Me gustaría decirte el porqué de mis cartas.
Me gustaría que me entiendas sin tener que explicarlo.
Pero apenas te veo y mis pensamientos se esfuman.
Me olvido de todo, hasta de quien soy.
Teniendo mil palabras no digo ninguna.
Teniendo mil ideas, todas de van.
Es que hay tantas cosas que quiero decirte.
Tantos sentimientos y no los logro expresar.
Aunque alguna vez ya te he dicho lo que siento.
Siento que aun no terminé de decírtelo.
Quiero pedirte que nunca te acostumbres a mi.
La costumbre se vuelve rutina.
Y la rutina se vuelve aburrida.
Quiero que me quieras como yo te quiero a ti.
Pero lo que siento es enorme, y tratar de igualarlo te seria algo difícil.
Así que, buena suerte...