3.-Soberanos

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Sus reinos eran...complicados, esa era la palabra para describirlos, en tiempos inmemoriales un señor les creo: Aya, un ser de poder inmensurable, creo todo, especialmente a esas dos tribus, se decía que ante su soledad Aya les creo para apaciguarle, otros que quería un hijo al cual amar, fuera lo que fuere, Aya creo sus clanes, uno negro y el otro blanco, ¿Como? simple cristales del cual tallo figuras que a su parecer eran similar a él, un par de hermanos fueron el inicio, ambos con sus esposas, procrearon y dieron lugar a las tribus que hermanas cumplían con su día a día, vivir en paz, bueno por unos siglos.

Ya nadie recuerda que paso o el por que, pero un día ambos clanes comenzaron una guerra, de la sangre derramada y lagrimas de Aya, al ver por primera vez un eclipse de luna roja, ver a sus hijos morir entre manos contrarias y de la misma de especie, nacieron los primeros vampiros , después de las lagrimas por un milagro nació la magia y con ella aquellos que fueron capaces de usarla, las generaciones pasaron y la batalla continuaba y de la soledad de Aya creo a quien creía sería menos peligroso y tal vez tocara el corazón de las criaturas creadas: El humano. No fue así herido y triste Aya se alejo de quien un principio fueran sus hijos y primera creación, solo así los clanes se dieron cuenta de su error, mucho paso, los vampiros lograron esclavizar al hombre, luego aparecieron quienes pudieron matarlos gracias al sacrifico de un ancestro: Los cazadores, librando una guerra tiempo después la anhelada libertad, pero los clanes seguían sin limar sus diferencias, entonces un tratado se hizo presente, según escrito por Aya en persona:

Libremente cada clan se guiara y las batallas quedan fuera, el primero en atacar sera declarado traidor y la sangre sera aclamada, pero si un amor es  encontrado entre los clanes se hará paz permanente, esto sucederá si los clanes se hacen una sola linea de sangre.

Lo lógico, un matrimonio entre representantes de ambos clanes y con hijos de por medio, pero debía haber amor sino, no se concebían hijos, así que un matrimonio forzoso nunca daría resultado. Sin embargo nunca paso, los clanes, representados por su Emperador, Rey, príncipe /doncel o Princesa, eran gobernados con una paz tan frágil con la hoja de papiro más delgado.

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El Emperador del clan de piedras negras veía por la ventana, a su lado su hermano el rey armaba un rompecabezas, el príncipe/doncel, cubierto por un velo blanco que degradaba hasta el azul profundo le cubría, estaba quieto y en silencio mientras escuchaba a lo lejos una orquesta que tocaba para exclusivamente ellos, el Emperador de ojos Zafiro, cabello a tono y piel oscura se llamaba Aomine Daiki, tenía cara de aburrimiento, a su lado un el rey su hermano de cabellos azul como el suyo pero de piel pálida y ojos purpuras, su nombre Munakata Reisi.

-Oi Tetsu-llamo a su ultimo hermano el príncipe/doncel-¿Cuando llegara Mayazumi?-

-En unos días-respondió con voz neutra-¿Por que?-

-Un doncel no debe preguntar cosas de estado-dijo una voz en la puerta, un hombre rubio y alto con varias perforaciones en una oreja y tatuajes-Mis señores llego un reporte-se inclino ante la fulminante mirada del Emperador y Rey a ninguno le gusto como trataba al príncipe-saben que es verdad mis señores-dijo con una sonrisa altanera Nash Gold Jr.

-No por mucho tiempo-contesto Munakata, ese hombre no le agradaba, trataba de llegar al trono cortejando al más joven-Eso cambiara, danos el reporte y luego retírate-ordeno y escucho, antes de salir Nash dio un mirada para nada agradable al príncipe y se fue.

-Bastardo!-Exclamo Aomine 

-Cálmate Daiki-Munakata estaba sereno aunque también quería hacer algo contra el cínico rubio.

-Esta bien hermanos-Kuroko Tetsuya príncipe se levanto tranquilamente-No estaré a su alcance- Juro y sus hermanos le miraron con orgullo, si algo tenía Tetsuya era su fuerza de voluntad.

-Debemos evitar esa proliferación de rojos-últimamente una cantidad de desterrados habían adquirido este color siendo un nuevo clan lejos del tratado de Aya-Debemos hacer algo-se levanto comenzando a pasear por la sala ricamente decorada, se detuvo al sentir la mano de su hermanito en el brazo.

-Podemos concretar una reunión-dijo el más chico y volteo a su hermano de ojos purpura.

-¿Con Akashi-kun?-Pegrunto Munakata,El príncipe asintió-También debe estar Souh-un gesto de inconformidad cruzo su rostro, Tetsu asintió-Entendido iré por Himuro-kun-se levanto dejando su rompecabezas sin acabar-Debe ser en una tierra neutral-sin más salio dejando a su hermano mayor y menor solos.

-Daiki-kun-mirando a su hermano-No dejes que tu corazón te traicione o todo sera en vano.-Advirtió.

-Lo se Tetsu-Aomine bajo la mirada tocando un anillo de oro en su mano izquierda.-Lo se-

-Es difícil pero necesario hermano-bajo la mirada y el velo bailoteo con su movimiento-Estamos para ti no lo olvides-El moreno asintió.-También para ella-Añadió en un susurro.

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Lejos de allí un pelinegro alegremente canturreaba, a su lado un peliverde leía un libro con mucha concentración, saliendo de una casa tras ellos Yui y Ren usaban sus capuchas a petición de sus ahora guardianes.

-Chicas!-el pelinegro volteo a verlas con una sonrisa, que se apago cuando las vio con una ropa de combate-¿A..adonde van?-

-Vamos a la ciudad-Ren estaba un poco más alta igualmente Yui, sus cabellos estaban oculto por las capuchas-Debemos recabar información, no nos gusta el aire-dijeron al mismo tiempo.

-Entiendo-suspiro Takao al verlas, el y Shin-chan eran druida y brujo respectivamente, incluso entre su clan tenían un sistema de jerarquía respecto al poder de cada uno, el druida estaba más conectado a la naturaleza y por ende a Aya, mientras el brujo era más apegado al poder del sujeto y su capacidad de aprender-Las esperamos para la cena-Ambas asintieron y bajaron por el camino desapareciendo de la vista de sus guardianes.

-Sabes que no les pasara nada-Midorima bajo su libro, observo a su pareja que observaba a la ida de las chicas.-Takao estarán bien-

-Lo se-pero cuando abrazo al más alto y este le correspondió su corazón aun estaba inquieto-A mi también el aire me es denso-oculto su rostro en el pecho del contrario.

-Lo se nanodayo, lo se-Midorima lo estrecho con fuerza, recordando a quien fuera su amiga, cuyo paradero le hizo sentir dolor al saber que no volvería-Confía-El menor se rió quedamente-¿Que?-

-Tu pidiendo que confié, son días extraños-un risa algo apagada pero de Takao le llego a Midorima, sabía que el pelinegro decía.

-Debemos creer-y repitió lo que su amiga les dijo antes de partir-"No siempre el futuro es predecible, pero si se puede moldear a mejor"-

-Quiero moldearlo a la felicidad de la mayoría-dijo Takao apretando el agarre a su pareja.

-Igual que todos-beso su cabeza-Igual que todos.

Cuando los Ángeles CaenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora