación.

El Jet se aleja, pero le siguen muchos más, tantos que el sonido que causaban hacia temblar los cristales y el piso de la casa. Veo hacia mi vecindario y noto como la mayoría de mis vecinos salió a la carretera, todos con rostros de preocupación en sus rostros, pero veían como si hubiera algo en la dirección opuesta a la que yo estaba viendo.

Salgo de mi habitación con prisa con Jay a mis espaldas y abro la puerta violentamente, saliendo a la calle e incorporandome a la multitud. Dirijo mi mirada a donde todos están viendo y...un helicoptero de gran tamaño se encontraba en el centro de la ciudad, sobrevolando sin moverse. Tenia pegada una especie de bomba o de misil a una de sus alas. No...era un proyectil de color negro con una pequeña bandera de Alemania al costado.

-Jay...estás viendo...-dije esperando que su respuesta fuera un no. Esperando que todo esto fuera una horrible pesadilla, y despertar en mi cama oliendo como mi madre prepara un delicioso desayuno, pero en el fondo, sabía que todo era real. Que por mas crudo que pareciera, esto no era un sueño.

-Sí...-Jay respondió. El propulsor del misil se encendió. El silencio lo inundó todo, lo único que se escuchaba eran algunos perros ladrar, el sonido del helicóptero y del propulsor.

El misil se desprendió y se dirigió a gran velocidad al rascacielos más alto de la ciudad. Pude contar los segundos.
Uno. Todo mi esfuerzo, mi futuro, mi familia se derrumba.
Dos. Jay, mi único y mejor amigo, mi madre.
Tres. Sarah, la chica que me gusta.
Cuatro. El colegio, mi sueño en trabajar y tener una familia, dos hijos, un niño y una niña, con una hermosa chica que me quiera por lo que soy.

El misil impacta violentamente con el rascacielos. Un destello de luz cambia el color del cielo por unos segundos. La magnitud de la explosión hace alarmas de autos sonar. El viento de la onda de impacto mueve mi cabello y me hace retroceder un paso. El edificio comienza a desplomarse lentamente, aun con el humo negro y denso del misil...

Cinco...

Los Muertos Viven, Los Vivos Mueren Donde viven las historias. Descúbrelo ahora